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                     Uno, en Ceuta, cada día encuentra 
					una cosa nueva de la que no se puede extrañar, porque al día 
					siguiente llegará a encontrar otra que deje “en pañales” a 
					aquella que nos extrañó a todos. 
					 
					Lo último que acabo de ver, en la prensa, está en relación 
					con un conductor y su carné de conducir. Sobre este asunto, 
					me dirán muchos, no debe extrañarnos nada, porque hay pocos 
					lugares en los que haya tanto juego con la conducción y con 
					el carné como aquí. 
					 
					De todas formas, esto supera ya todas las demás cosas vistas 
					en este terreno, por cuanto se trata de un conductor de 
					autobús que lo ha estado siendo, pero sin tener el 
					correspondiente permiso para llevar, día a día, un autobús. 
					 
					¿En qué manos estamos? Esta es la pregunta que nos empezamos 
					a hacer, porque aquí no se está jugando únicamente con la 
					seguridad propia, aquí estamos con una persona que ha estado 
					jugando con la seguridad de todos los que han subido a ese 
					autobús, durante varios años, no un día o una semana, 
					simplemente. 
					 
					El conductor, por supuesto, no ha tenido muchos escrúpulos 
					al haber seguido así un día y otro más, pero habrá que 
					preguntar a la empresa de esos autobuses qué tipo de control 
					llevan con los conductores que contratan. 
					 
					Y menos mal a que un accidente ha venido a solucionar lo 
					insolucionable, que de no ser por el accidente podrían haber 
					pasado otros tantos años, con los pasajeros en cualquier 
					tipo de manos y con una empresa que no sabe si contrata a un 
					conductor de autobuses o a un veterinario, por ejemplo. 
					 
					Un accidente de tráfico, sin graves consecuencias, soluciona 
					la situación. La empresa se da cuenta de la “pifia” que han 
					venido cometiendo y las autoridades “competentes” no sé qué 
					es lo que pueden decir o qué es lo que van a hacer. 
					 
					El director de la empresa de autobuses asume la 
					responsabilidad, como máximo responsable de la empresa y se 
					da cuenta de que a ellos se les ha tomado el pelo durante 
					todo ese tiempo. 
					 
					Lo que no tiene explicación es que, a lo largo de todo este 
					tiempo, seis u ocho años, nunca le hayan pedido la 
					documentación a este trabajador, porque ya el hecho de 
					llevar tanto tiempo en la empresa, sin haber tenido 
					problemas nos da idea de que conducir sí debe saber, pero de 
					la misma forma se les podía haber colado un inexperto y el 
					día primero haber tenido cualquier percance mucho más 
					grande. 
					 
					En lo que no puedo estar de acuerdo con la empresa es en:” 
					El trabajador ha sido un imprudente, pero todos cometemos 
					errores, si se saca el carné nosotros nos comprometemos a 
					reincorporarlo a la empresa”. Aquí veo más que una simple 
					imprudencia y que eso lo diga el director de la entidad es 
					como estar abriendo la puerta a cualquier desalmado para 
					hacer algo parecido, aunque la vida de muchos viajeros esté 
					corriendo riesgo, desde la mañana a la tarde. 
					 
					Y, naturalmente, aquí entran en juego más fuerzas, la 
					política no podía faltar y acertadamente José Antonio 
					Carracao, secretario general del Partido Socialista es el 
					primero que denuncia el caso, además de asegurar que el 
					autobusero llevaba ocho años conduciendo sin carné, y por si 
					esto es poco, enviaba un “recado” al PP, en estos términos:” 
					El Partido Popular es la garantía del descontrol de los 
					servicios que se prestan al ciudadano, un servicio tan 
					sensible como el del transporte”. 
					 
					Bueno sería que desde el PP, en lo que le pueda afectar, se 
					diera una respuesta sobre este asunto. 
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