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OPINIÓN - SÁBADO, 3 DE SEPTIEMBRE DE 2011

 

OPINIÓN / EL OASIS

Militante pitoniso
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

María Dolores de Cospedal estuvo de visita en Ceuta no ha mucho tiempo. Se alojó en el Hotel Tryp y allí la tuve yo muy cerca de mí departiendo con los políticos de su partido. Mentiría si no dijera que le estuve mirando con discreción sus hechuras. Y me percaté de su cuerpo menudo, bien torneado, así como de que su cara parecía graciosa por ser chatilla.

De repente, un militante añejo del Partido Popular de Ceuta, que estaba en línea conmigo, se atrevió a decirme de manera audible, aunque bajito, que la Cospedal no sólo carecía de interés como mujer sino que, además, iba de lista en todos los aspectos.

Crítica tan acerba me sorprendió en su momento. Máxime viniendo de un militante que tenía, y tiene, más que demostrado que no sólo es fiel a su partido sino que, además, ha sido tachado siempre de pertenecer a la derecha más rancia. Vamos, de los que aún siguen pensando que con Franco se vivía mejor.

Tras aquella opinión, procedente de una persona que nunca se ha aprovechado de su militancia destacada en el partido para obtener ningún tipo de prebenda ni canonjía que valga, decidí seguir muy de cerca las actuaciones de la señora Cospedal: abogada del Estado, que ha ocupado cargos relevantes en la vida pública. Y, sobre todo, que ha sabido aprovecharse de las enseñanzas políticas recibidas por Esperanza Aguirre. De la que no se cansa de decir que fue su mentora.

Y así, sin prisa pero sin pausa, he ido viendo la enorme visión que tuvo el militante del PP al enjuiciar a la señora Cospedal, cuando todavía ésta no había dejado entrever su capacidad para afrontar situaciones graves aun a costa de hundir en la miseria a muchas personas.

Y a los hechos me remito: la presidenta de Castilla La Mancha, María Dolores de Cospedal, ha puesto tan alto el modelo de ajuste del gasto autonómico al presentar su plan de recortes para la comunidad manchega, que amén de cortar los gastos superfluos, que me parece decisión acertada y necesaria, dejará a muchos manchegos sin pan que llevarse a la boca.

La señora Cospedal, anunciando las medidas tan drásticas que va a tomar, quizá nos esté indicando que Mariano Rajoy, si gana las elecciones, hará lo mismo que ella ha aireado ya a los cuatro vientos. Una forma de prepararnos para que no nos coja de sorpresa lo que nos espera, llegado el momento. Lo que nos espera, si no hay alguna intervención divina, es volver a los tiempos donde solamente los ricos podían desayunarse y hacer las dos comidas que manda Dios.

Uno entiende que la señora Cospedal elimine gastos innecesarios en su comunidad, gastos que están en la mente de todos; pero lo que no me parece bien es que haya salido a la palestra dándoselas de ser lo más parecido a Margaret Tatcher. Señora que despreciaba a los pobres porque sí y sin tener un adarme de sentimiento de conciencia.

De extenderse por toda España el recorte difundido por la presidenta de Castilla La Mancha, habrá miseria a granel. Y los de siempre, o sea, los pobres, tendremos que volver a comer por turno; o sea, introduciendo las cucharas en la olla comunal. Y deberá dar gracias a Dios quien atrape un garbanzo. El militante del PP ha triunfado como pitoniso. Y a mí me tiene por testigo.
 

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