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ACTUALIDAD - MIÉRCOLES, 12 DE OCTUBRE DE 2011


El teniente coronel lópez. FIDEL RASO

Andrés López García / Tcol de la 2007 Comandancia
 

«La sensación de impunidad, la ostentación de los narcotraficantes de hace diez años, no existe hoy»

Para el teniente coronel de la 2007
Comandancia de la Guardia Civil, los dos principales problemas de seguridad son ahora en Ceuta la violencia en el Príncipe y la quema de vehículos

CEUTA
Tamara Crespo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Ceuta.- El teniente coronel Andrés López García (Úbeda, Jaén, 1963) ha concedido a El Pueblo, con motivo de la festividad, hoy, del Cuerpo, la primera entrevista desde que en marzo pasado accediera a la jefatura de la 2007 Comandancia de la Guardia Civil, en la que ejerció como comandante durante diez años. Desde entonces, asegura, la situación ha cambiado en la ciudad en cuanto a la “sensación de impunidad” y la “ostentación” con la que se movían los narcotraficantes en los años 90. En la actualidad a su modo de ver, dos de los problemas de seguridad más graves de Ceuta son la espiral de violencia en El Príncipe y la quema de vehículos. Cree que la labor de la Benemérita en inmigración es reconocida por los ciudadanos.

Pregunta.- Tras seis meses en el cargo y aunque ya conocía desde hace una década la Comandancia, ¿cómo ha afrontado esta nueva responsabilidad?

Respuesta.- Pues con ilusión. Día a día, la responsabilidad es distinta a la experiencia que se tenía, porque yo estuve antes de segundo jefe y de tercer jefe, pero no era el responsable de los servicios, como lo soy ahora, con lo cual hay que meditar las actuaciones un poquito más, las cosas se ven distintas. Pero la verdad es que muy contento con el destino y con el funcionamiento general de la Comandancia. Ahora mismo estamos cortos de personal, limitaditos para los servicios que tenemos, pero bueno, se pueden realizar, con la problemática que hay actualmente es suficiente.

P.- ¿Qué cree que aporta al frente de la Comandancia, tanto por formación y experiencia profesional como por su carácter?

R.- Yo diría que aporto muchísimas cosas, pero bueno, eso habría que preguntárselo a los otros, ¿no? [sonríe]. Uno procura aportar seriedad, constancia..., y estabilidad. Creo que los guardias, los subordinados tienen que saber dónde se están moviendo, y la misión del mando es dejarlos trabajar y hacer un poco de colchón entre las directrices de la Dirección General y ellos, hacer un poco que lo que pueda chirriar no chirríe.

P.- Alguna de las funciones de la Guardia Civil en Ceuta son diferentes de las que tiene en otros puntos del territorio nacional. ¿Qué destacaría de su trabajo en la ciudad?

R.- El trabajo de la Guardia Civil en Ceuta es muy especial dentro de la homogeneidad del Cuerpo a nivel nacional. En Ceuta tiene la problemática de la inmigración, con la de Melilla son las únicas unidades que se dedican a eso. Incluso el hecho de la frontera, el tipo de servicio que realiza, el Servicio Marítimo por ejemplo, cuando intercepta una lancha en Almería, en Motril, donde quieras, se coge y el tratamiento que se les da es, por la propia legislación, su traslado a los CIE o CETI de la zona, y aquí van al CETI local y la interceptación es un problema diferente, aquí lo que se intenta más es impedirles la entrada que guiarles la entrada, que es lo que se hace en la Península. Aquí se intenta evitar que entren y activar a los Cuerpos vecinos para que los intercepten ellos.

P.- Eso es por su carácter de frontera de España y Europa, es una función de control muy específica...

