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					En los ocho primeros días de julio se ha superado el 
					centenar de entradas clandestinas de inmigrantes a Ceuta, un 
					total de 102. Las últimas, de ocho subsaharianos y otros dos 
					hombres que decían ser argelinos, se produjeron hacia las 
					09.00 horas y a las 16.00 de ayer, respectivamente. En ambos 
					casos, la frontera marítima del Tarajal fue la ruta de 
					entrada escogida y la Guardia Civil la encargada de los 
					rescates. La incesante presión eleva ya a 735 el número de 
					residentes en el CETI, aunque está preparado, dicen para una 
					mayor sobreocupación, de hasta el 50%, y en el que además 
					hay unos 70 subsaharianos que no pernoctan. 
					 
					La presión migratoria por vía marítima continúa incesante y 
					en los ocho primeros días de agosto ya se ha superado el 
					centenar de entradas clandestinas, un total de 102. Las 
					últimas llegadas se produjeron hacia las 09.00 horas y a las 
					16.00 de ayer, respectivamente.  
					 
					El primer grupo estaba formado, según los datos facilitados 
					por la Guardia Civil, por ocho subsaharianos que accedieron 
					a aguas ceutíes con una embarcación hinchable por la zona 
					fronteriza del Tarajal. A primera hora de la tarde otros dos 
					hombres, que se identificaron como argelinos, eran 
					rescatados a una considerable distancia de la costa también 
					por una embarcación del Servicio marítimo de la Guardia 
					Civil. En este caso, se da la circunstancia de que los 
					inmigrantes utilizaron una diminuta y frágil embarcación de 
					playa, provista de un solo remo de plástico, que en su parte 
					superior era transparente (decorada con algunos motivos 
					intantiles), lo que la hacía muy difícil de localizar en el 
					agua.  
					 
					Esta constante llegada de inmigrantes a territorio ceutí ha 
					elevado hasta 735 el número de residentes en el Centro de 
					Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). Sin embargo, y a 
					pesar de que esto supone ya una sobreocupación importante 
					(el límite de plazas en condiciones normales es de 512), la 
					situación se ve aliviada porque, según los cálculos de la 
					dirección, unos 70 subsaharianos (durante la feria han sido 
					más) no pernoctan en el centro. 
					 
					Los responsables del CETI aseguran que se está en 
					condiciones de superar hasta en un 50% esa capacidad. Si en 
					agosto no se frenara el ritmo de llegada y no se produjeran 
					los suficientes traslados de repatriables, existe la 
					posibilidad de que los inmigrantes se alojen en otros 
					centros de la ciudad, como la Casa del Amor Fraterno, de 
					Loma Margarita, que antaño acogió ya a inmigrantes y que 
					sería uno de los cedidos por la Iglesia a ese efecto. 
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