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					Seis de noviembre de 2007. Aquel día pasó a la historia de 
					Melilla con mayúsculas por la visita de los Reyes a nuestra 
					ciudad, la primera de Don Juan Carlos y Doña Sofía como 
					monarcas, que tuvo lugar 80 años después de la última visita 
					Real, protagonizada por el rey Alfonso XIII en 1927. 
					 
					Hoy se cumplen cuatro años de aquel acontecimiento 
					histórico, del que fueron testigos unos 30.000 melillenses 
					que se echaron a las calles y recibieron a los Reyes tiñendo 
					la Plaza de España con banderas rojigualdas, pancartas de 
					bienvenida y muchos, muchos vítores y aplausos para Don Juan 
					Carlos y Doña Sofía. Aquellas imágenes dieron la vuelta al 
					mundo y centraron la atención de cientos de medios de 
					comunicación de carácter nacional e internacional.  
					 
					“Fue un día mágico que los melillenses no lo vamos a olvidar 
					nunca”, subrayó ayer el presidente de la Ciudad Autónoma, 
					Juan José Imbroda, cuando fue preguntado por esta visita 
					Real con motivo de su cuarto aniversario. Según apuntó el 
					mandatario local, aquel desplazamiento de los Reyes a 
					nuestra ciudad “se valora con muchísimo cariño y mucha 
					nostalgia”. Además, reconoció que aquel día se sintió “muy 
					feliz de que estuvieran aquí los Reyes”. 
					 
					También subrayó la entrega y el entusiasmo con el que los 
					melillenses participaron en las labores de organización en 
					los días previos a la visita Real, como por ejemplo, la 
					limpieza, el remozamiento del Palacio de la Asamblea y el 
					centro o la instalación de miles de banderas en las calles 
					que recorrieron Don Juan Carlos y Doña Sofía, además de 
					otros muchos servicios. 
					 
					En este sentido, Imbroda recordó que el Consejo de Gobierno 
					acordó entregar un diploma a todos los que participaron de 
					algún modo en el desarrollo sin incidentes y con brillantez 
					de la visita de los Reyes. “Todas las personas que 
					intervinieron en algo tendrán en su casa en algún sitio 
					puesto aquel diploma que conmemoraba aquella visita Real tan 
					maravillosa”, apuntó. 
					 
					Imbroda dijo tener constancia de que toda la Familia Real, y 
					en especial Don Juan Carlos y Doña Sofía, “estaban muy 
					contentos del recibimiento que tuvieron en Melilla, porque 
					la gente de Melilla somos cariñosos, hospitalarios, 
					abiertos, simpáticos, agradables y somos gente buena”. 
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