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					Lunes. 15 
					 
					Agosto se está mostrando como un mes terrible. Los medios 
					-tanto escritos, como audiovisuales o hablados- no cesan de 
					asustar a la gente. Todas las informaciones, opiniones, 
					ensayos o análisis, se vienen basando en lo mismo: la crisis 
					financiera. Yo recuerdo que no ha mucho, durante los veranos 
					y concretamente en estas fechas, surgía una leyenda con la 
					que entretener al personal. La que más se estilaba era la 
					del Monstruo del Lago Ness: un misterio nunca resuelto. 
					Pero, por lo que uno viene observando, ya no cuelan tales 
					historias. La que se lleva ahora es la de cundir desánimo 
					entre la población. Lo cual es mala cosa. Puesto que se nos 
					viene diciendo por parte de quienes son especialistas en la 
					materia, que cuando se apodera del personal el miedo a 
					perder su empleo y, por tanto, a sufrir las nefastas 
					condiciones de vida que tal hecho acarrea, lo que más sufre 
					es el corazón. Así, mediante ese pesimismo generalizado que 
					se ha apoderado de los mortales, cada día mayor, por causa 
					de unos mensajes tétricos y auspiciados por la incertidumbre 
					con la que actúan los políticos, no es extraño que los que 
					más trabajo tengan, a partir de ahora, sean los cardiólogos. 
					Y tampoco debe extrañarle a nadie que las iglesias vuelvan a 
					verse repleta de un público que, a falta de pan, volverá a 
					refugiarse en la fe (generadora de energía). De momento, la 
					llegada del Papa cumplirá un cometido en tiempos tan 
					revueltos: apaciguar a mucha gente. Ya decía Napoleón, 
					que de tonto tuvo bien poco, que la religión es el soporte 
					del orden social. Sobre todo cuando la Iglesia, la 
					institución más experta en hacer ostentaciones barrocas, 
					debido al gusto que tiene por el fasto y el aparato 
					escénico, entiende que es el momento propicio para volver a 
					reverdecer laureles. Y es que una Iglesia sin pobres, como 
					ustedes comprenderán, es menos Iglesia. 
					 
					Martes. 16 
					 
					Coincido con Juan José Cerro Muro en el Hotel tryp. Y 
					Juanjo, como es costumbre en él, cada vez que nos vemos, 
					acude presuroso a saludarme. Un gesto que suelo agradecerle. 
					Y, a partir de ese momento, el secretario particular del 
					presidente de la Ciudad y yo nos metemos en conversación. 
					Conversación que suele ser clara y concisa: los dos sabemos 
					de qué pie cojeamos y conocemos suficientemente la ciudad 
					como para no darle vida ni a las ambigüedades ni a los 
					circunloquios. Así que hablamos de lo que nos apetece y lo 
					hacemos en corto y por derecho. Sin tener que recurrir a 
					contarnos los clásicos cuentos del alfajor. Juanjo, al 
					margen del cargo que ocupa, es persona que se ha preocupado 
					de hacerse una cultura y, sobre todo, de exponerla en cuanto 
					se tercia. Así, como pregonero de cualquier acontecimiento 
					local, es siempre figura destacada. Y, desde luego, tiene el 
					don de saber estar siempre en su sitio. Motivo más que 
					suficiente para que uno, que lleva tantos años escribiendo 
					en periódicos, lo tenga en gran estima. Juan Vivas, 
					que acierta en la misma medida que yerra, ha sabido elegir 
					bien a su secretario particular. Y a uno no le duelen 
					prendas airearlo. 
					 
