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OPINIÓN - MARTES, 25 DE OCTUBRE DE 2011

 
OPINIÓN / CARTAS AL DIRECTOR

A pesar de todo, ¡¡VIVA LA GUARDIA CIVIL!!

Por R.G.T.


Quiero relatar para conocimiento de todos los ciudadanos el incidente que el pasado sábado 22 de octubre me ocurrió en el control de vehículos de la Guardia Civil cuando me disponía a embarcar junto a mi mujer en el Fast - Ferry de la naviera Acciona de las 12,30 horas de la mañana.

Casualmente fuimos los primeros en llegar al control de vehículos de la Guardia Civil, el cual se encontraba todavía cerrado por lo que detuvimos el vehículo en espera de que dicho control se iniciase y llegasen los agentes encargados del mismo. Detrás de nosotros comenzó a formarse una fila de vehículos en espera de que dicho control se iniciase.

Como quiera que el tiempo pasaba y allí no aparecía nadie, cometí la “osadía”, de la que más tarde me iba a arrepentir, de asomarme al interior de las oficinas de dicho cuerpo armado y preguntarle a los agentes que allí había, con la máxima educación, que si se iba a iniciar ya el control porque la hora de salida del buque estaba ya próxima.

Dos de los agentes me indicaron que ya se iba a iniciar, pero a uno de ellos, el más joven, no debió gustarle mi inquietud al respecto y me recriminó mi actuación indicándome que estaba trabajando, que quién era yo para decirle lo que tenía que hacer y me ordenó que me subiese al coche, indicándome que “ahora te enseño yo que es la educación”.

Con cara de estupor me volví a mi vehículo y se lo conté a mi mujer con gran incredulidad. Al momento se inicia el control y se dirige a mi vehículo el guardia civil más joven. Lo primero que hace es solicitarme mi documentación personal la cual se lleva a la oficina para examinarla durante varios minutos.

Al rato vuelve y comienza una humillación sobre mi persona que hasta ahora yo creía que sólo podía ocurrir en series televisivas o en países que violan los derechos fundamentales de las personas.

Me indica el agente que salga de mi vehículo y le acompañe a un rincón del control ( supongo que sería donde las cámaras no podían vernos) y allí con la porra en mano y en actitud amenazante me dice que soy un mierda, que si yo sé que es la guardia civil, que él es una autoridad y el que manda allí, que tiene el poder en esa “puta aduana”, que si él quiere me pega ahora mismo una paliza, que si él quiere pierdo el barco, que le mirase a los ojos que antes era muy valiente ….. Mi mujer no viendo normal todo lo ocurrido se baja del coche y se dirige al rincón donde él y yo estamos, rápidamente me dice en voz baja que le diga que se vuelva al vehículo ya que lo que buscaba claramente era la intimidad y que no existieran testigos de los hechos, indicándome a renglón seguido “mira que hombre de mierda eres que tiene que venir tu mujer a defenderte”.

Continúa “la autoridad” preguntándome donde trabajo y a qué me dedico, le hago saber que tengo tres tiendas en esta ciudad y me responde diciéndome que me tiene fichado, que a partir de ahora me va a amargar la existencia, que me prepare.

Por fortuna y gracias a Dios, soporté estoicamente estas humillaciones sin rechistar y sin pestañear, ya que estoy seguro que si llego a reclamar mis derechos pierdo en ese momento el barco y quizás mi libertad, ya que la actitud de esta persona era impropia del Cuerpo que representa y buscaba a toda costa la provocación y que “pagase” por la osadía cometida.

Afortunadamente y al ver que me estaba tragando todas sus humillaciones y que sus compañeros le decían que ya estaba bien, que había muchos coches detrás mía, me dejó volver al vehículo y marcharme en dirección al barco, no sin antes indicarle mi mujer a sus compañeros que no sabía por qué me había hecho eso ya que yo le había hablado en todo momento con la máxima educación. La respuesta de éstos fue simplemente asentir con la cabeza y decirme “… ya pero el compañero es así”.

De la rabia e impotencia rompía a llorar desconsoladamente ya que no podía creer lo que me había ocurrido.

Sé que actitudes como éstas deben denunciarse ante los Tribunales de Justicia, lo que pasa es que al haberse asegurado dicha persona de que no existan testigos de los hechos, en el Juzgado será mi palabra contra la de un “Agente de la Autoridad”, y consiguientemente saldrá con toda seguridad absuelto de los hechos por mí denunciados, y sinceramente no estoy dispuesto a soportar una segunda humillación.

Soy consciente de que esta carta no me va a reparar la humillación sufrida ni las noches que llevo sin dormir desde entonces, pero lo que si busco es, por una parte, que la gente sepa que desgraciadamente existen personas como la que yo tuve la mala suerte de toparme el pasado sábado y que si se la encuentran deben mantener a toda costa la calma y tragarse su orgullo para intentar salir airosos de ese mal trago y evitar que el personaje de turno se salga con la suya.

Pero también busco que los Altos Mandos de la Guardia Civil lleven a cabo una investigación interna de los hechos ocurridos y acaben con estas manzanas podridas que empañan la noble actividad de la Benemérita, y que pese a ello en mi caso no van a hacer perder el respeto y admiración que siento por ese Instituto Armado. Por ello a pesar de todo … ¡¡¡¡¡ Viva La Guardia Civil !!!!!|
 

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