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OPINIÓN - DOMINGO, 16 DE OCTUBRE DE 2011

 
OPINIÓN / ANÁLISIS

De la igualdad real


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

Resulta significativo el hecho de que el primer acto de la campaña electoral de los socialistas haya girado en torno al concepto de Igualdad con mayúscula lo que resulta muy loable sobre todo cuando se insiste especialmente en las medidas ante la violencia de género que es una lacra aberrante del Sistema. Por fortuna la Ley protege de forma tenaz y sin resquicios a las víctimas de los malos tratos en el ámbito del hogar. Pero es precisamente esta Ley la más ferozmente sexista y discriminatoria y un auténtico atentado contra la Igualdad ya que ampara exclusivamente a las mujeres dejando al hombre que sufre idénticos malos tratos domésticos por parte de sus cónyuges, absolutamente desprotegido. Y existen hombres maltratados, son una minoría ignorada por el Sistema que conculca sus derechos y les niega la protección y el respeto que merecen, hasta el punto de conseguir que cualquier denuncia presentada por ellos, que son igualmente víctimas de situaciones de violencia física o psíquica, sea considerada poco menos que anecdótica e irrelevante existiendo una discriminación y una lacerante desigualdad en el tratamiento jurídico de los hombres con respecto al que se le garantiza en toda su plenitud a las mujeres. Lo curioso es que a los políticos en campaña o sin ella, les priva realizar alusiones, a la mínima oportunidad, sobre las mujeres maltratadas y las leyes que las amparan, pero les juro que nunca he oído a ningún candidato referirse a los hombres que viven en sus hogares situaciones de pesadilla (los hay eso resulta innegable aunque sean una minoría invisible y a la que se ignora). ¿Y ese injusto estado de cosas es a lo que llaman “Defensa de la Igualdad”? Pura hipocresía ventajista y oportunista, transgresión del auténtico espíritu de la Ley, desvirtuación de la esencia de la Justicia cuando de alguna manera se da carta de naturaleza a lo que no es más que una especie de legitimación de lo abiertamente anticonstitucional. Porque es la propia Carta Magna en su artículo 14 el que consagra el Principio de Igualdad y añadiré la sobada coletilla jurídica de que “ante hechos análogos, idéntico tratamiento jurídico”. ¿Y en qué se diferencia la violencia doméstica si el denunciante es hombre o es mujer? Pues en la más abrupta desigualdad en el tratamiento jurídico desde el primer segundo en que acude a la comisaría o a los Juzgados a denunciar. Esa, esa es la “igualdad” que nos venden nuestros profesionales de la buena conciencia.

Ahora el ejemplo didáctico : Una mujer acude agobiada y angustiada a denunciar ante los Juzgados que su compañero sentimental la está sometiendo a un acoso infernal y presenta como prueba del acoso y de las coacciones un teléfono móvil junto a la transcripción de ¡1.300 mensajes en un mes!. Zafarrancho de combate ¿Qué mejor prueba del acoso y de la persecución? ¿Qué Mayor evidencia de que nos encontramos ante una persona potencialmente peligrosa y evidentemente desequilibrada con claros rasgos obsesivo-compulsivos? Detención, noche en los calabozos, orden de alejamiento y mucha suerte si no acaba en los Rosales, el tema delicado y la imputación clarísima. ¿El pequeño matiz? Que no se trataba de “una acosada” sino de “un acosado” y al ser hombre la persecución dejaba de ser tal y los 1.300 mensajes pasaban a ser un ¡pelillos a la mar! Nada de acoso, ni de coacciones, ni de treinta días de bombardeo infernal, nada. El propio fiscal o “garante de la legalidad” pidió el archivo. ¿El motivo de la injusticia? Que la víctima era culpable de ser “hombre”.

¿Y que opinan de esto los defensores de la Igualdad?.
 

