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                     Ya es lo que hacía falta a ciertas 
					zonas de Ceuta, por supuesto, no en el mismo centro, que las 
					urbanizaciones se lleven a cabo, a gusto y capricho de los 
					que van ampliando o modificando sus viviendas, sin que nadie 
					les salga al paso. 
					 
					La información del pasado domingo, en nuestro periódico El 
					Pueblo de Ceuta, firmada por Tamara Crespo, nos pone en 
					sobre aviso de cómo, a imagen y semejanza de El Príncipe, se 
					pueden ir ampliando otras zonas, como por ejemplo el 
					Recinto. 
					 
					Va a ser difícil poder llegar a lo que es hoy el Príncipe, 
					porque por esa barriada ha habido una total despreocupación, 
					en todos los sentidos, no de ahora, que se interesan todos 
					mucho por la barriada, especialmente en la época de 
					elecciones, sino en los últimos treinta y cinco años, hasta 
					el punto de haberse convertido en un laberinto, de donde 
					sería complicado, para uno de nosotros, salir sin la guía de 
					alguien conocedor del barrio. 
					 
					¿Y cómo se ha llegado a esa situación?. Muy fácil, porque al 
					no preocuparse nadie por lo que allí había se preocuparon, 
					todavía menos, por la obras legales o ilegales, que allí se 
					realizaban, con lo que casas pequeñas iban creciendo al irse 
					comiendo parte de los terrenos que eran calles y pasaban a 
					ser nuevas habitaciones de la casa. 
					 
					Lo más chocante, sobre este asunto, es que incluso postes de 
					la luz, que estaban en la calle, con el tiempo quedaban en 
					medio de un patio de la vivienda. 
					 
					Y no digamos bocas de los suministros de agua que quedaban y 
					alguna habrá todavía, bajo una alfombra en el amplio “salón 
					nuevo” que alguien se construyó. Muchas viviendas han 
					estirado. 
					 
					Estas irregularidades, por no llamarlo de otra manera, ha 
					hecho que, por ejemplo, los bomberos no sean capaces de 
					llegar a ciertos lugares, si no son guiados especialmente 
					para ello, y todavía más complicado, que con las “reformas 
					urbanísticas” a su manera, los propios bomberos, ni 
					siquiera, puedan llegar a todas partes. 
					 
					Con estos antecedentes, mal harían desde la Asamblea, en su 
					área correspondiente, si no ponen freno a eso mismo, para 
					que media Ceuta no quede convertida en algo distinto de lo 
					que es una ciudad moderna. 
					 
					El último problema, como apunta muy bien Tamara Crespo, ha 
					tenido lugar hace muy pocos días, en un incendio provocado 
					en Pasaje Recreo Alto. La actuación, allí, de los bomberos 
					tuvo que hacerse tendiendo muchos metros de manguera para 
					que, desde el camión, pudieran llegar a la vivienda que 
					estaba en llamas. 
					 
					El Recinto Sur está pasando a ser la otra imagen, en el 
					mismo sentido que el Príncipe, por la proliferación de 
					construcciones ilegales, con ampliación de ciertos lugares 
					ocupando parte de calles y convirtiendo espacios públicos en 
					estrechos callejones, que pueden quedar, algunos de ellos, 
					sin salida. 
					 
					¿Quién entra luego allí?. Sólo los que van a su casa, porque 
					ni los bomberos, ni las Fuerzas o Cuerpos de Seguridad del 
					Estado pueden actuar en esos lugares sin correr auténtico 
					riesgo sobre ellos mismos. 
					 
					No se cumple la ley, o hay a quienes no se les hace 
					cumplirla, porque desde el organismo competente se mira para 
					otro lado, en casos complicados como esos. No quisiéramos 
					llegar a esta conclusión, pero si nos dejamos “elaborar” 
					alguna otra barriada a imagen del Príncipe, es que aquí hay 
					dos tipos de leyes, las unas para cumplirlas y otras para 
					que las burlen aquellos que lo consideran oportuno. No sé 
					qué es lo que se piensa sobre esta otra Ceuta, no tan 
					moderna, desde la Asamblea. 
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