OPINIÓN - DOMINGO, 25 DE SEPTIEMBRE DE 2011

MENA = Ofensa gratuita al Reino de Marruecos

Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com
 

A estas alturas del siglo y entre dos Estados democráticos como lo son España y Marruecos se impone un deber de respeto mutuo y de recíproca consideración. ¿Y no comprenden la Ciudad Autónoma y el Delegado de Gobierno, lo humillante y vejatorio que resulta para el Reino de Marruecos la exhibición de “caridades pringosas” y de innecesario “buenismo onegetista” para con los muchachos marroquíes que aparecen voluntariamente por Ceuta?. Sí, efectivamente estoy hablando de los MENA nacionales del país vecino y a quienes su Rey y su Gobierno son más que capaces de amparar, caso de necesitar amparo, proteger, caso de necesitar protección, apoyar, caso de necesitar apoyo y educar en sus buenas escuelas públicas. ¿Es que piensa la Ciudad Autónoma con ese intervencionismo grimoso y ofensivo que hemos vuelto a los años anteriores a 1956 y que aún estamos en el Protectorado Español?. Amparo y protección necesitan los menores apátridas ya que no tienen un país que les proteja y los refugiados de cualquier guerra , por más que la ONU posea organizaciones para su defensa. Pero los súbditos marroquíes proceden de un país que ha firmado la Declaración de los Derechos del Niño, un país con un Gobierno democrático y un Monarca muy valorado a nivel internacional y es más que capaz, le sobra y le basta, para atender a los suyos y que no acaben en instituciones de caridad en el país vecino que, con muy poca vergüenza, radical ignorancia de la legislación internacional que obliga a la devolución automática de cualquier menor a su país de origen y un clarísimo complejo de superioridad “presume de amparar” a quienes no necesitan ningún amparo sino que se cumplan las leyes internacionales y se les ponga bajo la tutela de la Policía del país del que proceden, máxime cuando es un país donde se respetan todos los Tratados y Convenciones. ¿Qué se cree Ceuta? ¿Que Marruecos es la sanguinaria Corea del Norte para tener que “acoger” y poco menos que “rescatar” a sus jóvenes?. De hecho si los muchachos que llegan a esta ciudad, vienen sin compañía, es porque su familia vive a media hora de distancia y el hecho de que un chico esté solo no quiere decir que su situación sea de “desamparo”. En verdad es todo una artera y retorcida maniobra para faltarle al respeto a Marruecos. Quienes llevan a estos chicos a un centro de acogida, cama y tres comidas más paga, saben perfectamente que no están “desamparados” porque la ley refleja que en caso de declaración de desamparo el muchacho antes que estar en un centro tiene que ir a una familia de acogida o ser calificado como “adoptable”. Y recuerdo que en una rueda de prensa con Fátima Hamed al preguntarle por las adopciones de estos chicos me respondió que ellos no podían ser adoptados “porque tienen a su familia”. Y si tienen a su familia ¿Donde coño está el desamparo? ¿Que pasa, que por el hecho de ser estos jóvenes de familias marroquíes a nuestros políticos les entra el “redentorismo compulsivo” y la prepotencia de pensar que esos padres de Marruecos no están “capacitados” para tener a sus hijos? ¿Y por qué? ¿Es que consideran que los padres de Marruecos, las Autoridades de Marruecos y el Rey de Marruecos son unos incapaces y que los políticos y las instituciones españolas tienen que “rescatar” a su juventud? ¿O es que piensan que Su Majestad Mohamed VI “no vale” para atender a sus súbditos? Ofensa tras ofensa, falta de respeto tras falta de respeto, humillación tras humillación a un país amigo.

Recuerdo que hace unos meses cuando la intoxicación en el centro de los MENA por una ensaladilla, al oír la conmovedora intervención de la Consejera hablando de “¡Nuestros niiiñooosss!” en un estado de arrebato, pensé que “nuestros niiiñooosss” (serán de sus padres y de Mohamed VI nuestros desde luego no porque “quedarse” con un menor tiene una palabra específica de muy grueso calibre) repito, al ver la emoción, les juro por la última bocaná de mis muertos que pensé que eran niños párvulos, de maternales o como mucho de ocho añitos todos huerfanitos, cuando no bebés de mantilla. ¡Y no vean los niños con los huevos negros por los pelos! No. No son “nuestros niiiñooosss” sino que son “La juventud de Su Majestad Mohamed VI, súbditos y nacionales del Reino de Marruecos cuya nacionalidad y derecho a estar en su país de origen, amparados por sus propias leyes, no puede ser conculcada, ni negada, ni menos aún arrebatada”. ¿Arrebatada por quien? Pues por cuatro mamarrachos que quieren hacer caridades “por cojones” “por maricomplejines” y porque padecen una patología médica que es el “redentorismo compulsivo”. Que se mediquen o que se alarguen a terapia, pero que dejen de menoscabar, negar y arrebatar los derechos del Reino de Marruecos para con los suyos. Yo denuncio públicamente y por escrito la ignominia que se está perpetrando contra el Gobierno Marroquí, la conculcación de los derechos de una Nación Soberana como lo es el Reino de Marruecos al “arrebatarles” prácticamente a sus muchachos incumpliendo el deber de devolverles automáticamente y ponerles bajo la custodia y tutela de la Policía Marroquí para que se haga cargo de ellos.

¿O es que nuestros “virtuosos de pacotilla” también desprecian a la Policía Marroquí y no “se fían” de entregarles a sus compatriotas? Señor Delegado de Gobierno ¿Por qué esa actitud de desconfianza ante las Autoridades del país vecino? ¿Es que han hecho algo malo que nosotros no sabemos? ¿O tendrá que ir a denunciar el Reino de Marruecos al Reino de España ante el Tribunal de los Derechos Humanos de Estrasburgo por la incalificable existencia de los MENA? Eso es. Y encima nos condenarán a pagar a Marruecos una indemnización multimillonaria por transgredir sus derechos inalienables a tutelar a sus nacionales.

Este tema, lógicamente no va a acabar aquí, porque en la Patria que vio triunfar una primera y segunda parte de El Quijote no cabe decir “segundas partes nunca fueron buenas”. Pero la frivolidad, los arrebatos de mística virtud, las obras de caridad impuestas por “maricomplejines”, el espíritu redentorista con ecos de antiguos colonizadores y los shows buenistas-onegetistas de injerencia en los asuntos internos de otros Estados, nunca acaban bien a nivel político. Porque siempre hay alguien que acaba denunciando el pastel.