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política - LUNES, 24 DE OCTUBRE DE 2011


luz elena sanín. el pueblo.

LUZ ELENA SANÍN / CANDIDATA AL SENADO POR EL PARTIDO POPULAR
 

«El mundo de la política te permite hacer muchas cosas por la gente y por tu pueblo»

La senadora Luz Elena Sanín vuelve a ser la propuesta del Partido Popular para representar a los ceutíes en el Senado; instalada en Ceuta desde 1980, asegura que “ya no podría vivir sin España”
 

CEUTA
El Pueblo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

”España es una sociedad que te atrae, te abre las puertas, te acoge con los brazos abiertos, te hace parte de ella sin pensar”, explica la candidata al Senado por el Partido Popular, Luz Elena Sanín, al recordar su llegada a España en 1980. Como senadora ha participado en iniciativas como la promoción de la Comisión Mixta Congreso-Senado para la Unión Europea, y considera que es “un orgullo” que la Ciudad Autónoma confíe en ella. La senadora explica, durante su entrevista con EL PUEBLO, como ha podido conciliar su vida política con su carrera profesional en el campo del Derecho, así como con el cuidado de sus dos hijos. No en vano se reconoce, por encima de todo, una defensora de la familia.

El 1 de septiembre de 1980, Luz Elena Sanín llegó a Ceuta. Procedía de Colombia. Licenciada en Derecho, había ejercido de abogada en Medellín durante más de cinco años. “Había aprobado unas oposiciones, abandoné un trabajo muy bueno y estable que tenía en Colombia por defender mi idea de la familia, por mantenerla unida”, recuerda la candidata al Senado por el Partido Popular. “Llegamos a Ceuta porque aquí vivía la familia del que era mi marido”, explica Sanín. Llegó con sus dos hijos muy pequeños, uno a punto de cumplir los tres años y el otro con dieciocho meses. “Cuando llegué a Ceuta ya tenía problemas matrimoniales, pero me vine a España con el único afán de que mis hijos mantuvieran el rol de padre que podría perderse en poco tiempo”, explica.

Los primeros meses de aquellos años 80 fueran extraños. “Convalidé mi título en la Universidad Complutense de Madrid porque desde el principio tenía claro que quería ejercer mi profesión”, explica. Sin embargo, los primeros meses fueron complicados en cuanto a lo laboral se refiere. “Hubo un tiempo de espera, de dedicarme a estudiar y de ver cómo me organizaba, que me hicieron vivir una especie de tiempo de reposo. Yo que siempre he sido muy trabajadora, esa tranquilidad no iba conmigo”, explica.

Pregunta.- ¿Cómo recuerda aquellos primeros años en Ceuta? ¿Cómo le acogieron?

R.- El haber llegado a España fue y sigue siendo una experiencia muy importante para mí, porque me encontré con una sociedad muy abierta y plural. Yo venia de Colombia, pero nunca he sentido ningún rechazo por parte de los españoles por el hecho de ser colombiana. En Colombia, en Iberoamérica en general, apenas se aprecian cambios con respecto a España, porque tenemos el mismo idioma, las mismas costumbres, igual religión... Llegar a España, a Ceuta en concreto, fue como llegar a mi propia casa.

P.- Pero pensaba en volver...

R.- No, vine pensando en quedarme. Llegué a Ceuta y sentí que aquí había algo que me atraía. Desde los primeros momentos supe que me quedaría en España. De hecho, vine con los billetes de regreso a Colombia para mí y para mis dos hijos, pero nunca los llegué a utilizar. En Ceuta me fui involucrando con mi trabajo como abogada de cara a la sociedad, con una especial atención a la problemática de la mujer y a los menores. La situación me fue absorbiendo de tal forma que ya no podría vivir sin España, mientras que, curiosamente, cuando vine sí pude vivir sin Colombia, a pesar de que allí tengo a mis hermanos, mi familia, a uno de mis hijos y nieto, a mis amigos... Pero España es una sociedad que te atrae, te abre las puertas, te acoge con los brazos abiertos, te hace parte de ella sin pensar.

Abogada

Una vez homologado su título, Luz Elena Sanín comenzó a ejercer como abogada en Ceuta en diferentes procesos judiciales. Al principio fue difícil porque la frenaba un mundo profesional repleto de hombres. “Fui la primera mujer que ejercía de abogada en Ceuta, yo era joven, y esta era una profesión en la que todos eran hombres y mayores, y al principio fue difícil, costó, pero poco a poco me fue haciendo un hueco”, explica Sanín, mientras agrega que para hacerse reconocida, especialmente en los procesos de separaciones matrimoniales, tuvieron una gran relevancia los primeros casos a los que se enfrentó.

“Mis colegas hombres al principio me encorsetaban, la competencia era muy fuerte, pero tuve la gran suerte de que mis primeros tres asuntos fueron de mayor cuantía en un momento en el que no era fácil hacerse con grandes casos. Así que fue duro abrirse camino pero lo conseguí”, concluye Sanín. A la hora de hacerse un nombre en la abogacía influyeron también largas horas de trabajo. La abogada se instaló el despacho en su propia casa y tuvieron que pasar muchos años hasta que pudo cambiar su ubicación a la planta de abajo de su vivienda. “Así podía estar pendiente si mis hijos me necesitaban”, recuerda. Por ello, esta “defensora a ultranza de la familia”, como ella misma se define, asegura que “quien quiere conciliar su vida laboral con su familia, puede”. “La posibilidad existe, sólo hay que querer”, apunta.

P.- Tiene fama de que nunca pierde un juicio...

