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                     Cuando usted quiere ser socio de 
					un club deportivo o no deportivo, tiene que aportar una 
					cantidad para con ella, cubrir las necesidades del club de 
					sus amores. Si, por lo contrario, no es socio cada semana 
					que quiera ver a ese club en su competición deberá pasar por 
					taquilla abonando le importe correspondiente. 
					 
					Por todo ello sigo manteniendo lo que he venido escribiendo, 
					desde hace tiempo, sobre los partidos políticos y 
					sindicatos. Puesto que sigo sin entender por qué razón, del 
					dinero de todos los españoles, hay que dar ciertas 
					cantidades a los partidos políticos dependiendo de los 
					diputados que obtengan en cada una de las elecciones 
					generales. 
					 
					Del mismo modo sigo sin entender por qué razón, del dinero 
					de todos los españoles, hay que dar subvenciones a las 
					centrales sindicales 
					 
					Ninguna de las dos cosas, por muchas vueltas que le doy a la 
					cabeza consigo entender pues, desde mí particular punto de 
					vista, ninguna de las dos tienen razón de ser, y máxime 
					cuando se trata, en ambas, del dinero que sale de nuestros 
					bolsillos, cuando son muchísimos los españoles que no 
					pertenecen a ningún partido político ni a ningún sindicato. 
					 
					Tanto el que quiera pertenecer a una u otra cosa que se 
					rasque el bolsillo, y pague los gastos que conlleve el 
					mantenimiento de unos y otros. Evitando con ello, que los 
					que no pertenecen a ninguna de las formaciones tenga que 
					pagar absolutamente nada. 
					 
					Con el agravante, en los partidos políticos, que llevan los 
					pactos con otras formaciones para poder gobernar, a las que 
					usted no le ha dado voto alguno y, por tanto, no tiene por 
					qué pagar por aquello que no quiere. 
					 
					No se preocupe, ni piense más en que esto puede tener 
					solución alguna. Las cosas seguirán tal y como están sin que 
					nada ni nadie se atreva a ponerle el cascabel al gato. Y eso 
					es lo que hay. Esto es como las lentejas el que quiere las 
					come y el que no las deja. 
					 
					En los EE. UU de la América de los malos de los americanos, 
					a los que no queremos, que por eso nos vinimos de Irak y 
					salieron manifestaciones y pegatinas “No a la guerra” y 
					bases americanas fuera de España vamos, ahora, y le dejamos 
					poner una base antimisiles. 
					 
					Pues como les decía, que se me ha ido el santo al cielo, en 
					la America de los malos de los americanos, se hacen 
					espectáculos y cenas, cuyos cubiertos cuestan uno y el otro 
					también para costear los gastos de la campaña del partido 
					que se presenta a las elecciones, más la aportaciones de 
					quienes quieren que gane ese partido que, para eso, es el 
					suyo. Nada de darles, del dinero de todos los americanos, ni 
					un euro a ninguno de los partidos por muchos diputados que 
					saquen. 
					 
					Ya que copiamos tantas cosas, no muy buenas de los 
					americanos, tatuajes, comidas basuras y otras cosillas, por 
					qué no copiamos éste sistema, y dejamos el dinero de todos 
					los españoles, para que sirva para otra cosa más importante 
					que alimentar a unos partidos, a los que algunos ni les 
					hemos dado nuestros votos. Cosa que agradecerían nuestros 
					escuálidos bolsillos. 
					 
					El que quiera partidos políticos o sindicatos que los paguen 
					de sus bolsillos. ¿O no? 
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