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					En apenas un mes Hassan Aberkan, vecino de la calle Cáceres, 
					ha eliminado a doce ratas en su vivienda. Los roedores, 
					según apunta, aprovechan la existencia de viviendas en 
					estado ruinoso en los alrededores para animar y después 
					invadir las casas cercanas. Apunta este afectado que Medio 
					Ambiente le ayudó a colocar trampas para evitar que los 
					roedores volvieran a acceder a su hogar, pero la medida de 
					poco ha servido, porque ayer atrapó a tres. Anuncia que 
					denunciará a los propietarios de las viviendas ruinosas de 
					la calle para que las limpien y acaben con esta infestación. 
					 
					Hassan Aberkam vive con su madre y otros familiares, entre 
					ellos tres sobrinos pequeños, en el número 22 de la calle 
					Cáceres en el barrio del Real y apunta que el temor a que 
					las ratas puedan atacarles tiene a la familia en un 
					constante sin vivir. “Si abres la puerta del patio hay que 
					hacerlo con miedo por si aparece alguna. No puedes dormir 
					temiendo que puedan morder a los niños o a cualquiera. Nos 
					hemos gastado un dineral en venenos y trampas y las ratas 
					siguen apareciendo”, se lamenta este joven melillense. 
					 
					Nidos 
					 
					Señala el afectado que tanto en la Calle Andalucía como en 
					la suya, hay al menos tres viviendas en estado ruinoso, 
					algunas de ellas incluso con los techos desplomados en las 
					que la naturaleza ha proliferado permitiendo el crecimiento 
					de árboles. La suciedad, restos, escombros y demás 
					materiales que se acumulan en estas antiguas viviendas 
					cerradas con candados, se convierten en el mejor de los 
					ambientes para que proliferen los nidos de roedores e 
					insectos. De hecho, este verano además de la aparición de 
					las ratas, han tenido que soportar la presencia cada vez más 
					numerosa de cucarachas. “Mi vivienda está perfectamente 
					limpia y desinfectada, pero las ratas se pasean por las 
					casas matas en ruina y así invaden las viviendas de la 
					calle”, se lamenta. 
					 
					Apunta que en más de una ocasión ha hablado con los 
					propietarios de una de las viviendas ruinosas y le ha pedido 
					que limpie el solar, pero que hasta el momento “no han hecho 
					nada”.  
					 
					También ha recurrido a la Consejería de Medio Ambiente, que 
					le dejó patente que podría desinfectar y desratizar los 
					alrededores, pero no los solares ni las viviendas 
					clausuradas, porque son propiedad privada. “Vinieron a casa 
					y me ayudaron a colocar trampas y demás venenos y las ratas 
					vuelven a aparecer. En lo que llevamos de mes ya he 
					eliminado a doce ratas, las tres últimas ayer. No se puede 
					vivir así”, manifiesta Hassan Aberkan, que añade que otros 
					vecinos de la zona comienzan a padecer también esta 
					infestación. 
					 
					Anuncia que este lunes volverá a la Consejería de Medio 
					Ambiente en busca de ayuda y no descarta denunciar a los 
					propietarios de las viviendas en estado ruinoso de la calle 
					para que limpien esos solares, en los que piensa que pueden 
					estar ubicados los nidos de estos roedores.  
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