| 
                     
					Ceuta.- El teniente coronel Andrés López García (Úbeda, 
					Jaén, 1963) ha concedido a El Pueblo, con motivo de la 
					festividad, hoy, del Cuerpo, la primera entrevista desde que 
					en marzo pasado accediera a la jefatura de la 2007 
					Comandancia de la Guardia Civil, en la que ejerció como 
					comandante durante diez años. Desde entonces, asegura, la 
					situación ha cambiado en la ciudad en cuanto a la “sensación 
					de impunidad” y la “ostentación” con la que se movían los 
					narcotraficantes en los años 90. En la actualidad a su modo 
					de ver, dos de los problemas de seguridad más graves de 
					Ceuta son la espiral de violencia en El Príncipe y la quema 
					de vehículos. Cree que la labor de la Benemérita en 
					inmigración es reconocida por los ciudadanos. 
					 
					Pregunta.- Tras seis meses en el cargo y aunque ya 
					conocía desde hace una década la Comandancia, ¿cómo ha 
					afrontado esta nueva responsabilidad?  
					 
					Respuesta.- Pues con ilusión. Día a día, la responsabilidad 
					es distinta a la experiencia que se tenía, porque yo estuve 
					antes de segundo jefe y de tercer jefe, pero no era el 
					responsable de los servicios, como lo soy ahora, con lo cual 
					hay que meditar las actuaciones un poquito más, las cosas se 
					ven distintas. Pero la verdad es que muy contento con el 
					destino y con el funcionamiento general de la Comandancia. 
					Ahora mismo estamos cortos de personal, limitaditos para los 
					servicios que tenemos, pero bueno, se pueden realizar, con 
					la problemática que hay actualmente es suficiente. 
					 
					P.- ¿Qué cree que aporta al frente de la Comandancia, 
					tanto por formación y experiencia profesional como por su 
					carácter? 
					 
					R.- Yo diría que aporto muchísimas cosas, pero bueno, eso 
					habría que preguntárselo a los otros, ¿no? [sonríe]. Uno 
					procura aportar seriedad, constancia..., y estabilidad. Creo 
					que los guardias, los subordinados tienen que saber dónde se 
					están moviendo, y la misión del mando es dejarlos trabajar y 
					hacer un poco de colchón entre las directrices de la 
					Dirección General y ellos, hacer un poco que lo que pueda 
					chirriar no chirríe. 
					 
					P.- Alguna de las funciones de la Guardia Civil en Ceuta 
					son diferentes de las que tiene en otros puntos del 
					territorio nacional. ¿Qué destacaría de su trabajo en la 
					ciudad? 
					 
					R.- El trabajo de la Guardia Civil en Ceuta es muy especial 
					dentro de la homogeneidad del Cuerpo a nivel nacional. En 
					Ceuta tiene la problemática de la inmigración, con la de 
					Melilla son las únicas unidades que se dedican a eso. 
					Incluso el hecho de la frontera, el tipo de servicio que 
					realiza, el Servicio Marítimo por ejemplo, cuando intercepta 
					una lancha en Almería, en Motril, donde quieras, se coge y 
					el tratamiento que se les da es, por la propia legislación, 
					su traslado a los CIE o CETI de la zona, y aquí van al CETI 
					local y la interceptación es un problema diferente, aquí lo 
					que se intenta más es impedirles la entrada que guiarles la 
					entrada, que es lo que se hace en la Península. Aquí se 
					intenta evitar que entren y activar a los Cuerpos vecinos 
					para que los intercepten ellos.  
					 
					P.- Eso es por su carácter de frontera de España y 
					Europa, es una función de control muy específica... 
					 
					R.- Es la gran diferencia en relación con la península, 
					porque luego el puerto es también un puerto donde se 
					intercepta muchísima droga, el tránsito de vehículos no se 
					ahora mismo qué lugar ocupa en España, pero debe ser el 
					segundo o el tercero y en interceptación de droga, 
					posiblemente después de Algeciras sean los dos punteros en 
					este tema. Este tipo de delincuencia no se da por ejemplo en 
					Almería, algo de droga se coge allí en vehículos, pero no es 
					el mismo volumen que aquí. Pero lo fundamental es la 
					inmigración, el tema del vallado y los espigones es lo más 
					característico. 
					 
