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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 9 DE NOVIEMBRE DE 2011

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Alevín de periodista
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Es como se presentó Alfredo Pérez Rubalcaba, en el debate de la noche del lunes, ante Mariano Rajoy, y es que la mayor parte de sus intervenciones estuvieron dedicadas a preguntar lo que va a hacer Rajoy en el Gobierno, en vez de exponer el propio Rubalcaba, si es que lo tiene, el programa suyo para el futuro.

Tampoco podía hacer mucho más Pérez Rubalcaba, en unas circunstancias como estas, al presentarse con un auténtico activo tóxico que trae del Gobierno, al que ha pertenecido, durante varios años.

Con esto, no cabe ninguna duda, Alfredo Pérez Rubalcaba fue contaminando el debate, porque no ha podido soltar lastre de su activo pasado y ahora no tiene otra salida más que tirar la toalla y dar como vencedor a Rajoy.

En el debate de la noche del lunes el representante del PSOE tenía un mal producto que vender y por no dar, ni siquiera fue capaz de dar algún titular.

Los nervios le afloraban por todas partes, ante un Mariano Rajoy que fue y se mostró con seguridad, con datos irrevocables, con solvencia en todos los terrenos y con los deberes hechos para este debate.

A partir de aquí, Rubalcaba, a duras penas, ha hecho méritos para ser él, tras las elecciones del 20-N, el secretario general del PSOE. Con lo que, de ganar algo, que lo dudo, lo único que habrá conseguido, para el futuro, sería la Secretaría del PSOE.

Y es que, hay que ir a la realidad de lo que fue el debate, Rubalcaba se mostró como el periodista que, en primicia y en exclusiva, estaba entrevistando al nuevo presidente del Gobierno, algo que, de no haberlo llevado pactado, no tiene explicación alguna.

En esta ocasión, no me duelen prendas al decirlo, él que parece ocurrente, que tiene salidas para todo, tenía una misión imposible, ante su contrincante y ante toda España, y eso que el debate, en ningún momento, reflejó la gravedad y la ruina, en la que se encuentra nuestro país, con una situación insostenible, con un Gobierno que, desde hace varios años, se ha mostrado incapaz de dar ningún tipo de solución y con una desconfianza hacia todo lo que ha propuesto el propio Gobierno, por las constantes inexactitudes o mentiras que se han originado desde el PSOE.

Algo bueno teníamos que decir, y lo decimos, de la actuación, en el debate, por parte de Rubalcaba y es que, cuando han salido los perfiles más siniestros de la crisis, no se atrevió a negarlos el actual candidato del PSOE, con lo que, en este terreno, el propio Mariano Rajoy parecía que se había llevado a su lado al escudero de Rodríguez Zapatero.

En algún momento, sin conseguirlo, hubiera podido tratar de exponer unas soluciones para atenuar la situación, pero no lo hizo, porque de haberlo hecho se habría mostrado o como un cínico o como un mentiroso, cínico por no haber puesto antes esos remedios para salir de la situación y mentiroso por no estar diciendo ahora la verdad.

Ahora ya, y un poco más, el pescado está casi todo vendido, las encuestas no sé hasta donde llegarán, pero el debate terminó en una clara victoria de quien está llamado a ser el próximo presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy. Un cambio, en el horizonte, que a todos nos va a venir bien.
 

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