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La empresa de autobuses Hadú
Almadraba ha tomado la determinación de no expedir más bonos
destinados a jubilados, pensionistas, trabajadores con pocos
recursos y estudiantes porque se le debe un buen montante
económico desde la Ciudad Autónoma después de que el
Gobierno hubiera dedicado nada menos que 200.000 euros de
aportación para que a unas 1.800 personas puedan resultarle
el billete gratis, sólo un 25% o simplemente la mitad del
precio. En el aire queda saber si ha habido buen uso de esta
dadivosidad de la Ciudad o, si acaso, se haya producido
algún abuso en función del elevado desfase. Es de suponer
que los mecanismos inspectores funcionan y que los usuarios
toman a pies juntillas lo regulado para beneficiarse de
estos precios. Si esto es así, el Gobierno debe hacerse
mirar cómo cuadra sus previsiones a la hora de firmar un
convenio como este.
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OPINIÓN / EDITORIAL
