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OPINIÓN - DOMINGO, 18 DE SEPTIEMBRE DE 2011

 

OPINIÓN / SNIPER

Aquél “boquete judicial” del 11-M
 


José Luis Navazo
yebala06@yahoo.es

 

Alimentar la memoria es mantener la esperanza. Poco más puede hacer este escribano del “limes” que recordar una vez más, a tirios y troyanos, que la mayor matanza terrorista sufrida en España aun está, para vergüenza del Estado y todo el país, sin esclarecer. Se hacía ayer eco de ello Esther Sáez González, víctima y superviviente de los atentados del 11 de marzo de 2004, en la II Jornada del VII Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo: con voz templada pero firme, recordó ante más de 300 víctimas de 39 países lo que en España es un secreto a voces: “Tenemos un boquete judicial tan grande en el 11-M como los que provocaron las bombas en los trenes”. Entre una fuerte ovación que resonó con fuerza en la sede parisina de la Escuela Militar francesa, Esther Sáez puso sin tapujos el dedo en la llaga:”Aún no sabemos quiénes son los que pusieron las bombas, quién lo pensó, quién tomó la decisión”, para concluir denunciando por qué se destruyeron, con presteza, las pruebas incriminatorias de los trenes. Algo inaudito.

El lector avisado sabe que, a lo largo de estos años, dediqué algunas columnas a los atentados del 11-M en los que, estimo, deslizaba suficientes datos que cuestionaban documentadamente la interesada versión oficial. La realidad, conviene insistir en ello, es que los atentados de Atocha son un ejemplo de manual de lo que se conoce como “Falsa Bandera”. Solo bajo este prisma es posible empezar a arrojar algo de luz sobre esta tragedia. Naturalmente, también hay una serie de vectores que, debidamente analizados, nos muestran la imposibilidad incluso técnica de que los atentados fueran organizados y ejecutados por sus autores oficiales, más tarde oportunamente “suicidados” en Leganés. Curioso atentado islamista éste, el único de su género en el que no hubo terroristas suicidas ni antes ni después. No cuela. El 11-M es como una piel de cebolla, con diferentes capas. Detrás del mismo y en última instancia, estarían las avezadas manos de algún servicio de inteligencia extranjero… con altas complicidades en el aparato de seguridad español. Y una excelente campaña de intoxicación y desinformación de altos vuelos. Recapitulemos: ¿quién tenía el motivo?; ¿quién la doctrina?; ¿quién la oportunidad?. ¿Y quiénes fueron los beneficiados…?. Porque la España de hoy, no lo duden, es consecuencia directa y fruto de los atentados del 11-M. El 11-M España, como potencia aun de segundo orden, fue quitada de en medio. Y quien podía tener algunas claves de lo ocurrido, como el “Papa Negro” o el yerno del ferretero, sin ser llamados a declarar.

Dedicado a la clase política, miembros de la Judicatura y agentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado (Policía Nacional, Guardia Civil y CNI) que, siendo plenamente conscientes a pie de obra de este bochornoso “boquete judicial”, han escogido mirar para otro lado. Entendible: patriotismo… de fin de mes. Y al Delegado del Gobierno (no es nada personal), en este caso de Ceuta, cuyo máximo jefe el aun Presidente nominal Rodríguez Zapatero fue uno de los grandes beneficiados del atentado sobre el que, por lo demás y con la complicidad de sus más directos colaboradores como el tenebroso Alfredo Pérez Rubalcaba, no ha dejado de echar tierra desde entonces intentando enterrar la verdad. “¡Queremos saber!”, ¿se acuerdan…?; “¡Queremos un Gobierno que no nos mienta!”, ¿se acuerdan…? Pues eso. ¿Quid Prodest, 11-M…?. Escribí algo parecido el 18 de octubre de 2010: Ni olvido ni perdón. Caiga quien caiga, en España y fuera de ella. En la conjura del 11-M existen varias tramas al menos a dos bandas. La verdad se acabará abriendo camino: por justicia, por dignidad, por honor. Visto.
 

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