					P.- La inmigración clandestina es un fenómeno cambiante, 
					y de hecho este verano ha habido alguna novedad importante, 
					pues la falta de colaboración de las autoridades marroquíes 
					dejó la vía abierta para la llegada continua de personas a 
					nado y en pequeñas hinchables. 
					 
					R.- Antes, lo que hacíamos era, cuando los detectábamos, 
					entrábamos en las aguas de ellos y los socorríamos, porque 
					como ayer (por el lunes) decía en mi discurso, muchos de 
					ellos no saben nadar o las balsas son tan..., son esas 
					‘toys’ de niños, pero van siete adultos y cuando se mueven, 
					vuelcan. Entonces, en cuanto los detectábamos nos metíamos 
					en sus aguas, los socorríamos y lo que hacíamos era 
					entregárselos a las autoridades marroquíes que estaban en 
					Costa. Pero hubo una serie de problemas que no vienen al 
					caso y ya no se puede hacer eso. Lo que hay que hacer ahora 
					es esperar. A partir del 10 de agosto, creo, Marruecos 
					instaló, en las dos bahías sendas semirrígidas, de cinco o 
					seis metros de eslora, con las que interceptan las balsitas. 
					El problema que tienen ellos es que no disponen de medios 
					para la detección, entonces es donde nosotros, con las 
					cámaras térmicas que hay en los espigones, una vez que se 
					detectan, avisamos. De hecho hemos comprado unos rayos 
					láser, verdes, porque el problema del rojo es que sólo es un 
					puntero, y con la luz verde se ve también el haz, y con él 
					apuntan a la balsita y a los de tierra los guiamos, pero no 
					ya para recogerlos, como se hacía antes, sino para marcar a 
					la Marina Real dónde están. Eso ahora está funcionando; de 
					cuando en cuando no funciona, porque esta gente tiene 
					también sus momentos, a veces la mar está un poco revuelta o 
					hay problemas de cualquier tipo y alguno entra. Pero además, 
					no deja de haber un efecto llamada, en el momento que la 
					gente ve que llega aquí, que pasa sin problemas, pues vienen 
					más. Como ahora, pasar pasan, pero muy pocos, pues hay menos 
					presión.  
					 
					P.- Otro foco de problemas que se ha conseguido 
					controlar, con la colaboración de los responsables de 
					Urbaser, es el de la Planta de Transferencia, donde acudían 
					los inmigrantes para esconderse en los camiones.  
					 
					R.- Sí, hemos hablado con ellos y es los temas estos lo que 
					interesa es la colaboración. La Planta tiene su propia 
					vigilancia y finalmente por lo que se optó es porque los 
					contenedores que venían abiertos, que no eran de basura, se 
					cerraran, y así no tenían ya donde esconderse. Nosotros 
					continuamos con las vigilancias y eso se ha parado. De hecho 
					el director del CETI me envía semanalmente los movimientos 
					de gente que ha dejado de ir al CETI, que se supone que 
					habrá pasado a la península, y son uno o dos por semana. 
					 
					P.- En los primeros meses del año, en concreto, hasta 
					mayo y tal como publicó EL PUEBLO, se contabilizaron, 
					mediante el cotejo del que habla, más de un centenar de 
					estas bajas y se interceptó a 60. 
					 
					R.- Bueno..., ahora mismo se cogen uno, dos, tres, por 
					semana... Si llevo el servicio muy bien, consigo pararlos. 
					Hay que tener en cuenta que es gente que no tiene nada que 
					hacer, se levanta, se va al puerto y, claro, en algún 
					momento, cuando el guardia se va a tomar un café o se agacha 
					a atarse el zapato, pues se cuela, el guardia le ve, le echa 
					para atrás y a la vez veinticinco, pues consigue colarse. Si 
					hubiera alguna otra vía, por ejemplo, que utilizaran 
					pateras, se detectaría a través del SIVE de aquí o el de 
					Algeciras. Además, en el día de la patrona me comentó el 
					director del CETI que a los que interceptamos les dan, creo 
					que Cruz Roja, unas charlas para convencerles de que no se 
					deben escapar ni meterse debajo de los camiones. 
					 
					P.- Ha comentado ya respecto a los recursos humanos que 
					son menos de los que quisiera y sucederá igual con los 
					recursos materiales...  
					 
					R.- Siempre, siempre uno quiere más medios y más personal, 
					pero supongo que en todos los lados es así.  
					 
