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                     Acabamos de entrar en la época que 
					más atascos, especialmente en las fechas claves, se dan en 
					nuestras carreteras. 
					 
					El fin de semana, de finales de julio, ha vuelto a 
					representar la salida masiva, en plan de vacaciones, 
					quedando muchas de las ciudades del centro de la península 
					con menos población, especialmente Madrid, para que la 
					costa, especialmente la de Huelva y la levantina, estén a 
					reventar. 
					 
					¿Se está notando la crisis? En las salidas, menos de lo que 
					se esperaría, en las compras allí donde se asientan, mucho 
					más de lo que los comerciantes y restauración desearían. 
					 
					Agosto, pues, un año más, vuelve a ser un mes de vacaciones, 
					con cierres, esperemos que para volver a abrir, de muchos 
					establecimientos y con la imposibilidad de encontrar ciertas 
					piezas que uno, en un momento determinado, puede necesitar 
					para su ordenador, su vehículo o su quehacer diario. 
					 
					Más movimiento, pues, piscinas municipales con movimiento y 
					playas desde Gata hasta Creus, o desde Machichaco a 
					Finisterre sin dejar un hueco ni para colocar la toalla, 
					especialmente, si el tiempo acompaña. 
					 
					Al hablar de julio y hacer las comparaciones pertinentes con 
					ese mes otros años, la primera nota discordante que aparece 
					es que el mes de julio de este año ha sido menos caluroso de 
					los últimos diez años. ¡¡Para ayudar!!, que se decía desde 
					las zonas turísticas. 
					 
					Y es que si en ciudades como Madrid, en el mes de julio, no 
					ha apretado el calor, muchas personas de las que huyen del 
					calor de la Capital de España permanecen en sus casas, no se 
					mueven de allí y son personas de menos que están pasando 
					unos días en cualquier playa, por ejemplo. 
					 
					Agosto, sin embargo, parece que será otra cosa, y eso ya se 
					notó en la, operación salida, del pasado fin de semana, en 
					el que, aunque el personal va saliendo de una forma 
					escalonada, al final siempre se juntan esas aglomeraciones 
					en las autopistas, el atasco se hace pesado y los retrasos, 
					también, son notables. Los anuncios, desde la Dirección 
					General de Tráfico, han dado su apoyo para colaborar en que 
					hubiera paciencia en todos los conductores, cada vez que se 
					pusieran al volante, y para que vieran que era mejor llegar 
					un minuto tarde, que no llegar, y muchos no llegaron a su 
					destino. 
					 
					En torno a una veintena de fallecidos en las carreteras, fue 
					el balance de los accidentes del pasado fin de semana en 
					nuestras carreteras. 
					 
					Ante esto, lo que es la hipocresía, no hemos oído decir nada 
					de éxitos, por menos accidentes, a ese tonto que domina la 
					cuestión del tráfico, Pere Navarro, que pasa por ser el 
					personaje que menos hizo por una buena circulación, desde su 
					puesto o cargo político, que no va a tardar en tener que 
					abandonar. 
					 
					Muchos fallecidos para la época en la que estamos, para 
					tener unas buenas, aunque mejorables, vías de comunicación, 
					y para estarle a uno atosigándole todo el día con los 
					anuncios del miedo, desde las pantallas de la televisión. 
					 
					Agosto, calor, vacaciones, tráfico y atascos, notas a tono 
					con la época que vivimos. 
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