R.- Es la gran diferencia en relación con la península, porque luego el puerto es también un puerto donde se intercepta muchísima droga, el tránsito de vehículos no se ahora mismo qué lugar ocupa en España, pero debe ser el segundo o el tercero y en interceptación de droga, posiblemente después de Algeciras sean los dos punteros en este tema. Este tipo de delincuencia no se da por ejemplo en Almería, algo de droga se coge allí en vehículos, pero no es el mismo volumen que aquí. Pero lo fundamental es la inmigración, el tema del vallado y los espigones es lo más característico.

P.- La inmigración clandestina es un fenómeno cambiante, y de hecho este verano ha habido alguna novedad importante, pues la falta de colaboración de las autoridades marroquíes dejó la vía abierta para la llegada continua de personas a nado y en pequeñas hinchables.

R.- Antes, lo que hacíamos era, cuando los detectábamos, entrábamos en las aguas de ellos y los socorríamos, porque como ayer (por el lunes) decía en mi discurso, muchos de ellos no saben nadar o las balsas son tan..., son esas ‘toys’ de niños, pero van siete adultos y cuando se mueven, vuelcan. Entonces, en cuanto los detectábamos nos metíamos en sus aguas, los socorríamos y lo que hacíamos era entregárselos a las autoridades marroquíes que estaban en Costa. Pero hubo una serie de problemas que no vienen al caso y ya no se puede hacer eso. Lo que hay que hacer ahora es esperar. A partir del 10 de agosto, creo, Marruecos instaló, en las dos bahías sendas semirrígidas, de cinco o seis metros de eslora, con las que interceptan las balsitas. El problema que tienen ellos es que no disponen de medios para la detección, entonces es donde nosotros, con las cámaras térmicas que hay en los espigones, una vez que se detectan, avisamos. De hecho hemos comprado unos rayos láser, verdes, porque el problema del rojo es que sólo es un puntero, y con la luz verde se ve también el haz, y con él apuntan a la balsita y a los de tierra los guiamos, pero no ya para recogerlos, como se hacía antes, sino para marcar a la Marina Real dónde están. Eso ahora está funcionando; de cuando en cuando no funciona, porque esta gente tiene también sus momentos, a veces la mar está un poco revuelta o hay problemas de cualquier tipo y alguno entra. Pero además, no deja de haber un efecto llamada, en el momento que la gente ve que llega aquí, que pasa sin problemas, pues vienen más. Como ahora, pasar pasan, pero muy pocos, pues hay menos presión.

P.- Otro foco de problemas que se ha conseguido controlar, con la colaboración de los responsables de Urbaser, es el de la Planta de Transferencia, donde acudían los inmigrantes para esconderse en los camiones.

R.- Sí, hemos hablado con ellos y es los temas estos lo que interesa es la colaboración. La Planta tiene su propia vigilancia y finalmente por lo que se optó es porque los contenedores que venían abiertos, que no eran de basura, se cerraran, y así no tenían ya donde esconderse. Nosotros continuamos con las vigilancias y eso se ha parado. De hecho el director del CETI me envía semanalmente los movimientos de gente que ha dejado de ir al CETI, que se supone que habrá pasado a la península, y son uno o dos por semana.

P.- En los primeros meses del año, en concreto, hasta mayo y tal como publicó EL PUEBLO, se contabilizaron, mediante el cotejo del que habla, más de un centenar de estas bajas y se interceptó a 60.

R.- Bueno..., ahora mismo se cogen uno, dos, tres, por semana... Si llevo el servicio muy bien, consigo pararlos. Hay que tener en cuenta que es gente que no tiene nada que hacer, se levanta, se va al puerto y, claro, en algún momento, cuando el guardia se va a tomar un café o se agacha a atarse el zapato, pues se cuela, el guardia le ve, le echa para atrás y a la vez veinticinco, pues consigue colarse. Si hubiera alguna otra vía, por ejemplo, que utilizaran pateras, se detectaría a través del SIVE de aquí o el de Algeciras. Además, en el día de la patrona me comentó el director del CETI que a los que interceptamos les dan, creo que Cruz Roja, unas charlas para convencerles de que no se deben escapar ni meterse debajo de los camiones.