					Miércoles. 17 
					 
					Vengo leyendo, desde hace días, que Susana Román, 
					consejera de Juventud, Deportes y Menores, está dispuesta a 
					cambiar de arriba abajo el Instituto Ceutí de Deportes. Más 
					que a cambiarlo a transformarlo. De modo que nadie lo 
					conozca. Ni siquiera Juan Vivas: que fue la persona 
					que más influyó, en su momento, acerca de cómo debía regirse 
					ese organismo. Un organismo que nació muerto. Y donde reina 
					la muerte, nada puede germinar. Del ICD, antes IMD, nadie 
					puede darme a mí lecciones de nada. Puesto que yo tuve la 
					oportunidad de vivirlo durante tres años. Y a fe que tuve la 
					ocasión de empaparme de cómo se actuaba en él como para 
					reconocer que jamás nunca antes había salido tan asqueado de 
					ningún sitio. Incluso habiendo toreado en plazas muy 
					difíciles. Susana Román, magnífica deportista y con título 
					de abogada, fue ya directora gerente del IMD. Y su labor fue 
					un fracaso rotundo. Un fracaso que la ilegitima para volver 
					a intentar lo que en otros tiempos le fue imposible 
					conseguir: hacer trabajar a los empleados de un ICD que han 
					vivido a su aire. Los empleados del organismo, que deben 
					mantener sus empleos dentro del Ayuntamiento, son los 
					primeros que deberían reconocer que el ICD está acabado en 
					todos los sentidos. Y cuanto antes lo comprendan, mejor será 
					para ellos. Ahora bien, a Susana Román, que ya la pifió como 
					directora gerente, lo que le conviene es taparse. Pues sus 
					manifestaciones suelen hacer más mal que bien.  
					 
					Jueves. 18 
					 
					Un verano más me encuentro con los hermanos Rallo: 
					con Francisco y Antonio. Y, claro, me resulta 
					una tarea muy grata reflejarlo en esta miscelánea. Antonio 
					fue un compañero de tertulia en los años ochenta, cuando el 
					Partido Socialista había irrumpido con una fuerza inusitada 
					en una España que respiraba socialismo por los cuatro 
					costados. Antonio ejercía de senador y se mostraba como lo 
					que ha sido siempre: un señor que destilaba buenas maneras. 
					Hablar con Rallo, cuando la democracia en España estaba aún 
					balbuciente, era un placer. Por medio de Antonio, conocí a 
					Francisco; que es un extraordinario piloto civil y con quien 
					da gusto intercambiar impresiones acerca de cómo funciona el 
					mundo visto desde arriba. Un día le pregunté a Paco Rallo si 
					el volar induce a una actitud de escepticismo religioso. Si 
					uno se da cuenta del error de suponer que Dios puede estar 
					“ahí arriba”, y puede estar “mirando hacia abajo” hacia 
					nosotros. Porque la actitud del observador ahí arriba es 
					necesariamente de indiferencia. Uno ve a un hombre 
					pedaleando en una bicicleta, uno ve una pequeña granja con 
					su arroyo y su puente, y no hay nada de humano en ello. Uno 
					no siente el menor deseo de ayudar al hombre en su camino o 
					de lanzar una bendición sobre la pequeña casa. En suma, 
					Manolo, me contestó Paco: “Tú lo que quieres saber es si 
					volando uno puede sentirse bien o mal dispuesto hacia cuanto 
					ve desde las alturas. Por entender que el hombre sólo puede 
					ser un hombre en relación con aquellos que caminan sobre la 
					tierra a su lado”. Más o menos, le respondí. Me lo pones 
					difícil… Eso sí, me dio una extraordinaria explicación de 
					por qué el pilotaje de aviones es tan seguro. Pues bien, 
					hoy, cuando me han invitado los hermanos Rallo a sentarme 
					con ellos a la mesa de una terraza, hemos hablado sobre la 
					relatividad moral, sobre el hombre y sus circunstancias y, 
					desde luego, no se me ha olvidado recabar la opinión del 
					Barcelona-Madrid. Ya que Paco es madridista hasta la médula. 
					Y me lo he pasado en grande con las respuestas de los 
					hermanos Rallo. Quienes, además de tener maneras, son unos 
					conversadores sobresalientes.  
					 
