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					sociedad - MARTES, 16 
					DE AGOSTO DE 2011  | 
                		 
						
											
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					María Dolores Ruiz. gardeu.  | 
													
							
								
									
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										salud 
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										Algunos fármacos potencian sus efectos 
										con las altas temperaturas  | 
									 
									
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							 La 
							farmacéutica Mª Dolores Ruiz explica las 
							recomendaciones del Ministerio de Sanidad, Política 
							Social e Igualdad sobre el uso de determinados 
							medicamentos en casos de olas de calor 
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					CEUTA 
                      Patricia Gardeu 
                      
					ceuta@elpueblodeceuta.com  | 
                		 
						
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					El calor extremo puede potenciar el efecto de algunos 
					medicamentos como los antidepresivos o los diuréticos, 
					provocando deshidratación o alterando el funcionamiento del 
					organismo. Por ello, el Ministerio de Sanidad ha dado una 
					serie de recomendaciones, que la farmacéutica María Dolores 
					Ruiz explica. 
					 
					“Agotamiento, deshidratación -consecuencua de la pérdida de 
					agua y sodio a través del sudor-, calambres musculares, 
					golpes de calor... No son síntomas específicos de verano 
					pero sí se potencian con la llegada de las altas 
					temperaturas”, explica la farmacéutica María Dolores Ruiz.
					 
					 
					Los medicamentos, “sin ser desencadenantes de estos 
					problemas de salud”, pueden ser potenciadores si no se 
					utilizan adecuadamente. Por ello, el Ministerio de Sanidad, 
					Política Social e Igualdad, a través de la Agencia Española 
					de Medicamentos y Productos Sanitarios, ha apuntado una 
					serie de recomendaciones para evitar daños colaterales 
					mayores. En este sentido, Ruiz ha explicado a EL PUEBLO 
					cuáles son las pautas que los ciudadanos deben seguir para 
					que no les perjudique su consumo.  
					 
					La edad, las patologías crónicas y el mal uso de los 
					medicamentos pueden potenciar estos ‘males veraniegos’. En 
					el caso de la edad, se ha de prestar una especial atención a 
					los lactantes, los niños pequeños y las personas mayores, 
					por ser más vulnerables. “Enfermedades como la diabetes 
					pueden ser problemáticas si con las comidas de verano, no se 
					le presta la misma atención que en el resto de temporadas”, 
					explica Ruiz.  
					 
					En cuanto a los medicamentos, en función de su mecanismo de 
					acción, pueden alterar la adaptación del organismo al calor. 
					Es el caso de los diuréticos, que facilitan la pérdida de 
					líquidos. Por su parte, los antiinflamatorios no esteroideos, 
					los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina y 
					los antagonistas de la angiotensina (medicamentos para la 
					hipertensión y la insuficiencia cardiaca) pueden alterar el 
					funcionamiento del riñón.  
					 
					La digoxina (para la insuficiencia cardiaca), sales de litio 
					(para problemas psiquiátricos), y antidiabéticos orales 
					pueden, con el calor, incrementar sus efectos al reducirse 
					su eliminación a causa de la deshidratación. Los 
					neurolépticos (para problemas psiquiátricos), los 
					antimigrañosos, betabloqueantes (problemas cardiacos) y 
					hormonas tiroideas impiden la pérdida del calor por el 
					organismo. Por otro lado, medicamentos como neurolépticos y 
					antidepresivos pueden inducir un aumento de la temperatura 
					corporal al actuar sobre el sistema nervioso central. Por 
					último, hay medicamentos que agravan indirectamente los 
					efectos del calor por disminuir la capacidad de reacción 
					ante situaciones problemáticas. En este grupo entrarían los 
					medicamentos para dormir, para la ansiedad y los que bajan 
					la tensión arterial. 
					 
					Ruiz avisa además de la importancia de guardar los fármacos 
					en “lugares sin sol ni temperaturas extremas” y da consejos 
					prácticos como “disminuir el consumo de café”. 
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					No ‘aguantar’ la sed, una de las 10 leyes para no 
					deshidratarse 
					Beber entre 2 y 2,5 litros de 
					líquidos al día es la primera de las diez normas que el 
					Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos ha 
					marcado en el documento ‘Pautas de hidratación con bebidas 
					con sales minerales’. El agua y los electrolitos constituyen 
					el medio esencial para el desarrollo de la vida. Para 
					afrontar la actividad física diaria es necesaria una 
					adecuada hidratación.  
					 
					La sed nos avisa de que hay que beber líquidos, pero no es 
					saludable ‘aguantar’ sin beber. Además, según indican desde 
					la farmacia ‘Ruiz’, a las personas mayores “se les atrofia 
					el sistema de regulación de la sed”, por lo que se les 
					aconseja beber aunque no tengan ganas. 
					 
					La segunda de las leyes emplaza a prestar especial atención 
					a las situaciones que pueden favorecer la deshidratación, 
					como el calor y la sequedad ambiental elevados, fiebre, 
					diarreas, vómitos... Por lo que se desaconseja realizar 
					actividades físicas en las horas centrales de los días más 
					calurosos.  
					 
					Síntomas como sequedad de las mucosas y de la piel, 
					disminución de la cantidad de orina, sed y, en casos más 
					graves, pérdida brusca de peso, orina oscura y concentrada, 
					somnolencia, cefalea y fatiga extrema alertan de una posible 
					deshidratación. Además de agua y otros líquidos, también son 
					recomendables las frutas y verduras. No las comidas copiosas 
					que requieran un aporte suplementario de bebida. Las bebidas 
					alcohólicas, apunta la novena ley, pueden aumentar la 
					deshidratación, así como también la fomentan ciertos 
					medicamentos. 
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