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                     Los grandes vertederos ilegales 
					han desaparecido pero han dado paso a otras prácticas que 
					causan más quebraderos de cabeza a los servicios de limpieza 
					de la Ciudad. Son las pequeñas escombreras que se apostan en 
					las cunetas de las carreteras y en los terraplenes de alguna 
					que otra barriada. Sin embargo, las tareas de retirada de 
					estos residuos no cesan y desde la Consejería de Servicios 
					Comunitarios y Barriadas se han tomado medidas drásticas. Un 
					plan de ruta que evite que se acumulen estos vertidos en 
					zonas como Príncipe Alfonso o Felipe. La nueva ordenanza 
					podría echar para atrás el incivismo de algunos cuando, si 
					son pillados ‘in fraganti’ vertiendo cualquier tipo de 
					residuo sólido urbano a la vía pública, reciban una multa de 
					hasta 150 euros.  
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