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El Día de Ceuta de este año ha
venido marcado por la crisis económica, los discursos sobre
la forma de afrontarla y también por la lluvia, un elemento
imprevisible cuyo efecto ha podido solventarse al disponer,
por primera vez para este acto, del espacio del Teatro
Auditorio del Revellín como alternativa al Patio de Armas de
las Murallas Reales. Galicia, tierra en la que todo
reverdece precisamente gracias a las generosas lluvias que
caracterizan su clima, ha sido una invitada de la que
destaca, como rasgo común, su carácter de territorio
periférico pero, quizá por ello, dotado, igual que el ceutí,
de una fortaleza especial, como destacó el presidente de la
Xunta, Alberto Núñez Feijóo. El día en que la reforma
constitucional sobre el techo del déficit público se aprobó
en el Congreso ha sido también el de Ceuta.
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Felicidades a la comunidad
hindú |
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La comunidad hindú se encuentra
estos días inmersa en una de sus festividades más
importantes, en la que se venera a Ganesh, dios de los
buenos comienzos. La procesión e inmersión en el mar de la
figura del dios ‘elefante’ se ha convertido en una relevante
tradición de la ciudad, que viene a formar parte intrínseca
del riquísimo acervo cultural que atesora Ceuta, crisol de
culturas y religiones, punto de encuentro de continentes,
encrucijada de caminos de personas que provenientes de todos
los lugares del mundo a lo largo de la historia de la
humanidad hicieron de Ceuta su patria, su lugar, y cuya
impronta forma hoy la identidad de un pueblo. Ganesh y la
virgen de África se dieron ayer un abrazo fraternal que es
marca de esta tierra de convivencia. Felicidades por ello a
los hindúes en especial y a todos los ceutíes en general.
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OPINIÓN / EDITORIAL