					P.- ¿Hay algún proyecto en este sentido o van a quedarse 
					como están? 
					 
					R.- Bueno, tenemos la promesa de la Comandancia nueva, que 
					ya está el terreno, donde se hicieron los derribos 
					oportunos..., pero hay que entender que la situación que 
					vive el país... Ahora mismo, pues una comandancia que puede 
					costar no se si 30 millones de euros, no tiene uno moral 
					para pedirla, aunque nos hace falta. Luego está la dotación 
					de medios materiales, hay coches nuevos, los Pathfinder (todoterrenos 
					de Nissan) aunque estamos pendientes de hacer unos cambios 
					porque en el aparcamiento nuevo (junto a la Comandancia), 
					entran muy ajustados y estamos viendo la posibilidad de 
					cambiarlos por los X-trail (más pequeños), que para la 
					demarcación que tenemos..., su funcionalidad es parecida y 
					es más fácil aparcarlos. También están llegando uniformes y 
					no hay más necesidades.  
					 
					P.- ¿Y en cuanto al personal? 
					 
					R.- Se ha pedido a la Dirección, cuando vino el director 
					adjunto operativo, en agosto, un aumento de plantilla... 
					Bueno, frente al vicio de pedir está la virtud de negar, 
					¿no?.., creo que le pedimos cien hombres más, como si fuera 
					gratis... [de nuevo, acompaña sus palabras con el esbozo de 
					una sonrisa]. Pero volvemos al tema de antes, la crisis 
					afecta en todos los conceptos y uno de ellos es también el 
					personal, y la oferta de empleo público ha bajado a un 10% 
					de la que había antes, y entonces donde había 4.000 guardias 
					ahora hay 400, todos tenemos el mismo problema y yo 
					evidentemente quiero mucho más, pero con lo que tenemos y 
					con la demarcación nuestra, el perímetro, los espigones, la 
					zona restringida del puerto y carreteras, que es muy 
					poquita, tenemos suficiente. 
					 
					P.- También tienen el Servicio de Protección de la 
					Naturaleza... 
					 
					R.- Tenemos el Seprona, que es por todo el territorio, 
					intervención de armas, también en toda Ceuta, aguas 
					territoriales y los buceadores del GEAS. 
					 
					P.- ¿Cómo es la relación con el resto de Cuerpos y 
					Fuerzas de Seguridad?  
					 
					R.- Buena, no hay problema. 
					 
					P.- En el caso del Cuerpo Nacional de Policía, ¿cree que 
					ha sido positiva en estos años la incidencia del mando 
					único? 
					 
					R.- Afecta poco a nivel periférico. En algunas cosas sí 
					afecta, fundamentalmente en los temas de operaciones, cuando 
					se hace cualquier tipo de investigación, pues se graba en 
					una aplicación informática que está centralizada en Madrid, 
					en el CICO (Centro de Inteligencia contra el Crimen 
					Organizado), que refunde todas las investigaciones de 
					Policía, nuestras y de otros cuerpos de seguridad y cuando 
					hay coincidencia, que un individuo o un teléfono, un 
					vehículo, lo que sea, se está investigando por dos Cuerpos, 
					pues se llama a capítulo a los investigadores y les pone de 
					acuerdo para coordinarse.  
					 
					P.- Pero en el día a día no incide. 
					 
					R.- En el día a día no, la Policía trabaja en su zona, 
					nosotros en la nuestra y la coordinación es local, yo llamo 
					a José Luis (Torres, el jefe superior del CNP) cada vez que 
					hay algún problema, que no lo hay, y si hubiese algo que se 
					saliera de madre sería el delegado el que coordinara. 
					 
					P.- ¿Qué imagen cree que tienen la Guardia Civil y el 
					trabajo que realiza en Ceuta o cuál le gustaría que fuera? 
					 
					R.- Me gustaría lo que decía ayer (en el acto de celebración 
					del Pilar), un pronóstico feliz para el afligido..., pero 
					supongo que aquí por competencias, que es fundamentalmente 
					carreteras, y como somos los que ponemos las denuncias, no 
					debemos hacer muchos amigos... [bromea] Y en inmigración 
					creo que sí se nos reconoce el servicio que se hace, tanto 
					por las vidas que se salvan en el agua como también por 
					evitar la entrada de inmigrantes en Ceuta, donde la gente 
					está muy sensibilizada porque al hacer tapón, digamos, con 
					el puerto, causan una cierta presión en la ciudad, con lo 
					cual, la gente sí agradece esa labor que hacemos.  
					 
