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					La Legión Cumple noventa y un años. El martes celebrarán el 
					aniversario con una parada militar. El coronel Jefe del 
					Tercio Duque de Alba, 2º de La Legión, Alfonso 
					García-Vaquero Pradal, explicó en una entrevista con EL 
					PUEBLO -desarrollada vía correo electrónico-, que le encanta 
					el Tercio y que lo lleva “muy dentro”. No en vano fue, 
					precisamente, en esta Unidad en la que empezó su carrera 
					militar. Ha pasado desde entonces por cerca de una quincena 
					de destinos y se considera “el hombre más feliz del mundo”. 
					En cuanto a la Misión en El Líbano destaca que aunque 
					“todavía queda mucho camino por andar hasta que se designe 
					al personal que irá, seguro que algunos legionarios van a 
					conocer el Líbano”. 
					Pregunta.- ¿Qué significa estar al mando de una unidad 
					tan valorada como la Legión?  
					 
					Respuesta.- Es un orgullo, un honor y un privilegio porque, 
					personalmente, me encanta la Legión. Estaría igual de 
					contento en cualquier otra unidad de combate pero es que 
					esta se lleva muy dentro. Su espíritu de cuerpo es tan 
					fuerte que una vez que lo has probado no lo puedes olvidar. 
					Los legionarios lo merecen todo.  
					 
					P.- ¿Cuáles son las peculiaridades del Tercio? 
					 
					R.- Somos como cualquier otra unidad de Infantería, seguimos 
					los mismos programas de instrucción y adiestramiento y nos 
					nutrimos del mismo personal. Trabajamos día a día para estar 
					en las mejores condiciones posibles para cumplir con 
					nuestras misiones. Lo único peculiar es nuestro espíritu de 
					cuerpo que se sustenta en el Credo legionario, que es la 
					regla moral y de conducta que todos los que tenemos el honor 
					de vestir el uniforme legionario seguimos a pie juntillas.
					 
					 
					P.- ¿Qué destacaría de la trayectoria de la Legión? 
					 
					R.- Su permanente disposición al servicio de España; 
					siempre, desde el año 1920, ha estado al servicio de lo que 
					el Mando ha ordenado. La Legión no escatima esfuerzos para 
					alcanzar en todo momento las más altas cotas de eficacia y 
					preparación para el combate. Buscamos siempre los lugares de 
					mayor riesgo y fatiga.  
					 
					P.- ¿Cómo se ve la Unidad casi al borde del centenario? 
					 
					R.- ¡No hay mal que cien años dure! Es broma, camino del 
					centenario vamos con paso seguro y decidido. La Legión va a 
					organizar una serie de actos conmemorativos de todo tipo que 
					serán coordinados desde Almería, que es donde se encuentra 
					el general Jefe de La Legión. Ya hemos empezado a trabajar. 
					Pero lo que de verdad nos importa es que dentro de nueve 
					años continuemos disponiendo del armamento y material más 
					moderno que nos permita cumplir con nuestros cometidos en 
					las mejores condiciones.  
					 
					P.- ¿Cuánto de leyenda hay en la figura del legionario? 
					 
					R.- Aquí no hay leyenda, existe la realidad. El Legionario 
					del siglo XXI es un profesional excepcional dotado de una 
					coraza moral que le confiere unas capacidades envidiables. 
					Su entrega sin límites en todos los trabajos es lo que le 
					hace sentirse legendario. Hay mucho de mito y también de 
					desconocimiento.  
					 
					P.- ¿Cómo valora la influencia que ejercen los militares en 
					Ceuta? 
					 
					R.- La verdad es que nos encontramos muy a gusto en esta 
					ciudad. Sentimos a diario el cariño de la gente de la calle 
					y esto para nosotros es muy importante. Nuestra obligación 
					es precisamente velar por la seguridad de todos los 
					españoles. En particular en Ceuta esta misión se cumple con 
					mucho gusto pues todo son facilidades, tanto de organismos 
					oficiales como de particulares. Las condiciones son 
					excelentes y eso favorece que el nivel de instrucción de 
					todas las unidades sea envidiable. 
					 
					P.- ¿Qué capacidades y cualidades debe tener un mando? 
					 
