OPINIÓN - JUEVES, 13 DE OCTUBRE DE 2011

¿Qué va a pasar con los controles del Príncipe?

Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com
 

Porque no toda la ciudadanía está conforme con que destaquen controles continuados en entrada y salida de una barriada, ya que ello supone que se tiene a unos profesionales que tal vez podrían dedicarse a otros menesteres “de guardia” permanente. Bastante inusual por cierto ya que si de lo que se trata es de obtener un efecto disuasorio para quienes vayan o vengan “a” o “de” delinquir, lo mejor es el efecto sorpresa y que esos controles fueran esporádicos, inesperados, aleatorios y sorprendentes. Amen de compartidos si de lo que se trata, para “acallar las bocas” es de situar una especie de “puesto permanente”, entonces lo más inteligente es montar una casetilla como se hace en las urbanizaciones privadas, poner incluso las barreras con las tarjetas de acceso automático para los residentes y que vayan alternándose Guardia Civil, Policía Nacional, los maravillosos UIR y el “marronazo” del control se lo comen los tres cuerpos y no los guardias en solitario. Lógico que la ciudadanía se ocupe y se preocupe de las condiciones en las que se encuentran nuestros picoletos, porque una cosa son ocho horas en el tajo, trabajando en las ocupaciones habituales y otra muy distinta es estar con el coche, desprotegidos, a pecho descubierto, en medio de la puta carretera. Digo yo que son unos controles muy extraños y muy peligrosos, porque puedo decir y digo que he visto montar controles con ocasión de “movidas” en la Costa del Sol y allí están los furgones, los tíos-Macistes con las ametralladoras, los pinchos tenidos en el suelo y los perros con cara de granujas que andan siempre por medio de todos los líos, los aclamados “guías caninos”, aquí en Ceuta por cierto bastante menospreciados, porque si alguien merecía haber estado en primera fila en el glamouroso evento de la Festividad de la Guardia Civil eran los guías del puerto junto a sus cuidadores porque los unos y los otros tienen arte y parte en muchas aprehensiones ¡que falta de sensibilidad! En todo, con los canes sabiondos y con los guardias que hacen “idem” apostados en los accesos del Príncipe, en plena calzada ¿Y si llega un delincuente con un 4X4 les acomete y les atropella? Solos como están. Y por mucho que los mandos se den golpes de pecho recordando la indiscutible disciplina y espíritu de servicio del Cuerpo los ciudadanos suponemos que, a esos valientes, se les ofrecerán buenos incentivos porque la labor es agotadora y muy estresante. Pero lo mismo y precisamente por los valores de la Benemérita y por lo “sobrados” que siempre van, lo mismo nuestros guardias están “a pelo” sin un detalle, porque lo tienen que hacer, porque es “su deber” entre comillas. ¿No le sería más conveniente a la Delegación de Gobierno contratar turnos de veinticuatro horas de seguratas de Prosegur si quieren controles y dejar que la Guardia Civil proteja a “todos” los ceutíes y no ejerzan de guardas jurados de urbanización?. Porque lo que han puesto a hacer a los guardias es lo mismo que hacen en cientos de urbanizaciones españolas acoquinadas por los kosovares que asaltan los chalets y que tienen que contratar a seguratas para los controles ¡y no se gastan mala leche y malos modos esos musculitos con los “malos”! Pero...¡Pasar por una Academia para eso! ¿A que causa una sensación de impotencia y de acharo? Tal vez sería conveniente que dieran alguna explicación sobre las condiciones en las que trabajan estos profesionales, que tranquilizaran a la población y que dieran cuentas sobre si están bien compensados y motivados, porque eso supondría para todos una tranquilidad.