					P.- ¿Cuáles considera que son a día de hoy los 
					principales problemas de seguridad en Ceuta? ¿Es el del 
					Príncipe, tras las dos últimas muertes violentas, el mayor?
					 
					 
					R.- El del Príncipe, aunque parezca que es un tema puntual o 
					entre bandas creo que ya ha pasado de castaño oscuro; el 
					nivel de violencia que se está generando ha forzado a la 
					Delegación del Gobierno a tomar la medida de coordinación de 
					los tres Cuerpos, de normalización del Príncipe, que creo es 
					interesante y necesario. Puede haber un barrio musulmán como 
					es Hadú, donde o hay ningún tipo de problemas, y el Príncipe 
					no tiene por qué ser distinto a cualquier otra barriada de 
					Ceuta. Eso es un problema. Otro problema es la quema de 
					vehículos, también estamos hablando de unos datos que 
					sobrepasan con mucho la normalidad, si bien es cierto que 
					hay varios móviles, en unos casos son coches muy viejos o 
					están abandonados, otros son ajustes de cuentas, otros, dos 
					o tres, se han quemado a la policía... Los coches están 
					ardiendo pero por distintos motivos y entonces es 
					complicado. De cualquier forma, las cifras son alarmantes y 
					también tenemos un dispositivo extraordinario con este tema 
					que completamos con el Príncipe. 
					 
					P.- En su desayuno de trabajo con los medios, el pasado 
					lunes, apuntaba que la solución a los problemas del Príncipe 
					no es sólo policial, sino “multidisciplinar”. ¿Podría 
					especificar en qué áreas le parece que se debería actuar 
					también, es un tema incluso urbanístico...? 
					 
					R.- Es un poco de todo... 
					 
					P.- ... es que en el Príncipe, por su configuración, es 
					complicado el acceso para las fuerzas de seguridad. 
					 
					R.- No, el acceso está controlado, ahora mismo se puede 
					acceder por cualquier lado. El tema es urbanístico, de 
					educación, de empleo. La gente hace vida por la noche, pero 
					lo hace porque no está trabajando por la mañana. Si tú 
					tienes que levantarte a las siete para trabajar no estás a 
					las tres de la mañana por ahí... Hay un montón de factores 
					que afectan, y todos tienen que entrar a jugar. Las fuerzas 
					de seguridad pueden hacer ahora algo un tiempo..., más o 
					menos largo, pero si no va acompañado de otro tipo de 
					medidas esa no es la solución. 
					 
					P.- ¿Cree que existe una sensación de impunidad en el 
					Príncipe respecto a otros barrios? Incluso algunos de sus 
					vecinos dicen que se multa a la gente en el centro pero no 
					en el Príncipe.  
					 
					R.- Hay que intentar normalizarlo en cuanto a los actos 
					violentos. Respecto a las multas, nosotros sólo miramos la 
					dirección de la persona en el momento que hacemos la 
					denuncia. El tema del urbanismo, es un problema de difícil 
					solución. 
					 
					P.- Uno de los problemas endémicos en la ciudad es el 
					narcotráfico ¿Cómo ha evolucionado en la última década, que 
					es el tiempo desde el que usted la conoce? 
					 
					R.- En una palabra, es más discreto. Cuando yo vine hace 
					diez años, era la época previa a la Operación Marinas, las 
					semirrígidas estaban en el CAS, había una ostentación de los 
					traficantes que ahora mismo no hay. ¿Que hay narcotráfico?, 
					lo hay, porque se está cogiendo droga, lo hay, pero ya no es 
					lo que había en los años 90 o en 2000, cuando había una 
					ostentación, una sensación de impunidad que a día de hoy no 
					existe. 
					 
					P.- Aunque sigue siendo un problema importante. 
					 
					R.- Sigue siendo un problema importante, hay que tener en 
					cuenta que Marruecos es el mayor productor de hachís... Lo 
					que sí creemos es que Ceuta es un sitio de paso, porque 
					luego aquí en consumo, con la Ley 1/92, por consumo de 
					drogas, se ponen denuncias, pero no es una cosa 
					extraordinaria. Aquí la droga es en su mayor parte, en 
					tránsito.  
   |