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                     Que se vende el TRYP. Que no se 
					vende. Que eso son cosas de los rumores que han lanzado 
					desde la oposición. Total que sí, que si no, y ahí está todo 
					el meollo del asunto. Quién dice la verdad. Eso que se lo 
					pregunte al maestro armero. 
					 
					Desde mí particular, personal e intransferible punto de 
					vista, cómo la cosa siga de la forma que va, se va a cumplir 
					lo que decía mí compadre, Pepe La Rosa, en una de sus 
					canciones de humor:”Aquí se va a vender hasta los calcetines 
					que pare zuó”. No hay más remedio, no sólo a nivel local 
					sino nacional, que hacer caja vendiendo todo lo que se pueda 
					vender. 
					 
					Pero como el asunto que nos concierne es la venta o no venta 
					del TRYP, ateniéndome a que todas las opiniones son igual de 
					respetables, vengan de quienes vengan. Opino, en el supuesto 
					que pueda opinar algo, que si por mí fuese sin pensármelo 
					dos veces, vendería el hotel a una empresa privada. 
					 
					Eso sí, quiero aclarar las cosas, para que no haya malos 
					entendidos, siempre y cuando esa empresa privada que se 
					quedase con el hotel, respetase los puestos de cada uno de 
					los trabajadores que tiene, en estos momentos, el hotel. Las 
					cosas claras. 
					 
					Ahora, bien, si en ese establecimiento, que pagamos todos 
					los ceutíes y no creo que produzca beneficio alguno sino 
					todo lo contrario a la Ciudad Autónoma de Ceuta, existe un 
					consejo de administración, donde por el procedimiento del “dedatil”, 
					algunos han conseguido estar en él, ganando una buena pasta 
					la empresa privada, cosa lógica, no los necesita para nada, 
					porque nada le aportan y quiere despedirlos, ese es le 
					problema de todos aquellos que van a perder un puesto bien 
					renumerado que no vale para nada. 
					 
					Con estos “enchufados” en los distintos consejos de 
					administración de las distintas administraciones públicas, 
					no sólo a nivel loca sino nacional, tengo la misma opinión, 
					acabar de un plumazo con todos aquellos que por ser afiliado 
					a tal o cual partido o a tal o cual sindicato o simplemente 
					amiguetes, se encuentre ganado una buen pasta, sin aportar 
					nada de nada a esos consejos de administración del que no 
					tienen ni la más remota idea. Sólo vale echarles un vistazo 
					a la situación por la que atraviesan, en la actualidad, las 
					Cajas de Ahorros. Para llorar. 
					 
					Si hay que recortar gasto, recortemos pero de verdad. Acabar 
					con todos esos asesores que nada aportan pero que, cada mes, 
					se lo llevan “calentito”.  
					 
					Quitar los sueldos, esos despachos, dos secretarias, coche 
					oficial y guardaespaldas, a todos aquellos que han sido 
					presidentes de CC. AA, pero que ya han dejado sus cargos y 
					siguen viviendo de la “de la ubre de la vaca”, sin dar un 
					palo al agua. Todos ellos, como cada hijo de vecino que se 
					pongan a trabajar. 
					 
					Ustedes saben cuánto nos ahorraríamos, todos los españoles, 
					haciendo desaparecer a todos estos personajes que nada 
					aportan y que viven como dioses a costa del dinero de todos 
					los españoles, mientras funcionarios y pensionistas tenemos 
					que apretarnos el cinturón, de tal forma, que alguno ya no 
					pueden ni respirar. 
					 
					Si hay que apretarse el cinturón, tenemos que hacerlo todos 
					incluidos aquellos que fueron y ya nos son políticos, porque 
					nadie les obligo a dedicarse a la política. ¿O no? 
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