El movimiento Scout


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

Mis primeras referencias se remontan al año 1974, cuando mi familia llegó a España y mis hermanos pequeños entraron como alumnos en el entonces privadísimo colegio Cerrado de Calderón por cuyo selecto internado fueron pasando los niños y niñas de todas las familias hindúes de Ceuta, Suresh, Sony, Pepe, Premi… ¿Quién no estuvo estudiando en el Cerrado, entonces conocido como uno de los mejores colegios de Europa? Y en el colegio fue donde mi parentela contactó con el movimiento Scout, que encantaba porque era muy moderno y muy americano en una España con el Caudillo aún vivito y coleando y que tenía más bien poco de modernidad y no digamos de hábitos de asociacionismo. Creo que quitando a la Asociación de Amas de Casa, los cursis de los Cursillos de Cristiandad y los cercanos a la Obra, es decir, al Opus, entre los que se encontraban mis progenitores, asociaciones, como no fueran gastronómicas y en el norte no había más. Mis hermanos eran lobatos y mi hermana, una ‘alita’, es decir, pequeños, pero bien uniformados con el sombrero, el pañuelo, la camisa y el pantalón, y la temeridad de irse de acampada a lugares que eran francamente peligrosos, entre los Montes de Málaga, la Serranía de Ronda y las incursiones por Cazorla ya más mayores. Lo cierto es que todos los scouts con sus jefes o monitores o lo que fuera se mostraban muy orgullosos y destilaban corporativismo hablando de acampadas, fuegos de campamento con canciones e historias, vivaques, supervivencia, la ilusión de las tiendas de campaña y el escaso acierto de los responsables que no se tomaban las molestias de consultar las previsiones metereológicas antes de lanzarse a desfilar con las canciones de campamento para acabar montando las tiendas en cauces de arroyos que acostumbraban a anegarse con las lluvias. Regresaban sucios, hambrientos, embarrados, agotados y felices porque, además de los típicos cantos, en torno al fuego, los juegos y las actividades, los monitores hablaban de ideas nuevas, pese a que estaban totalmente al margen de la política y por eso les toleraban, pero iban dejando caer en los espíritus de los niños gotas de valores y de principios, amistad, compañerismo, esfuerzo, disciplina, trabajo en equipo… Mi difunto padre que era un poco chapado a la antigua no se fiaba de esas “modernidades”, por eso tuvimos que decirle que los Scouts en América eran como los ‘flechas’ españoles y como la canción predilecta de mi padre y su mantra particular que nos obligó a aprender desde la cuna era esa belleza que decía “Cubre tu pecho de azul, español, que hay un hueco en mi escuadra. Pon cinco flechas en tu corazón ¡Llámame camarada! Te enseñaré la solemne canción, de amor y de luceros y marcharé junto a ti en formación, hasta el campamento” ¡Miren, miren, los pelos como escarpias! ¡La madre que me parió! Pero a lo que iba, mi padre que era camisa vieja se tragó que los Scouts eran de Falange pero en americano y permitió a sus hijos disfrutar de los valores profundos y hermosos de ese movimiento que exalta el compañerismo, la camaradería, la amistad y la labor de equipo . En mi opinión el fondo, la forma, el trasfondo, la filosofía y todo cuanto rodea al movimiento Scouts es BB “básicamente bueno” y el haber pertenecido a los Scout es uno de los más bellos recuerdos de la infancia y de la juventud de muchos españoles. Haber sido o ser un Scout es un privilegio y algo de lo que disfrutar en toda su plenitud. Porque el recuerdo permanecerá siempre.
 

 
OPINIÓN / SERPIENTE DE OTOÑO

22,15 horas


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

Sábado, 22,15 horas, Estación Marítima de Algeciras esperando el barco de Balearia de las once de la noche tras una agitada tarde de mediación extrajudicial en Algeciras ¿Resultado? La parte contraria nos echó un mal de ojo, algo tipo macumba y falló la batería y al entrar al subterráneo del Corte Inglés en busca de un mecánico al 4X4 le reventó una rueda que no pudieron arreglar por lo tardío de la hora. Puro poltergeist que finalizó pagando seis euros a un taxista por llevarnos al puerto (y luego se queja la oposición de que los taxis de Ceuta vayan a subir unos céntimos, cuando son los más baratos de España ¡cuanta maldad!). ¿Y que sucede cuando, agotados por las vicisitudes, la brujería y los sinsabores llegamos a la Estación Marítima? Pues que tratamos de pasar por el enorme hall gris tipo soviet con cúpula de metal de estridente color amarillo y nos lanzamos en busca de un café para templarnos las tripas y levantarnos el ánimo ¡Nuestro gozo en un pozo! A las diez y cuarto de la noche, con todo el pasaje de Balearia esperando la cafetería estaba cerrada a cal y canto. ¿Y esa es la salida-entrada del continente europeo? ¿Es que han trasplantado la Estación Marítima de algún lugar de Bosnia Herzegovina?Más o menos, nada que rascar. Ni enchufe donde enchufar en la desolada sala de espera, miento, dos únicos enchufes ocupados por dos móviles y una avería sin resolver en los fétidos servicios de caballeros donde un grifo manaba agua de forma incontenible. ¿Y qué se hace ante tamaña eventualidad? Pues alzar los ojos al cielo y rogar, rectifico, mejor no alzar los ojos al cielo, porque allí no hay cúpula sino techo y del techo cuelga una especie de harapo que parece el guiñapo de una vieja red de atrapar estorninos ¿Se lo habrán dejado los pintores olvidado la última vez que pintaron los techos? Y encima la malla lleva una especie de papelillos pegados ¿Será para atrapar o espantar a las moscas? Objeto más calamitoso parece imposible de encontrar. Y vuelvo a rectificar porque si el harapo colgante impacta el verde lechuguino de las camisas del personal de Balearia produce una especie de estupor por el impacto visual. Es verde-sambódromo y debe afectar porque el empleado calvo que hacía las tarjetas de embarque parecía lo bastante afectado como para tardar el tiempo necesario para realizar no una travesía sino un crucero con escalas y cambio de trasatlántico. Lógico que reclamemos la inmediata aparición de José Torrado para poner un poco de orden y de buen criterio en esa antesala de Ceuta. O bien anexionar Algeciras a la Ciudad Autónoma para calmar las ansias expansionistas de las amas de casa ceutíes que sueñan con un Corte Inglés en condiciones y con la anexión podríamos regenerar la Estación Marítima, contratar a los arquitectos de interiores y montar un buen restaurante 24 horas en el primer piso. Metros hay para aburrir e ineficacia para invocar al espíritu de “Celtiberia show” las escaleras mecánicas del acceso al embarque están desmontadas, el scanner no funciona ni tampoco los rayos X para los equipajes , las cuatro plantas que han colocado en la segunda antesala están mustias. Y como la cafetería cierra si se quiere beber agua siempre queda el recurso de alargarse al grifo averiado y echarse un buche ¡ Apología de la cutrería!.
 

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