sociedad - JUEVES, 4 DE AGOSTO DE 2011

CEUTA
Patricia Gardeu
ceuta@elpueblodeceuta.com

La niña de la peineta roja mira con cara de espanto al niño, quizás su hermano, que da vueltas incesante al volante del coche de la ‘Mini pista’. Quiere coger velocidad pero se lo impide el tráfico. En otro de los vehículos, un chico con un polo a rayas naranja y blanco, algo más mayor que los demás, intenta, en plan conductor suicida, estamparse contra todos. Una princesa de vestido rosa pasea a sus anchas por los bordes de la pista, ajena al tráfico y al mundo. De espaldas a ella, con un traje de flores verde y rosa, conduce feliz otra chica hasta que un niño vestido de rojo la choca y ella empieza a pegarle gritos. Pero que no cunda el pánico, ya se sabe que los ‘coches de choque’ son para chocarse.

Mientras, los padres de los conductores han colocado delante de sus miradas la cámara de fotos y graban cada movimiento del pequeño de la casa. Entre toma y toma, mandan un saludo al niño. La escena termina con el pitido clásico de una bocina que anuncia el final del viaje. Un revoltijo de nuevos conductores se aglutina sobre la pista sin dejar tiempo a que los viejos conductores abandonen los vehículos. Son las 0.35 horas y el revuelo de niños en la feria está a punto de ceder el terreno a la llegada de jóvenes. En los ‘coches choques’ de adultos se repetirán escenas similares, aunque con algo más de picardía. Es una atracción clásica cuyo protagonismo no desciendo aunque pasen los años.

Sonia lleva una de estas pistas. Ella trabaja en la atracción desde hace cuatro años, pero el cacharrito lleva haciendo las delicias de los ceutíes desde hace tres décadas. En otros casos, las atracciones relacionadas con vehículos ha evolucionado hacia otras formas. Como la que ofrece Manuel Machado. Han pasado más de cincuenta años desde que achuchaba a su padre mientras este hacía fotografías a los niños que venían a las ferias. Heredó la pasión fotográfica y la de feriante, pero con el tiempo cambió las técnicas: dejó la imagen, porque “ya no era comercial”, y se centró en la velocidad. Su atracción de quads de rally es de las más demandadas.

Como lo es también el ‘Quad Aventura’, que motoriza a niños de entre tres y doce años. La llevan María José y Eric, con la ayuda de tres jóvenes, Yousep, Reduan y Munic, que desde hace cinco, cuatro y dos años respectivamente, al llegar la feria acuden a la atracción para ser contratados.

Un grupo de adolescentes insiste para que María José les deje subir a los quads, pero ella les recuerda que sobrepasan la edad. Ellos insisten, no cesan en su empeño. Ir al frente de un vehículo suele ser deseo de los más pequeños, estamparse contra el resto de los coches, sintiendose a salvo de sufrir un accidente, el de los más mayores.
 

El ‘Día del niño’, “estropeado” por la crisis y el Ramadán

Las atracciones de los más pequeños costaron anoche, en su mayoría, dos euros, siendo tres el precio habitual del resto de las noches. Sin embargo, aunque los feriantes esperaban que las ventajas económicas que, promovida por la asociación de Feriantes y el área de Festejos, ofrecía el ‘Día del niño’ atrajera a los padres hasta la feria, los resultados no fueron los deseados. Algunos lo achacaban a la crisis, como Pedro, de la atracción ‘Miny Mousse’, que aseguraba que se notaba que en los cacharritos “había menos gente que otros años”. Los feriantes aseguraban que aunque sí que había algo más de afluencia que los días precedentes - “sobre todo, más gente que ayer lunes, que no vino nadie”, agregaban- las cifras con respecto al año pasado eran inferiores.

Mientras, otros feriantes alegaban otra serie de factores, como el inicio del Ramadán. “La feria estaba vacía al final de la tarde. El ‘Día del niño’ se ha estropeado por el inicio del Ramadán, porque después ha llegado algo más de gente, pero hasta que ha anochecido no había nadie”, explicaba Flavia, del barco vikingo infantil.