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					Cuando aún no se ha estrenado, la nueva carretera de Loma 
					Colmenar, una importante infraestructura que forma el eje 
					central de la segunda fase de urbanización de esta zona, ha 
					sido ya desvalijada y pasto de todo tipo de actos 
					vandálicos. Material eléctrico robado, farolas rotas y 
					palmeras quemadas son algunos de los destrozos observables. 
					Material eléctrico robado, desde cables a cajas de conexión; 
					farolas rotas, palmeras quemadas... Este es el panorama 
					desolador que depara un paseo por el vial de Loma Colmenar, 
					una infraestructura pública que aún no se ha estrenado 
					-salvo por quienes han circulado por él de forma indebida 
					antes de su apertura al público- y ya ha sido pasto de los 
					ladrones y los vándalos. 
					 
					La carencia de alumbrado público puede ser una de las causas 
					de que el lugar sea propicio para la realización de estos 
					actos vandálicos y hurtos, aunque lo cierto es que, tal como 
					denunciaban los responsables de las obras de construcción 
					del vial, promovido por la sociedad estatal de suelo, 
					SEPES-, incluso antes de su conclusión, el mobiliario urbano 
					había sido blanco ya de los vándalos. De hecho, se decidió 
					no reponer las farolas -de globo- rotas hasta la entrega de 
					la obra a la Ciudad Autónoma, lo que se produjo el 28 de 
					julio pasado. 
					 
					Tres meses después, en el recorrido de esta carretera, que 
					parte del puente del Quemadero y desemboca en la Almadraba, 
					con un ramal que da acceso a la zona del Hospital está 
					salpicado de ataques a los bienes públicos en un área en 
					cuya urbanización se han invertido 22 millones de euros. 
					 
					Tal como señalaba el pasado jueves el consejero de Fomento, 
					Guillermo Martínez, se han robado cables, cajas de conexión 
					y tapas de farolas. También han desaparecido los soportes de 
					madera que sirven de guías para los árboles recién plantados 
					y se han roto elementos de jardinería, como palmeras, alguna 
					de las cuales ha sido quemada. Señales de tráfico tiradas en 
					el suelo y tuberías de riego arrancadas para llevárselas 
					completan el escenario de esta nueva conexión viaria, 
					llamada a ser una de las más importantes de la ciudad por 
					cuanto debe contribuir a descongestionar el tráfico en la 
					carretera de la frontera y a facilitar el acceso al centro 
					hospitalario.  
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