P.- Ha comentado ya respecto a los recursos humanos que son menos de los que quisiera y sucederá igual con los recursos materiales...

R.- Siempre, siempre uno quiere más medios y más personal, pero supongo que en todos los lados es así.

P.- ¿Hay algún proyecto en este sentido o van a quedarse como están?

R.- Bueno, tenemos la promesa de la Comandancia nueva, que ya está el terreno, donde se hicieron los derribos oportunos..., pero hay que entender que la situación que vive el país... Ahora mismo, pues una comandancia que puede costar no se si 30 millones de euros, no tiene uno moral para pedirla, aunque nos hace falta. Luego está la dotación de medios materiales, hay coches nuevos, los Pathfinder (todoterrenos de Nissan) aunque estamos pendientes de hacer unos cambios porque en el aparcamiento nuevo (junto a la Comandancia), entran muy ajustados y estamos viendo la posibilidad de cambiarlos por los X-trail (más pequeños), que para la demarcación que tenemos..., su funcionalidad es parecida y es más fácil aparcarlos. También están llegando uniformes y no hay más necesidades.

P.- ¿Y en cuanto al personal?

R.- Se ha pedido a la Dirección, cuando vino el director adjunto operativo, en agosto, un aumento de plantilla... Bueno, frente al vicio de pedir está la virtud de negar, ¿no?.., creo que le pedimos cien hombres más, como si fuera gratis... [de nuevo, acompaña sus palabras con el esbozo de una sonrisa]. Pero volvemos al tema de antes, la crisis afecta en todos los conceptos y uno de ellos es también el personal, y la oferta de empleo público ha bajado a un 10% de la que había antes, y entonces donde había 4.000 guardias ahora hay 400, todos tenemos el mismo problema y yo evidentemente quiero mucho más, pero con lo que tenemos y con la demarcación nuestra, el perímetro, los espigones, la zona restringida del puerto y carreteras, que es muy poquita, tenemos suficiente.

P.- También tienen el Servicio de Protección de la Naturaleza...

R.- Tenemos el Seprona, que es por todo el territorio, intervención de armas, también en toda Ceuta, aguas territoriales y los buceadores del GEAS.

P.- ¿Cómo es la relación con el resto de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad?

R.- Buena, no hay problema.

P.- En el caso del Cuerpo Nacional de Policía, ¿cree que ha sido positiva en estos años la incidencia del mando único?

R.- Afecta poco a nivel periférico. En algunas cosas sí afecta, fundamentalmente en los temas de operaciones, cuando se hace cualquier tipo de investigación, pues se graba en una aplicación informática que está centralizada en Madrid, en el CICO (Centro de Inteligencia contra el Crimen Organizado), que refunde todas las investigaciones de Policía, nuestras y de otros cuerpos de seguridad y cuando hay coincidencia, que un individuo o un teléfono, un vehículo, lo que sea, se está investigando por dos Cuerpos, pues se llama a capítulo a los investigadores y les pone de acuerdo para coordinarse.

P.- Pero en el día a día no incide.

R.- En el día a día no, la Policía trabaja en su zona, nosotros en la nuestra y la coordinación es local, yo llamo a José Luis (Torres, el jefe superior del CNP) cada vez que hay algún problema, que no lo hay, y si hubiese algo que se saliera de madre sería el delegado el que coordinara.

P.- ¿Qué imagen cree que tienen la Guardia Civil y el trabajo que realiza en Ceuta o cuál le gustaría que fuera?

R.- Me gustaría lo que decía ayer (en el acto de celebración del Pilar), un pronóstico feliz para el afligido..., pero supongo que aquí por competencias, que es fundamentalmente carreteras, y como somos los que ponemos las denuncias, no debemos hacer muchos amigos... [bromea] Y en inmigración creo que sí se nos reconoce el servicio que se hace, tanto por las vidas que se salvan en el agua como también por evitar la entrada de inmigrantes en Ceuta, donde la gente está muy sensibilizada porque al hacer tapón, digamos, con el puerto, causan una cierta presión en la ciudad, con lo cual, la gente sí agradece esa labor que hacemos.

