| 
                     Sin lugar a dudas es lo que atrae 
					y muy especialmente, en estos momentos, en los que el paro 
					abunda tanto. 
					 
					Hace ya muchos años, creo que fue en las elecciones de 1982, 
					las primeras que ganó el PSOE, con un slogam sencillo: ”Por 
					el cambio”, y con la promesa de 800.000 puestos de trabajo, 
					los “pesoistas” ganaron o mejor dicho, arrasaron. Eran 
					800.000 puestos de trabajo prometidos que no sé si se llegó 
					a crear alguno, pero la gente parada se agarró al voto 
					socialista como una lapa y los socialistas barrieron. 
					 
					La situación, entonces, no era como la de ahora y en aquel 
					instante la UCD pasó del poder a la desaparición. Fue un 28 
					de octubre. 
					 
					Pues bien, por ese ritmo y con la oferta de crear 3.500.000 
					puestos de trabajo, por parte del PP, le pueden votar hasta 
					los de la ejecutiva de IU o el mismo Marx si resucitara. 
					 
					Yo, en 1982, que era bastante más joven que hoy, no me creía 
					aquello de los 800.000 puestos de trabajo. Lo del cambio era 
					previsible, porque la transición estaba elaborada ya, a 
					costa de quemarse, en la UCD, primera Adolfo Suárez y tras 
					él varios de sus colaboradores. 
					 
					Ahora, a pesar de que en el invento esté una persona tan 
					apreciada por mí, como es González Pons, eso de los 
					3.500.000 puestos de trabajo me parecen el cuento de Las Mil 
					y una Noches, sin más, aunque debo reconocer que, a pesar de 
					que el país se lo van a encontrar como un patatal arrasado, 
					algo más que lo que han hecho los que están, harán los que 
					van a venir. 
					 
					De eso no me cabe ninguna duda y de que los puestos de 
					trabajo creados serán muchos menos, tampoco. 
					 
					Por cierto que, como para ponérselo más difícil, en la 
					prensa que tanto ha alabado a Zapatero, el periódico de 
					Roures, el Público, ya han puesto de patitas en la calle al 
					20% del personal, y eso que no ha hecho más que perder parte 
					de influencia el propio Zapatero, que a partir de aquí no sé 
					quien le va a cantar sus aciertos si es que llega a tener 
					alguno. 
					 
					Es lo que hay con las subvenciones o las ayudas especiales, 
					que cuando dejan de existir, los medios se resienten y las 
					plantillas se recortan. Ley de la prensa que donde más se 
					nota es en los periódicos u otros medios que más se aferran 
					a los que mandan. 
					 
					Un esfuerzo más, digo, para González Pons y todos los que 
					forman “piña” con Mariano Rajoy, porque estos 39 del ERE de 
					Público también necesitarán apoyo para encontrar trabajo, 
					que no les será demasiado fácil, tras pasar por “la escuela 
					de Público” que no es el mejor ejemplo de buena formación 
					periodística, por las ideas de su magnate dueño, ni por la 
					línea del medio que no marcha muy a tono con los tiempos que 
					estamos viviendo. 
					 
					No sé, desde el PP a qué se agarrarán para los primeros 
					cincuenta puestos de trabajo, menos sé donde encontrarán 
					hueco para los siguientes cincuenta mil, y no digamos para 
					llegar a un millón, a otro más y a los tres y medio ni lo 
					pienso. 
					 
					La economía es la que es, aquí puede maquillarse un poco, 
					pero sanearla y sacar la situación a flote se me antoja casi 
					imposible. Tiempo al tiempo y a esperar lo que nos aporte el 
					PP si es que llega a la Moncloa, porque sí sabemos parte de 
					lo que se va a encontrar, dentro habrá más, pero poner en 
					orden todo costará un riñón y más si empiezan a tirar cada 
					uno por su parte, como están acostumbrados los 
					nacionalistas-separatistas, por ejemplo. 
   |