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					Si de los numerosos titulares aparecidos a partir de la 
					nutrida rueda de prensa del pasado jueves, alguien deduce 
					que CESM tiene un móvil político (o mejor, electoralista) al 
					temer que una eventual victoria contundente del PP el 20-N 
					intensifique los recortes sanitarios ya en marcha en algunas 
					comunidades autónomas, es hora de decir que está equivocado. 
					CESM no tiene vocación de actuar como telonero electoral de 
					ninguna formación política, ni, por supuesto, está a nuestro 
					alcance controlar la libertad de los periodistas a la hora 
					de rotular sus informaciones. Nuestro cometido es únicamente 
					defender una sanidad pública de calidad y las mejores 
					condiciones profesionales para los médicos que trabajamos en 
					ella. Sabemos, claro, que mantener un servicio esencial como 
					es el sanitario requiere dinero, mucho dinero, y que en los 
					tiempos actuales pintan bastos. Hasta ahí llegamos. Lo único 
					que añadimos a continuación es que si empieza a no haber 
					presupuesto para todo, la Sanidad debe ser unos de los 
					pilares del Estado del bienestar que se mantengan al margen 
					de recortes improcedentes. ¿O es que no hay otros flecos de 
					gasto público donde sí puede aplicarse sin mayores problemas 
					la tijera? Nuestras críticas van, pues, dirigidas a todos 
					los políticos que caigan en la tentación de ir a lo fácil, 
					que es meter mano en el sueldo de los trabajadores públicos, 
					cerrar quirófanos mientras se maquillan las listas de 
					espera, o despedir a personal interino. Y mucho nos tememos 
					que en esta categoría de malos políticos hay que abrir el 
					suficiente hueco para que entren todos los que merecen tal 
					calificación, que sin duda son muchos ahora y seguramente no 
					serán menos en el inmediato futuro. Eso significa que si en 
					vez del PP, fuera el PSOE el partido con más opciones a 
					gobernar durante los siguientes cuatro años, habríamos hecho 
					la misma advertencia: cuiden de la Sanidad, por favor, y 
					empleen su talento en corregir los variados desafueros 
					presupuestarios que es posible evitar sin que el bienestar 
					de los ciudadanos lo note. Y si no fuera excedernos de 
					nuestro ámbito (estatal), también diríamos lo mismo a 
					cualquier partido al frente de un gobierno autonómico. De 
					hecho, así lo hacen a diario los sindicatos que forman parte 
					de la Confederación. A CESM, en fin, y es donde queremos 
					llegar, no se le pueden buscar los colores políticos, porque 
					carece de ellos. Como organización profesional que es, tiene 
					la propiedad de ser incolora, aunque nunca será neutra: 
					diremos SÍ a cuantas iniciativas favorezcan la calidad 
					asistencial y el buen trato a los profesionales que la hacen 
					posible, y NO a quienes, urgidos por mandatos que vienen de 
					la UE y otras esferas internacionales, cortan a ojos 
					cerrados y por donde más duele. 
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