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                     Hace creo casi treinta años años 
					se inauguró en Ceuta el Supermercado TOKYO de la cadena de 
					Almacenes Tokyo donde acompañaba yo a mi padre a aprender el 
					negocio, el enorme complejo Tokyo iba con una joyería, el 
					Pub que conserva el mítico nombre, la sucursal donde estaba 
					mi padre el pedazo de tienda que hoy es una franquicia y lo 
					que da a la Plaza Ruiz el Supermercado, las horas de la 
					merienda y aperitivo mi hermano Carlos y yo disfrutamos con 
					el Supermercado, recorrer las repletas estanterías, ver los 
					novedosos productos y comprarnos un montón de dulces batidos 
					y chucherías, cuando iba llegando el verano, se colocaron 
					las cremas y bronceadores para la playa, de entre todos los 
					productos para ponerse moreno y no quemarse en el intento 
					destaca el bronceador de 1.900 pesetas de la época lo que 
					serian doce euros hoy día. Aquello a mi hermano Carlos y a 
					mi nos impresiono un pequeño tarro como una pomada como 
					podía valer un dineral eso de las 1.900 pesetas. Siempre que 
					pasábamos para ir a caja nos quedábamos mirando si alguien 
					se compraba el bronceador de turno. 
					 
					Creo que algún poderoso se lo compraría, nosotros nos 
					imaginábamos embadurnarnos con esa pócima mágica y que 
					seriamos artistas de cine, con unos cuerpos de adonis en la 
					playa, mas negros que el tizón tanto fue el sueño y la 
					pasión de esa crema mágica por el dineral que valía, que no 
					ha pasado año y época de nuestra vida, que son unos pocos 
					esos veinticinco años ya del Supermercado Tokyo, que hayamos 
					pensado en pasar unas vacaciones de verano, liarnos la manta 
					a la cabeza un día de estos y comprarnos el bronceador de 
					1.900, y eso es porque ¿quien no disfrutó con catorce años 
					esas ganas de comerse el mundo? 
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