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OPINIÓN - DOMINGO, 13 DE NOVIEMBRE DE 2011

 

OPINIÓN / EL OASIS

En la hora del adiós
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

A medida que se acerca el día de las elecciones, y se da por hecho que el Partido Popular será el ganador, uno cae en la cuenta de que habrá que despedir a un hombre como se merece. De que habrá que despedir a José Fernández Chacón con el afecto que ha sabido ganarse en esta tierra.

Llegó Fernández Chacón a Ceuta en mayo de 2008. Y, desde el primer día, comprendió perfectamente cómo había que actuar en una ciudad donde su alcalde, Juan Vivas, era no sólo votado, mayoritariamente, una y otra vez, sino que gozaba del respeto casi generalizado.

Como delegado del Gobierno, FCH supo pronto que le tocaba vivir una cohabitación donde lo más conveniente era trabajar mano a mano con el alcalde sin que, en ningún momento, la pertenencia a siglas distintas propiciaran desacuerdos funestos para Ceuta. Y a fe que su forma de ser ha permitido que la coexistencia haya sido muy buena. Como nunca antes se había dado. Lo cual ha redundado en beneficio de la ciudad.

Ser delegado del Gobierno no debe ser tarea fácil en ningún sitio. Serlo en Ceuta, ciudad pequeña pero con problemas de urbe grande, ha hecho posible que otros delegados hayan acabado renegando del sitio y yéndose sin mirar hacia atrás. Entre otras razones, porque los delegados del Gobierno, desde que se instauró la democracia, fueron tan mal vistos, aquí, como para ser tachados de virreyes por sistema. Por parte de unos sindicalistas, no todos, que necesitan siempre un enemigo para poder justificar la extraordinaria situación laboral de la que gozan.

Pese a ello, Fernández Chacón ha sabido capear el temporal dando muestras de aceptar las críticas con la frialdad que el cargo aconseja. Aunque respondiendo, cuando la situación lo aconsejaba, de manera sucinta como demoledora. Pocas veces el delegado del Gobierno perdió la calma ni cayó en la tentación de querer enmendarle la plena a ninguna institución. Ni a ninguno de sus miembros.

Persona prudente, conciliadora, afable, leal… y muy dada a pasear la calle sin darse pote ante el público, ha conseguido ganarse el respeto de los ceutíes. Absurdo sería decir que siempre acertó FCH en sus decisiones. Ya que entonces estaríamos hablando no de un señor normal, sino de una lumbrera. O de un mirlo blanco.

En suma, que a este delegado, que pronto deberá dejarnos, se le echará de menos. Así se lo decía yo -el viernes- a dos políticos destacados del PP. Y los dos hablaron de manera elogiosa de Pepe Fernández Chacón, y además me anticiparon que los populares están dispuestos a reconocer sus méritos en la hora del adiós.

Y, metidos ya en charla sobre la Delegación del Gobierno, pregunté si es verdad que Francisco Antonio González está vivamente interesado en acceder a ese cargo. Y la respuesta fue que sí. Y, como no podía ser de otra forma, a mí me dio por inquirir: ¿Querrá Vivas que ello se haga realidad? Y uno de ellos, con gran consistencia en el partido, no tuvo inconveniente en decirme que muy bien podría Mariano Rajoy recomendárselo al alcalde.

Y a mí no me cupo más que decir que pacoantonio tiene todo el derecho del mundo a querer ser delegado del Gobierno. Y quizá lo consiga. Pero antes, como debe ser, habrá que homenajear a José Fernández Chacón. Se lo ha ganado con creces.
 

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