P.- ¿Cuáles considera que son a día de hoy los principales problemas de seguridad en Ceuta? ¿Es el del Príncipe, tras las dos últimas muertes violentas, el mayor?

R.- El del Príncipe, aunque parezca que es un tema puntual o entre bandas creo que ya ha pasado de castaño oscuro; el nivel de violencia que se está generando ha forzado a la Delegación del Gobierno a tomar la medida de coordinación de los tres Cuerpos, de normalización del Príncipe, que creo es interesante y necesario. Puede haber un barrio musulmán como es Hadú, donde o hay ningún tipo de problemas, y el Príncipe no tiene por qué ser distinto a cualquier otra barriada de Ceuta. Eso es un problema. Otro problema es la quema de vehículos, también estamos hablando de unos datos que sobrepasan con mucho la normalidad, si bien es cierto que hay varios móviles, en unos casos son coches muy viejos o están abandonados, otros son ajustes de cuentas, otros, dos o tres, se han quemado a la policía... Los coches están ardiendo pero por distintos motivos y entonces es complicado. De cualquier forma, las cifras son alarmantes y también tenemos un dispositivo extraordinario con este tema que completamos con el Príncipe.

P.- En su desayuno de trabajo con los medios, el pasado lunes, apuntaba que la solución a los problemas del Príncipe no es sólo policial, sino “multidisciplinar”. ¿Podría especificar en qué áreas le parece que se debería actuar también, es un tema incluso urbanístico...?

R.- Es un poco de todo...

P.- ... es que en el Príncipe, por su configuración, es complicado el acceso para las fuerzas de seguridad.

R.- No, el acceso está controlado, ahora mismo se puede acceder por cualquier lado. El tema es urbanístico, de educación, de empleo. La gente hace vida por la noche, pero lo hace porque no está trabajando por la mañana. Si tú tienes que levantarte a las siete para trabajar no estás a las tres de la mañana por ahí... Hay un montón de factores que afectan, y todos tienen que entrar a jugar. Las fuerzas de seguridad pueden hacer ahora algo un tiempo..., más o menos largo, pero si no va acompañado de otro tipo de medidas esa no es la solución.

P.- ¿Cree que existe una sensación de impunidad en el Príncipe respecto a otros barrios? Incluso algunos de sus vecinos dicen que se multa a la gente en el centro pero no en el Príncipe.

R.- Hay que intentar normalizarlo en cuanto a los actos violentos. Respecto a las multas, nosotros sólo miramos la dirección de la persona en el momento que hacemos la denuncia. El tema del urbanismo, es un problema de difícil solución.

P.- Uno de los problemas endémicos en la ciudad es el narcotráfico ¿Cómo ha evolucionado en la última década, que es el tiempo desde el que usted la conoce?

R.- En una palabra, es más discreto. Cuando yo vine hace diez años, era la época previa a la Operación Marinas, las semirrígidas estaban en el CAS, había una ostentación de los traficantes que ahora mismo no hay. ¿Que hay narcotráfico?, lo hay, porque se está cogiendo droga, lo hay, pero ya no es lo que había en los años 90 o en 2000, cuando había una ostentación, una sensación de impunidad que a día de hoy no existe.

P.- Aunque sigue siendo un problema importante.

R.- Sigue siendo un problema importante, hay que tener en cuenta que Marruecos es el mayor productor de hachís... Lo que sí creemos es que Ceuta es un sitio de paso, porque luego aquí en consumo, con la Ley 1/92, por consumo de drogas, se ponen denuncias, pero no es una cosa extraordinaria. Aquí la droga es en su mayor parte, en tránsito.
 

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