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					El Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) 
					acudió ayer a sofocar el fuego que se produjo en una moto 
					‘Yamaha’ en la entrada del garaje de uno de los edificios de 
					la céntrica Rampa de Abastos. Al parecer, los bomberos 
					apuntan a que la causa del incendio fue un cortocircuito en 
					la motocicleta. Dos vehículos también se vieron afectados. 
					 
					El Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) 
					acudió ayer a sofocar el fuego que se produjo en una moto de 
					marca ‘Yamaha’ y de color blanco que se encontraba 
					estacionada en el garaje de uno de los edficios de la Rampa 
					de Abastos. El vehículo se encontraba en la planta de 
					entrada de vehículos del inmueble y, según informaron a este 
					diario desde el Cuerpo de Bomberos tras el suceso, el 
					incendio se produjo a causa de un cortocircuito. Los hechos 
					tuvieron lugar en la medianoche de ayer. 
					 
					El fuego provocó que dos coches -un ‘Peugeout’ y un ‘Rover’- 
					que estaban aparcados junto a la moto también sufrieran 
					pequeños daños en la carrocería. “El calor afectó a los dos 
					coches”, explicaron desde el SEIS. La motocicleta pertenecía 
					a un agente de la Policía Local.  
					 
					A la Rampa de Abastos acudieron dos dotaciones de Bomberos, 
					es decir una decena de profesionales que se introdujeron en 
					el denso humo negro que salía del garaje para ventilar el 
					lugar. Tras media hora intensa de trabajo, una de las 
					dotaciones se trasladó de nuevo al parque. La otra lo hizo 
					minutos después, cuando, los agentes de la Policía Nacional 
					entraron a comprobar el estado de los daños en el 
					aparcamiento del inmueble.  
					 
					Vecinos preocupados 
					 
					Algunos de los vecinos salieron de sus casas para ver si sus 
					vehículos habían sufrido algún daño y se mostraron 
					preocupados por la situación. Agentes de la Policía Local y 
					el CNP se encargaron de tranquilizarles mientras los 
					bomberos realizaban su labor.  
					 
					Otros muchos residentes del edificio se asomaban por las 
					ventanas a pesar del intenso humo. El edificio no tuvo que 
					ser desalojado. Muchos ciudadanos también estuvieron “muy 
					pendientes” del suceso porque “no había pasado nunca algo 
					así”, explicaban algunos de los jóvenes que paseaban por la 
					zona cuando se produjo el incendio.  
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