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					Hace ya tiempo que Abdelatif Hwidar (Ceuta, 1971) dejó de 
					buscar un rumbo profesional concreto, y se mueve a través de 
					los proyectos que “le tocan”. Puede que sea suerte, 
					estrella, o simplemente el camino más directo hacia la 
					autenticidad, esa a la que solo se llega con el trabajo bien 
					hecho y seleccionando con cuidado en qué proyectos se 
					embarca uno. Las elecciones personales y profesionales de 
					Hwidar le acaban de devolver a casa después de pasar más de 
					un mes rodando en Mozambique, un país en el que ya había 
					estado antes, pero al que ha vuelto este verano para ponerse 
					a trabajar en un proyecto en el que lleva ya varios años 
					implicado.  
					 
					‘La Capulana’, un nombre todavía provisional, es un 
					largometraje dirigido por tres directores españoles que 
					pretende contar historias cotidianas, tanto reales como de 
					ficción, enmarcadas en un país gravemente sumido en la 
					pobreza como lo es Mozambique. “Al principio la idea nació 
					de una oenegé que trabaja allí, que a través de un 
					documental quería mostrar su trabajo.  
					 
					Con el tiempo, hubo varias divergencias con la productora, 
					porque lo que nos interesaba era hacer historias de autor, 
					así que finalmente nos desmarcamos y trabajamos de forma 
					independiente”, explica Hwidar por teléfono en pleno viaje 
					de vuelta a casa.  
					 
					La historia del actor y director ceutí refleja la simetría 
					entre la relación de un padre e hijo mozambiqueño con la de 
					un padre y un hijo español, “eso es todo lo que puedo contar 
					de momento”, matiza el ceutí. Dentro del largometraje, las 
					historias que narran cada uno de los directores: Abdelatif 
					Hwidar, Adán Aliaga y Carla Subiraga, se entremezclan entre 
					ellas dando lugar a una fusión de ficción, 
					documental-ficción y puro documental, algo que para el 
					director ceutí “puede quedar muy bien”, aunque habrá que 
					esperar hasta enero para ver los resultados del trabajo 
					terminado.  
					 
					Por fin, el ‘largo’ 
					 
					De vuelta a España, y tras semanas de trabajo en el invierno 
					africano, Hwidar regresa “tocado” por las personas con las 
					que ha compartido las últimas semanas. “Está bien hablar de 
					cine social, resume muy bien lo que estoy haciendo ahora, 
					pero es que es necesario que en el cine hablemos de cosas 
					como Mozambique, un país francamente pobre pero en el que la 
					gente es maravillosa. Todo el mundo irradia dignidad, allí 
					solo son pobres en lo económico”.  
					 
					El director explica que en el país africano ha encontrado 
					actores de muy alto nivel que le han sorprendido, con los 
					que ha trabajado manejándose en portugués. “También había 
					traductores, pero para mi no ha sido problema entenderme”.
					 
					 
					Además, para el realizador, la experiencia ha sido 
					especialmente grata por la posibilidad de compartirla con 
					los otros dos directores que forman parte del proyecto, Adán 
					Aliaga y Carla Subiraga, cineastas a los que conoce y admira 
					desde hace prácticamente ya dos años, y con los que ha 
					forjado “una gran amistad” en estos meses de trabajo. “Adán 
					y Carla siguen allí rodando todavía, ellos llegaron algo 
					después que yo”, matiza Hwidar. Ahora, el director tiene 
					también en mente la consecución de un proyecto que lleva 
					macerando varios años y en el que quiere que Ceuta sea 
					protagonista. Será su primer largometraje y se llamará ‘Muyahidines’. 
					El guión ya está prácticamente terminado y solo necesita 
					unos retoques para que sea “la versión definitiva” de esta 
					película, cuya acción, según explica Hwidar, transcurriría 
					en un 80% en Ceuta.  
					 
					De esta forma, Hwidar regresa a la dirección (que tampoco 
					había abandonado del todo) después de un año marcado por la 
					interpretación, y en el que se ha dado a conocer como 
					protagonista de ‘11-M’, una serie emitida en Telecinco y con 
					la que ha conseguido muy buenas críticas por su trabajo como 
					actor, interpretando a Jamai Ahmidan ‘El Chino’, un fanático 
					islamista oculto bajo la apariencia de un delicuente común.
					 
					 
					El buen hacer de Hwidar, que empezó a ser reconocido por su 
					cortometraje ‘Salvador, historia de un milagro cotidiano’, 
					premiado con un Goya, sigue así su curso “sin ningún guión 
					trazado”, pero tras la pista de “esas cosas que tocan” que 
					tanto le gustan al director.  
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