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                     Cuando pensamos en la calidad de 
					nuestro sistema educativo, nos viene a la memoria la 
					posición que ocupamos a nivel internacional. Basta con 
					consultar el último Informe Pisa, para darnos cuenta de 
					nuestro fracaso escolar, que, pese a las aparentes y débiles 
					reformas o soluciones, no logramos emprender el vuelo. 
					 
					A nuestros políticos se les llenan la boca en sus discursos 
					cuando llega el momento de sus investiduras, colocando la 
					educación como eje central de sus políticas; pero los hechos 
					han demostrado siempre lo contrario. 
					 
					De tanto desaguisado cabe preguntarse los motivos del mismo. 
					Ahora, se apunta, en la Comunidad Andaluza, el objetivo de 
					arremeter contra los enseñantes. Vean de qué forma lo van a 
					hacer: A partir del curso escolar 2011-2012, de inmediato 
					comienzo, los Directores de Centros Escolares tendrán la 
					potestad disciplinaria, con respecto a todo el personal que 
					preste sus servicios en los centros Públicos no 
					universitarios de la Comunidad.  
					 
					La normativa permitirá sancionar a los trabajadores de las 
					escuelas infantiles, colegios, Institutos, Centros de 
					Educación Especial que, por ser impuntuales, sumen hasta un 
					máximo de nueve horas al mes de ausencia al trabajo, así 
					como aquellos que no justifiquen adecuadamente una falta de 
					asistencia al Centro en todo un día. 
					 
					Otra novedad importante: la de que el profesorado, incluido 
					el de Religión, también pueda ser sancionado si no cumple 
					con su jornada laboral no lectiva. 
					 
					Así, los Directores podrán sancionar a los docentes que no 
					cumplan tanto con horario de impartición de las clases como 
					el de “obligada permanencia en el Centro”. Es decir, 
					guardias, tutorías, reuniones de departamentos, claustros de 
					profesores, Consejos Escolares y, en general las actividades 
					que configuran el horario individual presencial. 
					 
					Además, los Directores, también podrán imponer una sanción 
					leve –un apercibimiento que quedará registrado en el 
					expediente personal del docente- por todas aquellas 
					funciones de obligado cumplimiento que en Centro Educativo 
					haya incluido, bien en su Plan de Centro, bien en su 
					Reglamento de Organización (ROC) y que no sean acatadas. Eso 
					sí, cuando estos posibles incumplimientos tengan 
					calificación de falta grave, la sanción seguirá 
					correspondiendo como hasta la fecha, al titular de la 
					Dirección General de Recursos o a la Delegación Provincial. 
					 
					Resulta preocupante que, una vez más, el colectivo de 
					enseñantes no universitarios, se vean sometidos a unos 
					controles tan estrictos. No quiero pensar que las 
					situaciones “irregulares” de las que son protagonistas, se 
					prodiguen hasta esos extremos, para que se impongan severas 
					sanciones. 
					 
					En mis tiempos de ejercicio, yo no conocí que se cometieran 
					tales supuestas incorrecciones, para hacer al Sr. Director 
					de severo juez e implacable ejecutor de las sanciones. La 
					puntualidad era norma de estricto cumplimiento, como la 
					asistencia al centro educativo. Es posible que se 
					cometieran, en la puntualidad algún que otro desliz, 
					pensando que a algunos de nosotros se “les pegaran las 
					sábanas”. 
					 
					¿Hasta dónde pretenden llegar los responsables educativos? 
					Aunque, no es de extrañar, que también se impongan, 
					paralelamente alguna que otra sanción económica, para 
					aliviar en algo el problema de la crisis económica. 
					 
					Y ahora aparece, en estos días, nuevos problemas que 
					afectan, en especial a los profesores de Secundaria. El 
					curso está a punto de comenzar y es el momento de hacer 
					presión para conseguir o evitar situaciones que les 
					beneficien o les perjudiquen. 
					 
					La “guerra sindical” está preparada, ante la negativa de dar 
					más horas de clases. Los principales focos de tensión, con 
					algunas diferencias de matices, se encuentran en Madrid, 
					Galicia, Andalucía, Cataluña, Castilla La Mancha… 
					 
					En la Comunidad madrileña, el Gobierno de Esperanza Aguirre 
					va a aumentar de 18 a 20 horas de clases a la semana que 
					tendrá que impartir cada profesor de Secundaria. A pesar de 
					que la consejería de Educación, se niega que vaya a haber 
					“recortes ni despidos”, y que el aumento de la jornada 
					lectiva irá acompañada de una subida retributiva (¿?), los 
					Sindicatos preparan movilizaciones que concretarán en una 
					próxima asamblea. Según advierten éstos, los ajustes van a 
					hacer que el comienzo del curso sea “muy complicado” y 
					atentan contra la calidad de la enseñanza pública, con la 
					pérdida de más de 3.000 puestos de trabajo, el empeoramiento 
					de las condiciones en que el profesorado realiza su labor 
					docente y, sobre todo, el deterioro del servicio público 
					educativo… 
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