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					Recuerdos del Diwali de este trabajador y su familia, en la 
					firma Oscar Internacional 
					 
					El Diwali o la Fiesta de las Luces (es la gran fiesta, la 
					entrada del nuevo año hindú). Se celebraba en todas nuestras 
					tiendas (digo nuestras, porque entonces, formábamos una gran 
					familia, propietarios y trabajadores) en torno a mediados de 
					octubre y mediados de noviembre, ellos decían que era en 
					función del calendario lunar.  
					 
					En el ambiente de Diwali era normal ver a toda la comunidad 
					hindú ceutí, comprando nuevas ropas para estrenar durante 
					estos días, compartir dulces en familia, con amigos y como 
					no podía ser menos, con los trabajadores de sus comercios, 
					al menos los hermanos Khemchand Dhanwani ( Doulat y 
					Kanayalal) si lo hacían con nosotros. 
					 
					Recuerdo que en la tienda donde trabajaba, Almacenes Oscar y 
					donde trabajaba mi esposa Teresa, que hoy se le llamaría la 
					Central (Citizen) , la Reina de las Fiestas era Lakshmí, , 
					diosa que simboliza la buena suerte, la belleza y quien 
					otorga la prosperidad y la riqueza., siempre estaba presente 
					en las estampas que teníamos en los mostradores y en las 
					vitrinas ( hoy mi esposa las conserva en su negocio de 
					Atarfe, junto a la Virgen de Africa). La fiesta de Diwali 
					duraba varios días. Las casas y las tiendas se decoraban con 
					lámparas y luces . Pedro, uno de ellos me decía que, como su 
					río sagrado estaba tan lejos, un baño antes de la salida del 
					sol, cuando ya las estrellas se ven, era igual que un baño 
					sagrado en el Ganges.  
					 
					Se celebraba la ceremonia de ofrenda, haciendo que en cada 
					tienda y cada casa fuera un hervidero de felicidad. Ese día 
					se convertía para todos nosotros, que también íbamos de 
					punta en blanco, en un buen día, siempre al final recibíamos 
					algo. 
					 
					Me acuerdo como entre los matrimonios, los maridos hacían 
					regalos a sus esposas, lo recuerdo porque entre los 
					trabajadores, compañeros míos ( Kushi, Arjan, Pedro, Sham. 
					Otu, etc..) habían hindúes, y como amigos, también los 
					visitábamos en sus casas, y los veíamos hacer los regalos, 
					hablando con mi esposa, recuerda también que al día 
					siguiente eran los hermanos los que se expresaban ese afecto 
					tan familiar entre ellos. 
					 
					Las tiendas se limpiaban de forma especial y se adornaban 
					con diversos motivos y poníamos velas que se encendían al 
					atardecer. Ese día de fiesta que se celebraba en las 
					tiendas, traían una comida compuesta de sabrosos platos y 
					dulces, que dábamos a todos los invitados, que venían de 
					todos los estratos de la ciudad, autoridades, otros 
					comerciantes. 
					 
					Era el momento para renovar los libros de cuentas, 
					reemplazábamos algunos y se decoraban en la primera página 
					para el año entrante. Cuando íbamos a sus casas, veíamos un 
					pequeño altar en un lugar preferente, donde estaba una 
					imagen de Lakshmí a la que se le ofrecían las flores, el 
					incienso y las monedas. 
					 
					Ese gran día, al anochecer abríamos las puertas del local y 
					en cada una de ellos, y por parte de algún miembro de la 
					familia, se realizaba un ofrecimiento de luz con una 
					bandeja, con alimentos y una vela, repitiendo el mismo 
					mantra, me decían: es para que Lakshmí entre en nuestros 
					comercios para el resto del año.  
					 
					También nos comentaban que en la playa se lanzaban barcos de 
					papel o lamparillas encendidas, y uno de ellos me decía que 
					cuanto más lejos vayan, mayor será la felicidad en el año. 
					Esos actos los recuerdo con mucho simbolismo, lo hacían con 
					mucho sentimiento. 
					 
					También recuerdo, que era muy popular jugar a las cartas 
					durante los días de Diwali, las mujeres y los hombres cada 
					uno por su lado, en sus casas, ya que al ser unas fiestas 
					relacionadas con Lakshmi, pensaban que traerán fortuna a 
					todos aquellos que participaran. Jugaban largas horas a las 
					cartas. En las tiendas, ese día, terminábamos a las tantas 
					atendiendo a todos los invitados, que eran cientos. Los 
					recuerdos se agolpan en la memoria, pero el tiempo no 
					perdona y ellos caen en el pozo del olvido, se que existían 
					muchas más cosas relacionadas con este día, y que ahora no 
					recuerdo bien. 
					 
					Ya han pasado 21 años desde que la luz de esos días dejamos 
					de verla, añoramos esos momentos tan maravillosos formando 
					familia, por este motivo desde la lejanía pero desde lo mas 
					profundo de nuestros corazones, queremos desear a toda la 
					comunidad hindú, pero muy especialmente, a alguien que 
					llevamos en nuestro pequeño trozo de corazón hindú, como es 
					el respetable SR DOULAT KHEMCHAN DHANWANI, para nosotros Sr. 
					Dolu, que en este Diwali, Dios le dé salud y felicidad para 
					toda su familia, y toda su comunidad, de parte de estos dos 
					trabajadores que lo fueron de su firma y que tanto le deben. 
					 
					Desde Granada, con el corazón 
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