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					El diputado en el Congreso por Ceuta, Francisco Márquez, 
					ofreció ayer a las 19.00 horas una charla en la sede del PP 
					en la que desentrañó los entresijos de la nueva reforma 
					laboral. El popular hizo un repaso sobre los puntos más 
					importantes de esta modificación en la Carta Magna y de cómo 
					afectarán a la ciudad tras su aprobación, ya que la economía 
					ceutí depende en gran medida de las ayudas y fondos 
					estatales. Además, el titular de Hacienda quiso acallar a 
					las voces críticas que pedían un referéndum y recordó que la 
					misma Constitución reconoce su modificación si hay un 
					acuerdo mayoritario en ambas cámaras.  
					 
					Los populares se reunieron ayer en la sede del partido en la 
					ciudad para abordar la reforma constitucional y su 
					repercusión en Ceuta. Francisco Márquez, diputado en el 
					Congreso, fue el encargado de ofrecer las claves sobre la 
					modificación de la Carta Magna, aprobada en el parlamento 
					con el acuerdo entre PSOE y PP, y que aún está por 
					desentrañar. El acto, con vocación de coloquio, giró en 
					torno a tres ejes: abordar el contenido de la reforma, 
					aplicar la modificación a la situación particular de Ceuta y 
					desechar las dudas y las críticas que se han vertido sobre 
					esta transformación.  
					 
					Márquez abrió la charla explicando el objetivo de esta 
					reforma, que no es otro que “establecer una disciplina 
					presupuestaria” para aportar “la certeza de que todas las 
					decisiones de gasto que tomen los gobiernos de las distintas 
					Administraciones Públicas estén de acuerdo con su volumen de 
					ingresos”. Una medida que, según explicó el diputado, 
					incluirá “garantías para su cumplimiento”. Para ello, la ley 
					orgánica que regulará el nuevo artículo 135 de la 
					Constitución determinará cuál será la responsabilidad de las 
					Administraciones que hayan incurrido en porcentajes de 
					déficit por encima de los límites que marca la constitución. 
					Hasta ahora, la única penalización que sufrían las 
					administraciones era la prohibición por parte del Ministerio 
					de emitir deuda. El límite de la deuda pública, también por 
					primera vez se fija con una cifra concreta, no podrá superar 
					el 60% del PIB, tal y como se recoge ya en el Tratado de la 
					Unión Europea.  
					 
					Los cercos puestos al endeudamiento suponen para Márquez una 
					prueba clara de “transparencia”. “Los límites van a estar 
					claros, los porcentajes también. Por tanto, la transparencia 
					es obligada”, resumió el diputado que añadió que esto 
					conllevará mayor “fiabilidad” para atraer inversores. No 
					será la única ventaja ya que para los populares controlar el 
					déficit también supone “facilitar que la economía española 
					pueda recurrir a la financiación” y “garantizar la 
					viabilidad financiera de los servicios y de las prestaciones 
					públicas que la Constitución española define como el estado 
					social”. 
					 
					Ahora bien, “si a España la va bien a Ceuta le va bien”, 
					apuntó Márquez. Por tanto, los beneficios que auspician para 
					el Estado se verán automáticamente revertidos en la economía 
					ceutí. “La futura normativa que desarrollará el artículo 135 
					es una oportunidad para la economía ceutí porque no cabe la 
					menor duda de que nuestro particular régimen económico y 
					financiero, tiene elementos que es necesario que se 
					desarrollen en una ley orgánica”, aseguró el consejero que 
					añadió: “Tenemos una particular economía donde el peso del 
					sector público es preponderante. El peso de las 
					transferencias y los recursos financieros que recibimos es 
					tan importante que es necesario que la Hacienda Pública 
					Estatal vaya bien para que la local vaya bien”. “Por tanto 
					estamos particularmente interesados en que la gestión de se 
					llevo con rigor”, resumió el popular. 
					 
					Voces críticas 
					 
					Por último, Márquez quiso con esta charla acallar a las 
					voces críticas que han tildado el proceso de reforma 
					constitucional como “ocultista”. El diputado recordó que la 
					Constitución recoge los procedimientos para su reforma que 
					puede ser aprobada por el apoyo de las tres quintas partes 
					de los miembros de ambas cámaras y si no hay un 10% de 
					senadores o diputados que piden referéndum. Y por último 
					señaló que no hay mayor quiebra del estado del bienestar que 
					unas cuentas públicas con fisuras por todos los costados, 
					que no aguantan aquellos que se ha asumido. “Ahora, a estas 
					alturas, todos estamos convencidos de que solamente se 
					pueden asumir compromisos de gasto que se puedan pagar”, 
					apostilló el diputado ceutí. 
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