| 
                     
					CEUTA.- Juan Carlos Aznar, presidente del consejo de 
					hermandades y cofradías de Ceuta desde 2008, repasa la 
					historia de la entidad y sus proyectos de futuro, tras 
					conocer la noticia de la adjudicación de la Medalla de la 
					Autonomía, que recibirá en nombre de todos los asociados el 
					próximo viernes 2 de septiembre, con motivo del día de la 
					autonomía de ceuta. Aznar destaca la importancia de un 
					galardón como éste para que se conozca el verdadero trabajo 
					del consejo de hermandades y su dedicación altruista a la 
					conservación y difusión de del patrimonio cultural ceutí, 
					además de una marcada vocación por la colaboración social y 
					otras actividades a las que están ligadas varios miles de 
					ceutíes a lo largo del año. 
					 
					Pregunta.- ¿Cuál ha sido la reacción del Consejo de 
					Hermandades ante la noticia de la Medalla que va a recibir?
					 
					 
					Respuesta.- La mesa del Consejo ya estaba trabajando desde 
					la semana siguiente a la Feria y desde el primer momento fue 
					una gran satisfacción. Para todos los que se dedican a algo 
					altruistamente con todo su cariño y disposición, siempre es 
					bien recibida una muestra de agradecimiento. Para nosotros, 
					que trabajamos desde nuestro sitio por el bien y la 
					conservación de todo el patrimonio y otras muchas cosas, 
					como la obra social y la divulgación o la formación de los 
					miembros de las cofradías, es una gran alegría.  
					 
					P.- ¿Cuál sería un ejemplo de esta labor social, un área 
					menos conocida entre las que toca el Consejo? 
					 
					R.- Hasta hace poco, las cofradías tenían la buena o mala 
					costumbre de no difundir lo que se hacía a nivel social. 
					Desde que entró la nueva mesa permanente del Consejo, 
					pensamos que la obra social es lo suficientemente importante 
					en el tiempo en el que vivimos como para dar otra imagen de 
					lo que son las cofradías, algo que quizás estaba un tanto 
					estereotipado y relacionado únicamente con el hecho de 
					cuidar con mucho lujo los pasos que salen a la calle. Las 
					cofradías siempre han tenido una labor muy importante de 
					aspecto social, nunca explicado y que era hora de que se 
					empezara a conocer. Obras importantes en los útimos años han 
					sido la adquisición de una furgoneta para la residencia 
					Nazareth o la ayuda al terremoto de Haití, también este año 
					al terremoto de Lorca y otras ayudas sociales dentro de la 
					ciudad tanto a través de las cáritas diocesanas como otras 
					puntuales que se hacen desde la mesa del Consejo.  
					 
					P.- ¿Y en cuanto a la divulgación? 
					 
					R.- Proyectos como la publicación de nuestra revista anual 
					‘Cruz de Guía’, nos ayudan a dar a conocer la historia de 
					nuestras hermandades y templos, algo que antes se quedaba 
					aquí en Ceuta y ahora llega prácticamente a todo el país a 
					través de las casas de Ceuta en España y muchos 
					particulares.  
					 
					P.- ¿Cuántas personas están directamente relacionadas con 
					sus 18 hermandades y cofradías? 
					 
					R.- Cada cofradía puede tener una media de 500 hermanos, 
					pero es un número abstracto porque hay personas que forman 
					parte de varias y en momentos como Semana Santa y otros 
					muchos eventos durante el año podemos hablar de una 
					participación directa de entre 2.000 y 3.000 personas. 
					Creemos que es importante en una ciudad con cuatro 
					religiones fuertes en funcionamiento. 
					 
					P.- ¿Hasta cuándo se remonta la historia del Consejo? 
					 
					R.- El primer documento escrito que se conserva es de 
					aproximadamente hace ochenta años, pero creemos que tenía 
					que existir algún ente distinto, quizás con otro nombre 
					antes, porque hay cofradías en Ceuta que tienen más de cien 
					años.  
					 
					P.- ¿Cómo valora la evolución del espíritu cofrade dentro 
					de su institución a lo largo de los últimos años? 
					 
					R.- A lo largo de los años que llevo metido en cofradías, 
					aproximadamente unos 40, se observa un vuelco total. Ahora 
					mismo no se parece en nada a lo que había en los años 80. La 
					calidad en cuanto a la seriedad, la formación, el patrimonio 
					y su conservación es totalmente distinta. Se vive mucho la 
					vida de hermandad, no se deja nada al azar y todo está mucho 
					mejor organizado, no se hace nada sin motivación religiosa, 
					que es en definitiva nuestra razón de ser.  
					 
					P.- ¿Y la participación? 
					 
					R.- Antes había muchos ‘hermanos de cuota’, que pagaban su 
					afiliación a la cofradía y después aparecían o no. Ahora los 
					cortejos penitenciales por ejemplo han crecido muchísimo y 
					por tanto la participación de los hermanos es mucho mayor.
					 
					 
					P.- El espíritu de las hermandades, ¿consigue mantenerse 
					joven? 
					 
					R.- Hay un movimiento joven dentro de las cofradías que no 
					cesa. No es todo lo importante que nos gustaría pero sí va 
					creciendo poco a poco. Podemos decir que hay entre ocho o 
					diez grupos de jóvenes dentro de las cofradías. Nuestro 
					hándicap es el hecho de que cuando los jóvenes se marchan a 
					estudiar fuera, aunque regresen cuesta que vuelvan al seno 
					de la hermandad incluso si siguen formando parte de ella de 
					forma activa.  
					 
					P.- ¿Cómo valoran la subvención que recibe el Consejo 
					para la conservación del patrimonio? 
					 
					R.- Estamos muy agradecidos por ella, pero lo cierto es que 
					cubre tan solo el 20 o 25% del montante que manejan las 
					cofradías en su presupuesto. Tenemos muchos ingresos 
					partiendo de las cuotas de los asociados además del montaje 
					de las Cruces de Mayo, la Feria, Lotería... La gente está 
					acostumbrada a ver que nos gastamos mucho dinero en arreglar 
					y mantener los pasos, pero no se debe olvidar que hay una 
					parte muy importante de ese dinero, venga de donde venga, 
					que lo destinamos a ayuda social por obligación y con el 
					consenso y acreditación de la Mesa.  
   |