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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 16 DE NOVIEMBRE DE 2011

 

OPINIÓN / EL OASIS

¡Viva Cartagena!
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Expresión considerada como ponderación al éxito de los mediocres. De ella escribió Julia Maura en el artículo publicado el 11 de julio de 1952 en el diario ABC. De cuyo escrito sólo mencionaré parte del último párrafo.

“Parece ser que en la hermosa ciudad mediterránea, una vez un mal tenor dejó escapar un agudo gallo. Y antes de que el público tuviera tiempo de exteriorizar su protesta, el infortunado divo se adelantó hacia las candilejas y soltó un patriótico y eficaz ¡Viva Cartagena!, que el público premió con una cordial y calurosa ovación, salvándose así del pateo que le amenazaba. Aunque tuviera poca voz, no era tonto el tenor aquel. Desde entonces el ¡Viva Cartagena! Ha quedado como patrimonio de los mediocres, algo así como su escudo de armas o como un muro de protección”.

Llevamos ya bastantes meses, quizá años, observando con pesar que los cinco millones de parados se han convertido en el ¡Viva Cartagena! de los políticos que desean que se produzca el Cambio. No hay charlas, conferencias, mítines o debates, donde cuando los espectadores parecen bostezar, dado que no se les dice nada creíble sobre la manera de salir del atolladero económico en el cual nos hallamos, en los que no surja el grito de guerra al uso: ¡Tenemos cinco millones de parados!...

Pero no crean que el latiguillo, dramático, por cierto, es usado, una y mil veces, solamente por oradores cuyo verbo no es el adecuado para ganarse adeptos como lo hacía Castelar o Azaña, de ningún modo; sino que echan mano de él hasta los que gozan de buen cartel en el escalafón de los partidos. Los políticos considerados más diestros en el arte de embaucar a unos ciudadanos que empiezan a comprender que muy pronto tendremos a los otros, es decir, a los que parecen destinados a perder, esgrimiendo el mismo ¡Viva Cartagena!...

Es lo que me decía una señora, en esta mañana de martes, en el cual escribo: “Mire usted, De la Torre, no hace falta ser muy lista para hacerse a la idea de que dentro un año, más o menos, tendremos a los socialistas clamando contra el PP porque la tasa de parados ha aumentado considerablemente”.

Y puede que la señora lleve razón. Y, aunque uno esté obligado a creer que las cosas, por estar tan mal, irán mejorando, tampoco descarta de que la crisis llegue a un extremo en el cual los miembros de la oposición hagan del ¡Viva Cartagena¡ su mejor arma de combate. Que tan desagradable y funesto grito les sirva para ir horadando la imagen de quienes han hecho de los parados su mejor propaganda electoral.

Sí, ya sé que la política consiste en airear los fallos de quienes gobiernan, máxime cuando el fracaso se mide por el paro. Y el que estamos sufriendo es de armas tomar. Achacable casi siempre a eso que llaman falta de productividad. Palabra tabú para todos los que gocen de un empleo. Por ello, es decir, para acabar de una vez por todas con ese expresión de los cinco millones de parados, el ¡Viva Cartagena! de toda la vida, se está echando de menos a alguien que corte de un tajo el nudo gordiano de quienes están haciendo posible que cada vez haya más gente pasando calamidades. Pues el número de pobres está aumentando sin cesar. Bien haría, por tanto, Rajoy en hacer de Alejandro Magno en Bruselas. De no ser así, se expondrá a sufrir el “mal de Villier”.
 

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