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					Las consejeras de Asuntos Sociales, Rabea Mohamed, y 
					Juventud, Deporte y Menores, Susana Román, manifestaron ayer 
					a EL PUEBLO la intención de la Ciudad Autónoma de continuar, 
					según lo previsto, con el propósito de trasladar a los MENA 
					(Menores no acompañados) al albergue de San José, a pesar de 
					las críticas emitidas por algunos vecinos de las zonas 
					colindantes.  
					 
					Un centenar de residentes de Los Rosales, El Morro, Loma 
					Colmenar, Bermudo Soriano, La Reina, Hadú-San José, 
					República Argentina, Sidi Embarek, Poblado de Regulares y 
					Vicedo Martínez se reunieron en la tarde del viernes para 
					manifestar su negativa a este traslado. Algunos de los 
					motivos que apuntaron hacían referencia a “vandalismo, 
					inseguridad y dificultad de integración”. Las consejeras, 
					sin embargo, explicaron las razones por las que la Ciudad 
					considera acertado dicho emplazamiento.  
					 
					“La situación es muy complicada, hubo una denuncia del 
					Defensor del Pueblo porque el centro actual no reúne los 
					requisitos para atender a estas personas; ahora mismo la 
					única alternativa que tenemos es el albergue de San José, ya 
					que cumple con las medidas”, apuntó la titular de Asuntos 
					Sociales, quien además explicó que el hecho de que los 
					menores residan en dicho centro “no implica que vayan a 
					estar todo el día en la calle, ya que están escolarizados y 
					tienen unos horarios, así como unos educadores y personal de 
					seguridad”. “Yo creo que no va a ver ningún problema”. 
					 
					En cuanto al cambio de destinar el centro a los MENA en 
					lugar de a las familias sin recursos, la respuesta de la 
					consejera es clara: “Nos ha surgido un necesidad más 
					urgente; es decir, vamos a seguir trabajando con las 
					familias que podían haber ido allí, y para ellas tenemos el 
					programas de alojamiento alternativo, que está ayudando al 
					pago del alquiler a más de 400 familias, pero ahora esta es 
					la urgencia”. Por su parte, Román explicó que los MENA “no 
					tienen que integrarse, ya que son menores extranjeros no 
					acompañados, que por tanto están tutelados por la Ciudad, 
					dentro de un centro cerrado y yendo al colegio como 
					actualmente lo hacen”. 
					 
					Talante colaborador 
					 
					En cualquier caso, ambas consejeras mostraron un talante 
					conciliador: “Estoy segura de que hablando llegaremos al 
					entendimiento”, apuntó Mohamed, quien apeló “a la 
					solidaridad de los vecinos”: “Deberán entender que quizá es 
					una de las mejores soluciones que pueden tener estos chicos 
					para tener una vida mejor”. En esa línea, agregó: “Si el 
					Gobierno de la Ciudad pone de su parte y con mucha 
					comunicación con las asociaciones de vecinos colindantes al 
					centro, podemos llegar a un acuerdo y solucionar cualquier 
					problema que pudieran suscitar los menores antes, durante y 
					después de que fueran al centro”. 
					 
					En la misma línea, la responsable de Menores explicó que 
					durante la reunión mantenida con los vecinos nadie se mostró 
					disconforme a esta decisión. “Seguimos en contacto diario 
					con los representantes vecinales y si nos transmitieran 
					formalmente algún tipo de desacuerdo, nos sentaríamos y lo 
					hablaríamos”. 
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