sociedad - MARTES, 23 DE AGOSTO DE 2011

CEUTA
Cristina Marzán
ceuta@elpueblodeceuta.com

Puedo romper una puerta o permitir que me quiten a mis hijos por estar en la calle, a ver qué es mejor”, se preguntaba Susana María Sánchez, una ceutí que junto a su esposo y tres hijos ha abandonado el que ha sido su hogar durante once años, la ciudad de Almuñécar, en Granada, debido a la crisis económica actual, por lo que ha regresado a su ciudad natal.

Los malos tiempos que corren en todo el país dejaron a la pareja sin empleo y, a causa de facturas sin pagar, les embargaron la vivienda, por lo que el pasado 19 de julio se vieron obligados a hacer las maletas y mudarse hasta la barriada Los Rosales, donde fueron acogidos por los padres de la ceutí. La suerte estuvo de la mano de la familia hace escasos días cuando el progenitor logró encontrar un oficio pero, aún así, las cuentas todavía permanecen bajo cero por lo que Susana ha iniciado el trayecto hacia las entidades de carácter social de la ciudad. Tras acudir a la cita concertada con los Servicios Sociales, “nada que hacer porque, para solicitar vivienda, debo llevar dos años empadronada. Y para que me den la ayuda de servicios básicos debo tener una nómina desde hace seis meses o tener residencia durante dicho periodo, por lo que tampoco”, lamentaba.

Sin perder las esperanzas y con ánimo, la ceutí decidió acudir a las instalaciones del Centro Asesor de la Mujer, “donde me dijeron que estaban de traslados”, y luego a Cruz Roja, “no les quedaban alimentos que reciben de la Unión Europea, por lo que me aconsejaron acudir a la asociación Digmun, que estaba cerrada”. Minutos después y tras contactar con los responsables de dicha entidad social, Susana sí que obtuvo una respuesta favorable y sus hijos tendrían algo de ropa. Pero las necesidades básicas, sin hogar, dinero ni alimentos puesto que sus padres “son jubilados y además están enfermos de epilepsia”, aún no estaban cubiertas. Por lo que la joven emprendió el camino hacia otras instituciones tales como Cáritas y algunas parroquias sin lograr ningún éxito. “Es verano y los responsables están de vacaciones. Ya no sé que hacer, ¿a quién le pido ayuda si está todo cerrado?”, se preguntaba, angustiada, junto a David, de 10 años, Denis, de 7 años, y la más pequeña, Susana, de 4 años. Desesperada ante un mar de dudas, Susana María Sánchez sólo pide ayuda, información, asesoramiento y comprensión por lo que quiso enviar a los ceutíes un mensaje de concienciación. “Mis niños no tienen ropa, dormimos en el suelo y no sé a quién acudir así que ofrezco mi teléfono para que alguien me diga qué debo hacer: 662482095”.
 

Nuevos excedentes de la UE para las ONG, a finales de septiembre

Para aquellas familias que al igual que Susana María Sánchez están padeciendo duramente los efectos de la crisis, las ONG y entidades sociales de la ciudad recibirán una nueva partida de alimentos llegados desde la Unión Europea entre finales de septiembre e inicios de octubre. Así lo confirmaron ayer desde Cruz Roja, una de las entidades que se hace cargo de la distribución del 50% de los excedentes que llegan a Ceuta, cedidos por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM), a través del Fondo Español de Garantía Agraria. La primera distribución de alimentos se llevo a cabo a inicio de año, 55 toneladas que la institución humanitaria repartió entre Betel, Cruz Blanca, Remar, la parroquia Santa María de África, Cáritas Nuestra Señora del Valle, la Comunidad Islámica Al bujari, Cáritas San Ildefonso, Cáritas Nuestra Señora de los Remedios e ‘Internacional Christian Church’. Nueve entidades que proporcionan productos (arroz, pastas, tomate frito, natillas, leche de continuación, crema de verduras, caldo de carne, galletas y cacao soluble, entre otros) a más de 2.250 personas. El otro 50% de los excedentes llegados desde la UE es distribuido por la Federación española de Bancos de alimentos.