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                     Estaba visto, pero lo que no queda 
					claro es como van a quedar las decenas o docenas de personas 
					que han trabajado y siguen perteneciendo al ICD. 
					 
					El ICD de hoy, IMD de hace años, nació con una idea muy 
					clara, que el deporte fuera guiado por personas conocedoras 
					del propio deporte y no por el politiquillo de turno, que al 
					no saber nada de nada se le encargaba de lo “simplemente” 
					deportivo. 
					 
					El ICD, al correr el tiempo, fue creciendo de tal forma que 
					uno de los bocados más apetitosos de la ciudad se lo llevaba 
					este departamento, unas veces con buenos resultados y otras 
					como el refugio de aquel que no servía para otra cosa. 
					 
					Ahora lo podemos decir, el Instituto Ceutí de Deportes tiene 
					los días contados y podría terminar su existencia antes de 
					que haya finalizado el año, en el que nos encontramos, DEP. 
					 
					Y es que aquí se ha enfilado el ICD sin posibilidades de 
					vuelta atrás, con lo que será la primera estructura pública 
					que se disuelva. 
					 
					Con esto, se dice, se va a empezar a aligerar la 
					Administración local, algo que nos parece correcto, pero lo 
					que no sé es como se va a hacer la cuadratura del círculo si 
					desaparece, de nombre, el ICD pero todas las actividades y 
					todo el personal que pertenece a esta estructura sigue en 
					pie, igual que estaba. 
					 
					El ICD habrá sido disuelto antes de que el mes de diciembre 
					haya concluido, con lo que el deporte de Ceuta volverá a ser 
					gestionado, sin intermediario alguno, por la Ciudad 
					Autónoma, esto es, “los mismos perros pero con distintos 
					collares”. 
					 
					La consejera del área de Juventud y Deportes, Susana Román, 
					ha dicho que la medida que se adoptará se ha pensado “para 
					evitar la multiplicación y duplicidad de órganos rectores y 
					resolutorios. Se trata de aligerar la Administración”. 
					 
					No sé si aquí Susana Román habla como “deportista a su 
					manera”, o como nueva política, que una vez asentada en su 
					poltrona mira de soslayo, sólo así, al deporte del que ella 
					ha logrado fama y más de una prebenda. 
					 
					Y es que, al entrar en este capítulo, la sorpresa que nos 
					podemos llevar, en primer lugar, es que no se sabe, todavía, 
					cual va a ser el ahorro que esto supondrá: “Parece evidente 
					que cuando se aligera la Administración un ahorro ha de 
					haber”. Ahí es nada, hay que “echarle un nudo al rabo de esa 
					mosca”. 
					 
					Y nos añade algo que se escapa a la idea normal que debíamos 
					tener sobre unos presupuestos: “Ahora no habrá dos 
					presupuestos. La partida para Deportes estará incluida en 
					los Presupuestos Generales de la Ciudad”, y con esto encima 
					de la mesa hay que preguntar a la consejera si el 
					presupuesto del ICD caía del cielo. 
					 
					Se da por sentado ya, no puede ser de otra forma al tener 
					mayoría aplastante el PP, en la Asamblea:”El Pleno aprobará 
					igualmente que la Consejería de Juventud y Deportes asuma 
					las competencias del ICD”. 
					 
					Y hasta aquí todo muy bonito pero ¿A dónde irán los 
					empleados del ICD?. Aquí será pasar de una sección a otra, 
					con lo que el gasto, en principio no deberá variar mucho, 
					porque ya se está rumiando eso de que “ahora Recursos 
					Humanos estudiará la asunción de los 41 empleados”. Dicho de 
					otro modo, me da igual que sea una sola bolsa o 14 bolsos, 
					con la misma cantidad, porque de esa sola o de los catorce, 
					particularmente, van a salir los fondos para las nóminas de 
					estas personas, como es natural. ICD desaparece, mejor dicho 
					las siglas, porque lo demás es otro cantar. 
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