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					El apagón cogió de improviso a numerosos ceutíes que 
					disfrutaban de una ca´lida noche de verano en terrazas y 
					bares. También afectó a todos los ciudadanos musulmanes que 
					a esas horas vivían los primeros momentos tras la ruptura 
					del ayuno del Ramadán. Las patrullas del CNP y Local y los 
					servicios de emergencia realizaron un esfuerzo extra. 
					 
					El apagón cogió de improviso a numerosos ceutíes que 
					disfrutaban de una cálida noche de verano en terrazas y 
					bares. Afectó a todos los ciudadanos musulmanes que a esas 
					horas vivían los primeros momentos tras la ruptura del ayuno 
					del Ramadán. 
					 
					La falta de energía eléctrica obligó al improvisado cierre 
					de los locales de ocio y restauración. La ciudad se apagó. 
					Las luces de los vehículos, servicios de emergencia y 
					seguridad ciudadana fueron durante horas los únicos focos 
					que alumbraban la larga y oscura madrugada. 
					 
					En un recorrido por la ciudad, EL PUEBLO comprobó más allá 
					de la una, que los servicios de limpieza mantenían con 
					oficio su labor. Además, diversos edificios estratégicos, 
					como Comisaría, Hospital, frontera y centros militares, 
					contaban con suministro proporcionado por generadores 
					propios. 
					Locales menos ‘estratégicos’, como bingos y el Casino, no 
					vieron afectada su actividad por el apagón general que se 
					produjo. 
					 
					Poco a poco, y ante la persistencia del corte de suministro, 
					los ciudadanos de la zona centro fueron abandonando las 
					calles con la luz de los teléfonos móviles para iluminar sus 
					pasos, situación que contrastaba el bullicio que, a pesar de 
					la falta de luz, reinaba en barriadas como San José-Hadú, 
					Rosales, Juan Carlos I y los dos Príncipes. Fue la noche 
					menos iluminada del Ramadán, una réplica amplificada del que 
					sucedió casualmente en el anterior mes del ayuno. 
					 
					Las patrullas de Policía Nacional y Local recorrían las 
					calles en un esfuerzo extra de prevención mientras los 
					vehículos de Bomberos y ambulancias realizaban varias 
					salidas para atender diversas llamadas de emergencia. 
					Hasta las 5:30 horas de la madrugada, la ciudad no volvió a 
					la luz y esta redacción continuó su trabajo alumbrada por 
					las velas. 
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