					R.- El ejercicio del Mando es siempre una tremenda 
					responsabilidad. Somos una familia muy grande y para que 
					funcione no cabe duda de que hay que tener una preparación 
					tanto técnica como moral. Las capacidades se adquieren en 
					los centros de formación y se van perfeccionando con la 
					experiencia en el servicio y el estudio continuado para 
					mantenerse al día. Las cualidades están mas ligadas a cada 
					persona y dependen mucho de la personalidad de cada mando. 
					En La Legión es como en cualquier otra unidad, aunque lo 
					tenemos un poco más fácil pues el cumplimiento del Credo es 
					lo que nos cohesiona y hace más sencillo el ejercicio del 
					Mando. 
					 
					P.- ¿Cuáles han sido los mejores y los peores momentos al 
					mando? 
					 
					R.- Las mayores alegrías del Mando siempre son cuando ves 
					como tus compañeros progresan y van alcanzando sus objetivos 
					en la vida tanto profesional como particular. La 
					satisfacción del deber cumplido y la alegría que te entra 
					cuando ves que de verdad triunfan hace que uno se vaya a la 
					cama cada día plenamente satisfecho. Cuando hay que 
					reprender a alguien nunca es agradable pero desde luego el 
					peor momento sin lugar a dudas es cuando por desgracia se 
					produce una baja mortal, por el motivo que sea. La muerte es 
					siempre una pérdida infinita. Por eso precisamente somos tan 
					exigentes en temas de seguridad y somos conscientes del 
					riesgo.  
					 
					P.- ¿Qué futuro tiene el Ejército? 
					 
					R.- El mismo que el resto de la sociedad de la que formamos 
					parte. Continuaremos esforzándonos día a día en el 
					cumplimiento de todos aquellas misiones que el Mando nos 
					ordene, siempre dispuestos a trabajar en beneficio de 
					España.  
					 
					P.- ¿Cómo se está preparando La Legión para ir al Líbano? 
					 
					R.- La verdad es que no hacemos nada que se salga de lo 
					normal, cumplimos con los programas de adiestramiento que 
					coordina la Comandancia General. Nuestra preparación es 
					permanente y a ello nos dedicamos en cuerpo y alma. Que de 
					vez en cuando hay que demostrarlo fuera de nuestras 
					fronteras, ¡pues estupendo! Pero, de verdad, salvo alguna 
					peculiaridad relacionada con las costumbres locales, el 
					resto es lo habitual. Además, el Tercio ha sido designado 
					como unidad base de la Comandancia para la generación del 
					contingente, lo que quiere decir que aportamos la mayor 
					parte de las tropas de infantería aunque luego tengamos que 
					integrar también con nosotros unidades de otros países. 
					Todavía queda mucho camino por andar hasta que se designe al 
					personal que definitivamente irá pero tranquilos que seguro 
					que algunos legionarios van a conocer el Líbano. País, por 
					cierto, precioso y muy hospitalario. 
					 
					P.- ¿En qué condiciones se encuentran las unidades militares 
					en cuanto a material y a espacios? 
					 
					R.- Disponemos del armamento y material reglamentario en el 
					Ejército de Tierra, la verdad es que le sacamos muy buen 
					partido por la gran preparación táctico/técnica del personal 
					que lo maneja. Poco a poco se va modernizando y recibiendo 
					equipos de reciente adquisición. Los acuartelamientos de los 
					que disponemos son también adecuados para las circunstancias 
					actuales aunque algunos de ellos, al ser edificios 
					históricos, necesitarían una remodelación, pero la 
					crisis.... 
					 
					P.- Háganos un breve recorrido de su trayectoria. 
					 
					R.- Empecé mi carrera militar precisamente en este Tercio, 
					concretamente en la VI Bandera que entonces se encontraba en 
					el Jaral. Después estuve destinado en el 4º Tercio donde 
					pude ejercer el Mando de capitán y de teniente coronel, como 
					Jefe de la X Bandera. Casi se me olvida, el 4º Tercio está 
					en Ronda y allí conocí a mi mujer, que ha compartido conmigo 
					y mis dos hijas unos 13 o 14 destinos diferentes. Tuve 
					también un paso por el Estado Mayor del Ejército en Madrid 
					así como un destino en el extranjero en el Cuerpo de 
					Reacción Rápida de la OTAN. En fin, me considero un 
					privilegiado de la milicia que sigue disfrutando de la vida 
					militar. Del Mando del Tercio que le voy a contar... ¡Soy el 
					hombre más feliz del mundo! 
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