					Viernes. 19 
					 
					La selección española de fútbol se queda sin Medalla 
					Autonómica. Lo cual parece ser que ha sorprendido a quienes 
					daban por el hecho que Vicente del Bosque y sus 
					muchachos serían galardonados por sus éxitos… Y hasta piden 
					que se argumente los motivos habidos para haber cambiado de 
					opinión quienes tenían que decidir al respecto. No hace 
					falta. Pues el motivo es palmario: se debe a las 
					declaraciones hechas por algunos árbitros de fútbol acerca 
					de la corrupción existente en los organismos federativos de 
					Ceuta. Escándalo mayúsculo, aireado a escala nacional, que 
					ha dañado gravemente la imagen del deporte en esta tierra. 
					Creo recordar que, cuando la denuncia estaba en su apogeo, 
					yo escribí en este espacio sobre lo inoportuno que sería 
					concederle la Medalla de la Autonomía a una selección 
					española donde los discursos de concesión tendrían que ir, 
					el día del acontecimiento, por la senda de la deportividad y 
					del juego limpio. Lo que hubiera sido toda una 
					contradicción: cuando aún flotan en el ambiente las malas 
					artes empleadas por ciertos árbitros locales. Con el fin de 
					que los equipos juveniles foráneos no pudieran ganar a los 
					de casa.  
					 
					Sábado. 20 
					 
					Se veía venir. La salida de Jorge Valdano del Madrid, 
					por la puerta de servicio, debido a que José Mourinho 
					la pedía insistentemente, por saber que el argentino formaba 
					parte del Grupo Prisa como informador de cuanto acontecía en 
					el club, está empezando a pasarle factura al entrenador 
					portugués. Mourinho no es ningún santo varón. Sin duda. Y, 
					si lo fuera, a mí no se me ocurriría escribir la menor 
					palabra a su favor. Simple y llanamente, porque a mí los 
					santos varones me producen un malestar indefinido. Cuando yo 
					trato con entrenadores, quiero que éstos se expresen cual 
					entrenadores y no como la haría cualquier religioso que ande 
					siempre dispuesto a darnos lecciones de espiritualidad, 
					lindando con la beatería. Guardiola, por ejemplo, 
					está demostrando que es el técnico ideal para el Barcelona. 
					Sus éxitos le avalan. Ahora bien, cada vez que habla parece 
					que no ha roto un plato en su vida y nos hace creer que su 
					misticismo y sus finas maneras de aceptar los hechos son 
					valores catalanes que ya no existen en ningún otro sitio. 
					Pep se ha convertido en el arquetipo de buen hombre. En una 
					España cada vez más hipócrita. Una España donde el 
					fariseísmo está tan bien visto como premiado. Y, claro, a 
					Mourinho le está correspondiendo aparecer como el demonio. 
					Y, para más INRI, un demonio portugués. No seré yo quien 
					justifique el que Mourinho le metiera el dedo en el ojo a 
					Tito Vilanova; el hermano gemelo de Pep. Pero lo que no 
					dicen los medios, con la misma insistencia que lo del dedo, 
					es que el tal Vilanova llevaba ya mucho tiempo diciendo 
					impropios del entrenador del Madrid. Y todo tiene un límite. 
					Y eso lo saben bien quienes han sido profesionales del 
					banquillo durante muchos años. Resumiendo: Mourinho es un 
					gran entrenador, y lo peor que haría Florentino Pérez 
					es enemistarse con él. Pues eso, y solamente eso, es lo que 
					persiguen los medios afines a Valdano. En esta vida, lo que 
					no podemos pedir es que todos los profesionales del fútbol 
					sean de la misma manera de ser de Guardiola y de Vicente 
					del Bosque. En absoluto. Ya que no todos tienen por qué 
					tener vocación secreta de benedictinos. En cuanto a 
					Casillas, bien haría en no hacer más el ridículo: en 
					principio, arremete contra lo que él cree que son 
					fingimientos de los jugadores del Barcelona, e, 
					inmediatamente, sale a la palestra haciendo labor de 
					arrepentido por el bien de la causa nacional española 
					futbolística. Listos así, con semejante componente de 
					sepulcro blanqueado, son los que salen ganando siempre en 
					esta España pacata por excelencia. 
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