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					Euskadi y Libertad. Euskadi Ta Askatasuna (ETA) ha lanzado 
					un comunicado que va a poner a prueba nuestro estado de 
					Derecho. Frente a informaciones y análisis en presente y 
					pasado, que van a inundar los medios de comunicación y los 
					escenarios políticos, lo que de verdad quisiera saber es 
					cómo nuestro estado de Derecho va a gestionar, en futuro, 
					una carta en la que una organización terrorista dice que 
					deja de matar para imponer sus ideas políticas. 
					 
					La opinión que expreso ante ustedes está forjada durante 
					casi quince años como periodista dentro de la primera línea 
					de la información política sobre terrorismo en el País 
					Vasco. Cientos de muertos, discusiones políticas y 
					trapicheos ideológicos de urgencia cuando todavía muchos 
					asesinados esperaban en la morgue de turno poder ser 
					enterrados o trasladados al cementerio de la localidad 
					deseada por sus familiares, generalmente al día siguiente. 
					Generalmente en solitario. 
					 
					Nuestro sistema democrático lleva desde 1977 sin saber cómo 
					dar respuesta en clave política a la organización ETA, y va 
					a seguir sin saber cómo dar respuesta al periodo que se abre 
					en estos momentos.  
					 
					Nuestro sistema legislativo ha estado confuso todo este 
					tiempo. Un entramado legal bajo estrategias oportunistas de 
					grupos parlamentarios articulados dentro de aparatos 
					políticos oscuros. Negociadores en la sombra con cada 
					gobierno: desde ‘Txiki’ Benegas en los primeros años de la 
					transición junto al periodista vasco José María Portell que 
					lo pagó con su vida tras ser asesinado por los terroristas 
					de varios disparos junto a su casa en Portugalete (Vizcaya), 
					hasta la última remesa negociadora que, según publicó el 
					diario ‘El País’ el 3 de abril de este mismo año, tuvo lugar 
					en Ginebra en 2006 y 2007, donde los interlocutores del 
					Gobierno (PSOE) comprobaron como la banda se saltaban la 
					hoja de ruta (...) acordado por los terroristas en una 
					reunión entre Josu Ternera y Eguiguren (Presidente del 
					Partido Socialista de Euskadi). Casualmente un Eguiguren que 
					acusaba hace un par de días a su propio compañero de partido 
					y Lehendakari Patxi López de no “quemarse por la paz”. 
					Impresionante.  
					 
					Tampoco el Partido Popular ha quedado al margen de los 
					“contactos”. En este caso era el diario Público quien 
					recogía en su edición digital del 30 de marzo de este mismo 
					año que en mayo de 1999 se habían reunido en Zurich Javier 
					Zarzalejos, secretario de la presidencia de Aznar, Martí 
					Fluxa, secretario de Estado, y Pedro Arriola, con los 
					terroristas Mikel Antza (Jefe político de la banda), Vicente 
					Goikoetxea (dirección), y Belén Gonzalez, que estuvo en las 
					negociaciones de Argel. 
					 
					A los problemas tradicionales de articulación del Estado 
					moderno español, como pueden ser la gestión pública de los 
					recursos económicos a través de algunas ineficaces 
					Diputaciones y autonomías diversas, que funcionan a base de 
					nacionalismos de alta o baja intensidad se va unir la 
					“gestión” de reinsertar a todos los elementos de una banda 
					terrorista que “bajan del monte” a buscar un empleo sin 
					pasar por el INEM.  
					 
					No es casualidad que el “dejo las armas” de la banda 
					coincida con un Estado español débil acosado por una 
					gravísima situación económica. Tan grave que los españoles 
					han pasado, según encuestas oficiales de referencia, a que 
					el paro desbanque en la primera posición del sus 
					preocupaciones al terrorismo. 
					 
					Es hora de autofelicitaciones políticas unidas a 
					electoralismo del monopolio de la victoria “sobre los 
					terroristas”, según los mismos políticos. Pero la realidad 
					española es otra. Para empezar, uno de los pilares de 
					nuestro Estado democrático es el poder judicial con una 
					Justicia en la que el 60% de los españoles considera que 
					funciona mal y más de la mitad de la población “duda” de la 
					imparcialidad e independencia de los tribunales según las 
					encuestas más recientes del Consejo General del Poder 
					Judicial (CGPJ). Una Justicia que tiene la herida abierta 
					del sistema de nombramiento de jueces. Una Justicia que 
					detectaba “confusiones” en su propio sistema sobre 
					sentencias aplicadas en la lucha antiterrorista ¿Quieren un 
					ejemplo entre muchos? El 6 de mayo de este mismo año, 
					también, el secretario de Comunicación del PP, Felix Pons, 
					no se cortaba con la siguiente declaración tras la 
					legalización de Bildu por el Constitucional: “El Tribunal 
					Constitucional es un órgano jurídico que se ha comportado 
					como un órgano político”. Por cierto, ya saben ustedes que 
					el Partido Popular dijo sobre la legalización de Bildu eso 
					de que “esto no ha terminado” en clara alusión a un recurso 
					legal. 
					 
					Les invito a que observen, a partir de ahora, la situación 
					en que queda nuestro sistema judicial con lo que le viene 
					encima.  
					 
					Los medios de Comunicación no estamos a salvo de la nueva 
					parodia legal a la que nos enfrentamos después de tantos 
					años de cachondeo jurídico-informativo. Cachondeo en la que 
					un periodista entrevistaba a la cúpula de ETA como fue el 
					caso de Pedro J. Ramirez, que la publicó en el desaparecido 
					Diario 16 de su edición del 21 de diciembre de 1988, con un 
					titular -que a buen seguro no ha perdido actualidad- donde 
					los etarras de la banda decían que estaban “dispuestos a 
					negociar pero no a arrepentirnos ni rendirnos”, mientras el 
					juez Marlaska (en 2009) imputaba a una reportera de TVE por 
					un “chivatazo” en relación con un abogado acusado de hacer 
					de enlace con los terroristas. En realidad los bandazos de 
					la Justicia respecto a políticos y periodistas en el tema de 
					ETA es un campo de investigación universitaria muy atrayente 
					de cara al futuro. 
					 
					Llegados a este punto conviene recordar que ETA ha sido 
					llevada al cine español no en uno ni en dos ni en tres 
					ocasiones..., repasemos como documentales los siguientes: 
					‘Trece entre mil’, ‘Asesinato en febrero’ , ‘Perseguidos’, 
					‘La pelota vasca’.... También añadiríamos otros títulos como 
					‘La muerte de Mikel’, ‘Días contados’, La fuga de Segovia, ‘Yoyes’, 
					‘Operación Ogro’...’Ander eta Yul’... 
					 
					Creo, repito, que si el poder Legislativo (cámaras 
					representativas) y el Ejecutivo (Gobierno), se apañan entre 
					ellos, nuestro sistema judicial lo va a pasar mal. Muy mal. 
					Es el último vagón del convoy dicho en términos respetuosos. 
					Es el vagón de los vandazos al que le lleva la locomotora.
					 
					 
					Espero que estas dosis de euforia dialéctica se serenen. 
					Cientos de ex- terroristas buscan empleo..., y lo van a 
					tener como muchos antiguos ex polimilis de la extinta ETA pm. 
					Muchos luchadores de la banda saldrán de la cárcel mientras 
					otros con delitos comunes van a permanecer en ella.  
					 
					Desempleo, integración de España en Europa, reajuste de la 
					administración del Estado, y reinserción de los miembros de 
					la banda. Casi nada. 
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