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OPINIÓN - MARTES, 2 DE AGOSTO DE 2011

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Comenzó el Ramadán
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Una de las épocas más importantes, de parte de los habitantes de nuestra ciudad.

Ramadán es un mes de ayuno para crecer espiritualmente, un ayuno corporal y, al mismo tiempo, espiritual.

Hace dos días, la comunidad musulmana de Ceuta ha dado comienzo a su mes más sagrado, en todos los aspectos, por ser el período de auténtica purificación, con ayuno como conmemoración de la revelación de los primeros versos del Corán.

No se trata de acciones laicas, todo lo que se lleva a cabo tiene un carácter auténticamente religioso, con una gran profundidad.

¿Cuándo comienza el Ramadán?. Aunque para muchos no conocedores en profundidad de estos aspectos religiosos el comienzo lo consideran convencional, sin embargo no es así, por cuanto su inicio se da desde la aparición de la luna nueva y continuará durante los siguientes 29 o 30 días.

En todo este tiempo, los musulmanes están metidos en la celebración de su mes más sagrado, el Ramadán, un período que hay que verlo en varias perspectivas, en primer lugar de la reflexión, luego de la purificación y por último del ayuno. Con estos elementos básicos, llevados rigurosamente, se cumple lo que es y lo que indica el Ramadán.

En el Ramadán se celebra uno de los contactos sagrados más importantes, la revelación a Mahoma de los primeros versos del Corán, por parte de Alá.

Y el ayuno es una parte, muy importante, pero no la única que hay que seguir. Es parte fundamental de todo este período del año para todo el que es y se siente musulmán.

Repito que es importante, pero no lo único, porque durante todo este mes se trata de dedicar todo lo que uno posee a Dios.

Y es que, si seguimos muy de cerca el Islam, a través del ayuno, el hombre adquiere un mejor conocimiento de todas las gracias de Dios, al mismo tiempo que se adquiere una mayor compasión por los más desfavorecidos.

Hablamos de ayuno pero en su sentido más extenso, por cuanto el musulmán tiene que abstenerse de alimentos corporales y al propio tiempo se abstendrá de los placeres del cuerpo, entre el amanecer y la puesta del sol, o anochecer.

Así se refuerza la fe, con la conciencia del deber y el espíritu de paciencia. No son meras fórmulas, son auténticas realidades.

Con el ayuno se ayuda a la persona a poner su auto control, al tiempo que la espiritualidad ayuda a romper los hábitos de la mentira o la pérdida del tiempo.

Entrados, aunque sea someramente, en todo esto, llegamos a la conclusión de que Ramadán es un mes de caridad y de bondad, si se lleva como se marca todo. El hacer excepciones lo que aporta es una ruptura, que no conduce a nada.

Y lo estamos diciendo, ayunar es una parte del Ramadán, porque si el cuerpo ayuna, también lo tiene que hacer el alma. Un ayuno que se rompe de noche. Es más, el ayuno espiritual se debería continuar todo el mes, día a día y noche a noche.

El ayuno debe convertir su fe, con la intención de amanecer en ayunas.

Un mes que se inicia con buenas intenciones, pero lo que hace falta es que ese mes se guarde como se lo indican sus leyes, no con el capricho que le dan las comodidades.
 

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