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					El Lild abrió ayer en Melilla, pero fue antes de la hora 
					prevista. Dado que había colas desde las 8 de la mañana en 
					la puerta, el nuevo supermercado abrió sus puertas a las 
					9:30 horas. Miles de personas pasaron por allí, abarrotando 
					el supermercado y congestionando el tráfico, que se 
					convirtió en un auténtico caos, por lo que tuvo que acudir 
					la Policía Local, que también debió de hacer su agosto 
					poniendo multas por doquier. A las 11:30 de la mañana ya se 
					habían agotado muchos productos y las 700 invitaciones para 
					ver a Gisela el domingo estaban más que dadas.  
					 
					 
					“A las 8 había ya una cola bastante importante y tanto ha 
					sido así que hemos tenido que abrir la tienda media hora 
					antes, para evitar aglomeraciones”, explicó Alexandre Faull, 
					el jefe de prensa de Lidl en Melilla, quien confesó que “nos 
					esperábamos algo muy importante, pero no tanto como lo que 
					está siendo”, porque “siempre hay mucha expectación en las 
					aperturas nuestras, pero esta es, posiblemente, de las más 
					importantes que hemos vivido”, dijo Faull, quien se mostró 
					“contentísimo” por el recibimiento de los melillenses al 
					nuevo supermercado.  
					 
					El gestor de la tienda, Chapeti, quien lleva cuatro años 
					trabajando para Lidl, también era la primera vez que veía 
					algo así: colas en la puerta y en los pasillos, por los que 
					andar era casi imposible, por la gente y por los carros 
					llenos. Pero, ¿qué fueron a comprar los melillenses? Unos 
					fueron sin lista de la compra, a ver las gangas que 
					encontraban; y otros tenían muy claro su objetivo: hacerse 
					con una televisión de 19 pulgadas LCD por 111 euros. Sólo la 
					consiguieron los primeros, porque poco más de las 11 de la 
					mañana la tele estaba agotada, y las camas que se vendían 
					también, así como las 700 invitaciones para el concierto de 
					Gisela del domingo. Y es que a esa hora calculaban que ya 
					habían pasado por Lidl más de 3.000 personas y 1.000 carros 
					de compra.  
					 
					Claro que para ello, varios guardas cuidaban de que lo 
					fueran haciendo por grupos, dando paso cuando iba saliendo 
					gente de la tienda. No es de extrañar que pasar ayer por 
					Jardín Valenciano fuera una odisea, pero no sólo por la 
					puerta del Lidl, sino por los aledaños y por barrios como 
					Constitución, hasta donde llegaba el colapso y las 
					retenciones. “Ha venido la policía para coordinar el 
					tráfico, porque a primera hora se han montado unas colas 
					enormes y hemos tenido que llamarla para pedirle soporte y 
					coordinar esto”, explicó Faull.  
					 
					“No se puede ni aparcar” 
					 
					Los aparcamientos también estaban llenos y muchos dejaban el 
					coche donde iban pillando, por lo que, el dinero ahorrado 
					por una parte, se lo gastarían por otra, con las 
					consecuentes multas que tuvieron más de uno. “He venido el 
					primer día porque creía que no iba a haber nadie”, claro que 
					pensándolo mejor “es normal estando donde estamos”, dijo una 
					melillense que acudió a ver el nuevo supermercado y se quedó 
					comprando algo, pero “he tenido que entrar sin el coche, 
					porque no se puede ni aparcar”. Valoró muy positivamente la 
					apertura de nuevos supermercados en la ciudad, falta de 
					competencia durante tanto tiempo.  
					 
					Unos sesenta trabajadores estuvieron ayer al pie del cañón, 
					como Isma Mohamed. Van “a tope”, dijo el jefe de prensa, 
					“llevan muchos días preparando esto y sabían que iba a ser 
					algo importante, están felices”, y también los clientes, 
					porque “estamos seguros de que quien prueba nuestras marcas, 
					repetirá”, pudiéndolo hacer hoy mismo, cuando el 
					supermercado abrirá de nuevos sus puertas, haciéndolo, si 
					todo está en orden y no abarrotan la entrada los clientes, 
					desde las 10 a las 22 horas.  
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