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					Ramón Gavilán Aragón recibió el título de ‘Melillense del 
					año’ por sus años de dedicación, tanto dentro de la 
					Consejería de Medio Ambiente, como funcionario 
					anteriormente. Enunció un discurso, visiblemente emocionado, 
					en el que dio las gracias a todos los que lo han apoyado 
					durante estos años, desde el presidente Imbroda hasta su 
					familia, dedicando el discurso a su mujer.  
					 
					Si vas a Melilla, o te marchas pronto o te quedarás para 
					toda la vida” le advirtieron sus amigos antes de pisar esta 
					“bendita tierra”, y “así ha sido”. Hizo un recorrido por sus 
					años como ingeniero de construcción en la Comandancia de 
					Obras, del “entonces Ayuntamiento” en el año 76, llegando al 
					año 82, cuando tomó posesión de ingeniero municipal, 
					asignándosele la jefatura del recién creado servicio de 
					Medio Ambiente del Ayuntamiento de Melilla. 
					 
					Hace treinta años “había mucho trabajo por hacer” para que 
					la ciudad no se convirtiera en un “gran basurero”. “Manos a 
					la obra” se puso Ramón Gavilán. Fue entonces cuando conoció 
					a Juan José Imbroda hasta llegar a formar parte de su 
					Gobierno en el año 2003. “Las dos legislaturas en las que he 
					tenido el honor de tener responsabilidades políticas, han 
					supuesto para mí muchísimo trabajo. Ha sido cuando se han 
					desarrollado los proyectos más importantes de los treinta 
					años de la historia medioambiental de Melilla”. Así, pasó 
					del trabajo como funcionario, “más distendido”, al de 
					“político”, en el que “tienes que vivir en todo momento de 
					cara al ciudadano, tener los oídos bien atentos, estar 
					pendiente de lo que diga la gente, para, si no adelantarse a 
					ella, sí coger al menos rápidamente sus intenciones, deseos 
					o comentarios y trasladarlos a la política”.  
					 
					Dio las gracias al “magnífico personal” de la Consejería. 
					Del mismo modo tuvo palabras para el presidente Imbroda, 
					quien tiene “algo especial” al resto de alcaldes o 
					presidentes conocidos por Gavilán, “ha sido exigente en el 
					cumplimiento de los programas y de las obligaciones”, 
					interesándose por el día a día de la Consejería de Medio 
					Ambiente. 
					 
					Dio las gracias a su mujer por hacer las veces de padre 
					cuando él tenía que estar trabajando y ella tenía que 
					atender a sus ocho hijos. Por eso, “me van a permitir que 
					comparta este título con ella, Lolita”, dedicó Gavilán, 
					quien también recordó que el año próximo será el último como 
					director de la UNED. 
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