R.- Cualquier abogado, por muy bueno que sea, siempre se enfrenta a asuntos que pierde. Yo, como todos, gano y pierdo casos, aunque es cierto que si hago un balance de mi vida laboral, he ganado más casos de los que he perdido.

P.- Y para que ese balance haya sido positivo, ¿es necesario que crea en los casos que defiende?

R.- Bueno, depende del caso. Cuando trabajas en un asunto civil tienes que creer en lo que estás defendiendo. No vas a ejecutar una letra de cambio si sabes que esa letra está falsificada o tiene alguna alteración. Si lo sabes, no coges como profesional a esa persona. Pero hay que separar el ámbito civil-administrativo del penal. En el ámbito civil, mercantil y administrativo tiene que haber una puridad de pruebas muy claras para tú decir que, efectivamente, esa persona tiene razón, tienes que tener la documentación suficiente; si no es así, no planteas el caso. Pero en otras ocasiones, las pruebas pueden ser endebles pero aunadas a otras pruebas, puedan hacer realidad un hecho que inicialmente parecía débil. En los temas penales, sin embargo, la gente no te va a decir ‘Yo intente matar a fulanito’, así que a veces te encuentras con que te engañan. Pero es que esos asuntos no sólo se pueden ganar por el fondo, sino también por las formas. Y tú puedes cuestionar la credibilidad del cliente en un momento dado, pero si ves que dentro de ese proceso hay una irregularidad, la aprovechas para defender a tu cliente.

P.- Su mayor reconocimiento como abogada es en los casos de separaciones matrimoniales...

R.- Yo pienso que, en esos casos, el abogado se tiene que concienciar con el problema familiar. Yo defiendo a ultranza la unidad familiar, y cuando una mujer llega a mi despacho porque se quiere separar, lo primero que hago es recomendarle que si todavía quiere a su pareja, intente recuperar su relación. Tienes que plantarte en su amargura antes de coger un caso. Un abogado no se puede deshumanizar. Yo tengo clientas que salen de mi consulta y me dicen que hablar conmigo es como ir al psicólogo, y a mí eso me satisface mucho. Yo les hablo, les asesoro judicialmente pero también les aconsejo de una manera personal, casi espiritual. Un abogado tiene que darle a su cliente lo mejor de sí mismo, un asesoramiento humano.

P.- ¿Qué opinión tiene, por ejemplo, del caso de los dos niños desaparecidos en Córdoba?

R.- Yo creo que cuando una pareja se separa, el padre tiene todo el derecho del mundo a estar con sus hijos y cuanto más tiempo pueda estar, mejor. Los menores no pueden perder ni el rol de padre ni el de madre, bajo ningún concepto. Lo que ocurre es que cada asunto hay que mirarlo de forma muy individualizada. Yo no conozco el tema de los dos niños, conozco los rumores que salen por los medios. A mí lo que me parece extraño es que se hayan perdido los dos.

Salto a la política

Fue necesario que el Partido Popular la llamará en tres ocasiones a sus filas para que Luz Elena Sanín aceptara.

P.- ¿Cómo recuerda su salto al mundo de la política?

R.- La primera vez que me llamaron eran mis hijos muy pequeños, sopesé y decidí que no era un buen momento. La segunda vez ya habían crecido, pero eran adolescentes y pensé que tampoco era una buena ocasión. La última vez, la tercera, mis hijos ya eran mayores. Yo me he desarrollado en mi carrera, mi profesión me da una independencia económica, y la política es un mundo en el que entré en un momento en el que ya podía decir que no era una obligación, que lo hago porque quiero. Cuando empecé en política le dije a mi hijo ‘Tengo la sensación de haber estado hasta ahora en un búnker’. Ahora este es verdaderamente mi espacio. Además, El mundo de la política te permite hacer muchas cosas por la gente y por tu pueblo. Por eso creo que es bueno llegar a esta faceta cuando ya no eres tan joven, cuando puedes mirar con cierta perspectiva, sabiendo que la política es siempre temporal.

Unión Europea

Esa faceta política en la que se siente “muy cómoda” es la que la ha llevado a volver a ser propuesta por el Partido Popular como candidata al Senado. Una reelección que afronta con entusiasmo tras haber sido la senadora por Ceuta durante la legislatura que está a punto de concluir. “Para mí supone un orgullo la confianza que el Gobierno de la Ciudad me dio en su día y que ahora me vuelve a dar para poder estar representando a los ceutíes en el Senado”, explica Sanín.

Como senadora ha participado en sacar adelante actuaciones tan claves como la Comisión Mixta Congreso-Senado para la Unión Europea, una medida que va encaminada a asegurar los fondos estructurales en la ciudad, así como la inclusión de los puertos, tanto de Ceuta como de Melilla, en los proyectos de interés europeo, el impulso de la presencia de ambas ciudades en el Comité de las Regiones, así como la entrada de ambos territorios en la Unión Aduanera. Para la senadora, está es “la única manera de que Ceuta pueda continuar con su desarrollo económico”, así como un impulso para “la creación de empleo”. De hecho, fue ella la que promovió la constitución de una ‘Ponencia de Estudio sobre las especificidades de Ceuta y Melilla, y su situación ante la Unión Europea’.

Singularidades como la multiculturalidad, la misma que ella vivió aquel 1 de septiembre de 1980 en el que llegó a la ciudad autónoma por primera vez, por el que ha luchado desde entonces, y respecto a la cual tiene clara una idea: “Ceuta es un ejemplo de convivencia ante el mundo”.
 

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