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					Once niños están participando en el campamento para chicos y 
					chicas con diabetes que la Consejería de Sanidad, a través 
					del programa específico sobre esta enfermedad, tiene 
					elaborado en su ‘I Plan de Salud’. El encuentro, que está 
					supervisado por personal sanitario y monitores, se está 
					desarrollando en el Complejo ‘Miguel de Luque’ y finaliza 
					mañana. 
					Seis años y medio tiene Yasmín, la niña más pequeña del 
					campamento que se está desarrollando en el Complejo Rural 
					‘Miguel de Luque’. Quince años uno de los mayores, Hanas, 
					que además repite en esta tercera edición. En total son once 
					los pequeños que están participando en este encuentro para 
					chicos y chicas con diabetes, organizado por la Consejería 
					de Sanidad y Consumo, dentro del programa específico sobre 
					esta enfermedad, que se incluye en el ‘I Plan de Salud’.  
					 
					Margarita Medina y María Jesús Andreu, trabajadoras de dicha 
					Consejería, explican que una de las prioridades de este 
					campamento es “despertar el sentimiento de solidaridad entre 
					los chicos, a fin de que ellos mismos aprendan a convivir 
					con su enfermedad”. 
					 
					En este sentido, durante el campamento los niños reciben 
					talleres sanitarios y están supervisados por un equipo 
					médico procedente de la asociación sanitaria ‘Satueca’. El 
					objetivo es que aprendan aspectos de la diabetes, tanto 
					teóricos como prácticos, como puede ser cómo inyectarse la 
					insulina. Estas actividades están combinadas con otras de 
					caracter lúdico. La empresa ‘Acudeduca’ es la encargada de 
					la parte más divertida del campamento.  
					 
					Manualidades, expresión corporal, maquillaje, cabullería, 
					globoflexia... son algunos de los talleres que les enseñan 
					los monitores. No faltan tampoco actividades que se 
					desarrollarán durante todo el campamento, que comenzó el 
					jueves y finaliza el domingo. Por ejemplo, el juego del 
					‘Amigo sensible’. Cada uno de los niños tiene asignado, de 
					manera anónima, a uno de sus compañeros. Su objetivo es 
					hacerlo feliz con pequeños detalles. Como colofón, el último 
					día le tiene que dar un regalo hecho con sus propias manos. 
					 
					La piscina, los juegos malabares, el ‘Día del circo’ -que 
					celebraban ayer- o las jornadas nocturnas temáticas como la 
					de los indios completan la oferta del campamento.  
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