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sociedad - MIÉRCOLES, 31 DE AGOSTO DE 2011


Antonio J. Ruiz Moya. fidel raso.

medallas de la autonomia / Antonio J. Ruiz, presidente Colegio Farmacéutico
 

«De cada cien personas que entran en una farmacia, 60 se van sin adquirir producto alguno»

Antonio J. Ruiz Moya es el presidente del
Colegio de Farmacéuticos de Ceuta, galardonado con una Medalla de la Autonomía, y que componen 23 o 24 farmacias y aproximadamente setenta colegiados
 

CEUTA
Patricia Gardeu

ceuta
@elpueblodeceuta.com

El Colegio de Farmacéuticos de Ceuta será galardonado el viernes con una Medalla de la Autonomía. Compuesto por 23 o 24 farmacias y aproximadamente setenta colegiados, se fundó hace 75 años, con un objetivo inicial de luchar contra el intrusismo. Su principal objetivo es ejercer de intermediario entre los ciudadanos y los profesionales. Desde 1988, el Colegio está presidido por Antonio J. Ruiz Moya, nieto, hijo y padre de farmacéuticos. Entre las preocupaciones del colectivo destaca que se han tomado demasiadas medidas para controlar el gasto farmacéutico, cuando “no representa más allá de un 20%” del gasto sanitario. Ruiz agradece a la Ciudad Autónoma que se hayan acordado de ellos.

Pregunta.- ¿Cuál es la trayectoria del Colegio de Farmacéuticos de Ceuta?


Respuesta.- Los colegios son corporaciones de derecho que se basan en la Constitución. Su organización no es una relación entre personas privadas sino que actúa como Administración. El Colegio de Ceuta se fundó hace 75 años y esa es la razón fundamental para recibir esta Medalla. Surge primero, en los años treinta, como un medio de lucha contra el intrusismo; después se dedica a defender la profesión y a ser intermediario entre los profesionales y los ciudadanos, los cuales pueden acudir al Colegio si tienen un problema con una farmacia. Otra de sus funciones es intermediar con el Sistema Nacional de Salud (SNS) para la prestación, la cual se considera que debe ser sin corte en el tiempo, es decir, continua, por lo que precisa de hacer un sistema de guardia, algo de lo que se encarga también el Colegio.

P.- ¿Qué representa recibir la Medalla de la Autonomía?

R.- Mucho agradecimiento a la Ciudad Autónoma por acordarse de nosotros. Satisfacción porque se reconoce una prestación que está al servicio del ciudadano, por la cercanía. Y también orgullo.

P.- ¿Desde cuándo está al frente del Colegio de Farmacéuticos?

R.- Entré en el Colegio como secretario en el año 1985. Después, a la muerte del anterior presidente, Francisco Trujillo, me presenté. Cada seis años se hacen unas elecciones democráticas en las que votan todos los colegiados y cada tres años se echa a la mitad de la Junta de Gobierno para volver a presentarse. Yo soy presidente desde el 88.

P.- ¿Qué evolución ha tenido el Colegio en estos últimos años?

R.- No hay prácticamente evolución, sino que hay que cumplir las funciones, de manera que tenemos que presentarle las facturas de todas las farmacias al SNS, cumplir en tiempos, firmar los conciertos de prestaciones... Es decir, una labor burocrática. Si es verdad que el Colegio en los últimos años ha colaborado mucho con la Ciudad en campañas sanitarias, la última la del ‘Uso racional de los medicamentos’.

P.- La suya es una familia de farmacéuticos, ¿no?

R.- Sí, soy nieto, hijo y padre de farmacéuticos. Cuatro tíos míos también lo fueron y lo son varios primos.

P.- Más allá de la venta de medicamentos, ¿que otra función ejercen las farmacias?

R.- El farmacéutico es un titulado universitario, estudia cuanto menos cinco años y tiene una formación tanto en farmacología como en estudio del medicamento, que luego es la misma carrera que faculta para patologías leves, además de ser el gran asesor del paciente en temas de medicamentos. Prácticamente de cada cien ciudadanos que entran en una farmacia, sesenta se van sin adquirir producto alguno.

P.- ¿Qué destacaría del gremio?

R.- Estamos considerados por parte de los ciudadanos como el mejor servicio sanitario dentro del SNS, que a su vez estaba entre los tres o cuatro mejores del mundo. Destacaría que en los últimos cinco años no ha habido en Ceuta ninguna denuncia por mala praxis. Además, el Colegio no solo actúa, aunque sea mayoritario, con la Oficina de Farmacia, sino que todo aquel farmacéutico que quiera ejercer tiene que estar colegiado. Si bien dentro de la Administración sanitaria existe la posibilidad de no colegiarse, sí es necesario para cualquier otro ejercicio como el de analista clínico. Somos 23 o 24 farmacias y aproximadamente setenta colegiados.

P.- ¿Y cuales son las principales necesidades del colectivo?

R.- El gremio actualmente tiene una problemática, que es que estamos en la espiral de lo que se llama gasto farmacéutico, lo que sería gasto en medicamento. En los últimos años se han tomado 16 medidas conducentes y la verdad es que pensamos que el gasto sanitario en España es relativamente bajo con respecto al PIB y dentro del gasto sanitario, el farmacéutico no representa más allá de un 20%. Difícilmente vamos a salir de la crisis pegándole palos al gasto en medicamentos sin actuar sobre gastos estructurales. Han sido demasiadas las medidas. De hecho, no había ninguna farmacia no viable y en el ultimo Decreto Ley la Administración ya reconoce que puede haber farmacias que hay que recuperar.

P.- ¿Ceuta tienen sus peculiaridades también en estos temas?

R.- Tenemos un almacén de distribución que es idéntico al que tiene Sevilla, y para ejercer es preciso tener la titulación española. Vamos, que se tiene el mismo acceso a los medicamentos que en los Pirineos o en Madrid. En un ratio de no más de ocho o diez horas puede tener el medicamento que precise, con el mismo coste, o incluso menor porque en vez del IVA está el IPSI.
 

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