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                     Cuando un país empieza a perder 
					sus tradiciones, para dar paso a las tradiciones de otros 
					países, está perdiendo parte de su historia y de su cultura 
					porque, sin discusión alguna, sus tradiciones forman parte 
					de la historia y la cultura de un país. 
					 
					Me trae sin cuidado la celebración de Halloween, porque no 
					forma parte de las tradiciones de España. La tradición de 
					nuestro país, es la celebración de la mochila a la que no 
					hace mucho tiempo, familias enteras se desplazaban al campo 
					para pasar el día y comerse las frutas que se habían 
					introducido en las correspondientes talegas. Porque, eso sí, 
					la tradición era meter las frutas en una talega que los más 
					pequeños portaban cantando aquello de “¡Ay! mí mochila no se 
					la come el gallo ni la gallina”. 
					 
					Así que para aclararnos, la celebración del Halloween, me 
					importa un bledo y el otro también respetando, por supuesto 
					a aquellos países en los que son una tradición la 
					celebración de los muertos vivientes. Yo seguiré celebrando 
					el día de la mochila, que es lo nuestro. 
					 
					Si embargo, tengo que decir y digo, que una persona a la que 
					le tengo un inmenso cariño, vamos que me duele el alma de 
					quererla tanto, mientras hablábamos del este asunto de la 
					celebración de Halloween, me decía que, hoy día, el personal 
					está tan quemado y lo está pasando tan mal, que aprovechan 
					cualquier circunstancias parta divertirse. Al personal les 
					da igual celebrar Halloween que el día de la cotorra verde. 
					La cosa es divertirse. 
					 
					Desde ese punto de vista, y pensando seriamente como está 
					éste país, con cinco millones de parados, Caritas dándole de 
					comer a más de dos millones de personas diariamente, la 
					crisis económica que estamos padeciendo y las escasas 
					perspectivas que tiene la juventud de encontrar un puesto de 
					trabajo, pensando en todo esto, no tengo mas remedio que 
					darle la razón en que, el personal, busque lo más mínimo 
					para divertirse y olvidarse de todas sus penurias. 
					 
					Hasta pensando en eso puedo estar de acuerdo en esa 
					celebración, pero sigo insistiendo que la única celebración 
					que se debe llevar en cualquier país son las celebraciones 
					de sus tradiciones. No hay más, cada uno a lo suyo. 
					 
					Igual que no entiendo la celebración del Halloween, me pasa 
					con la celebración de Papá Noel o Santa Claus. Dos 
					personajes creados por países nórdicos, pero que no me dicen 
					absolutamente nada. Los únicos que me dicen algo y que son 
					una tradición en el pueblo español son los Reyes Magos. 
					 
					Alguien me puede decir, porque siempre hay alguien que dice 
					algo por llevarte la contraria, que los Reyes Magos también 
					son un cuento chino.  
					 
					Oiga, me parece muy bien, cada quisqui puede opinar lo que 
					le venga en ganas. Pero es más lógico y razonable creer que 
					vengan tres señores subidos en camellos, que venga un señor 
					vestido de rojo subido en un reno volando y entrando por la 
					chimenea de los hogares para depositar los regalos que han 
					solicitados los niños de la casa. 
					 
					Nuestra tradición, porque nacimos en ella, son los Reyes 
					Magos. Y pase lo que pase, siempre voy a defender nuestras 
					tradiciones porque al hacerlo, estoy defendiendo la historia 
					y la cultura de mí país. 
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