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sociedad - JUEVES, 6 DE OCTUBRE DE 2011


El empresario Antonio Benítez Bautista. ep

obituario / antonio benitez
 

Toda una vida enamorado de Ceuta

Antonio Benítez, fundador de ‘La Esmeralda’, ‘Orly’ y ‘Joyería Benítez’, recibió las mayores distinciones como persona y como empresario : La Medalla de la Autonomía y la Medalla de Oro del Mérito al trabajo
 

CEUTA
Cristina Rojo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Mis hijos tienen un título que yo nunca podré tener, el de haber nacido en Ceuta”, dijo en una de las últimas entrevistas concedidas a este medio el empresario Antonio Benítez Bautista, fallecido a los noventa años de edad, tras una intensa vida dedicada a su familia y el negocio de la joyería. Nacido en Gaucín (Málaga), en 1921, Benítez llegó a Ceuta junto a sus padres y hermanos en 1933. Para entonces ya sabía lo que era trabajar, algo que no dejaría de hacer en toda su vida, primero por necesidad y después por vocación y espíritu emprendedor.

Por su labor empresarial y calidad humana la Ciudad Autónoma de Ceuta le concedió el máximo galardón que otorga, la Medalla de la Autonomía, que recibió en otoño de 2008. Un año después, en diciembre de 2009, el Consejo de Ministros reconoció también su labor a través de la Medalla de Oro del Mérito al Trabajo, que recibió igualmente emocionado en abril de 2010. “Mi único mérito ha sido cumplir, sencillamente con mi trabajo. Empecé desde la nada y trabajé sin parar, incluso los domingos; y la gente de Ceuta siempre se volcó conmigo, eso es lo más importante”, dijo el propio Benítez al recibir el premio de manos del secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado.

Según el propio Granado, Benítez tenía tres grandes amores en la vida: “Su familia, su trabajo y la ciudad de Ceuta”. Y así es como él mismo lo afirmaba, recordando el día más feliz de su vida, cuando contrajo matrimonio con su mujer, Manuela Vega, que le dio cinco hijos: Pedro, Manuel, Domingo y Juan Carlos. Después, la predilección que sentía por su ciudad de adopción, que le hacía sentirse un “ceutí de pura cepa” aunque no hubiera nacido aquí. “No hay otro sitio como Ceuta. He tenido la posibilidad de comprar negocios en la Península pero nunca he querido. De hecho me metí en un local en el mejor sitio de Algeciras, pero nada más llegar a Ceuta ya me estaba arrepintiendo y lo vendí por lo mismo que lo había comprado. Lo mismo me pasó en Granada. Es que no hay nada como Ceuta”, explicaba en una entrevista concedida con motivo de la Medalla del Mérito al Trabajo en 2009.

Aunque no tenía antecedentes familiares en el negocio de la joyería, Benítez aprendió el oficio con dedicación, primero con la joyería Ibáñez, que alquiló para comenzar y abriendo después dos joyerías más: Orly y La Esmeralda, esta última una de las más emblemáticas de la ciudad y cuyas instalaciones fueron renovadas recientemente.

Junto a él, que siguió visitando cada uno de sus establecimientos a diario hasta el último momento, trabajaron también sus hijos, que continúan ahora en la senda abierta por su padre, un ceutí de corazón.
 


Una dedicación reconocida al máximo nivel

Durante el acto de entrega de la Medalla de Oro del Mérito al Trabajo recibida por Antonio Benítez en abril de 2010, el secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, que le impuso el galardón en la nueva sede del INSS en Ceuta el mismo día de su inauguración, definió el premio y su relación con Benítez: “Es una paradoja que, en unos pocos minutos, se premie toda una vida dedicada al trabajo”. Granados afirmó entonces que la medalla significaba también un homenaje “a todos los ceutíes por poder disfrutar de la labor de Antonio, que nos ha dado a todos muchísimo más de los que nosotros podemos devolverle”. Antonio Benítez, con la modestia que le caracterizaba, le quitaba importancia al premio, sin dejar de agradecerlo, porque para él su dedicación al trabajo no era sino una demostración de lo que tenía que hacer. Eso sí, cuando fue premiado con la Medalla de la Autonomía de la ciudad, reconocía que el premio le hacía sentirse “un poco más caballa”. Su consejo siempre fue el de trabajar, y ya en 2009 confirmaba que no había nada que le hubiese gustado hacer y no hizo: “Estoy muy orgulloso con lo conseguido, me parece suficiente”.
 

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