Si el lunes, atravesando la vecina
Tetuán, “orbayaba” con ganas, subiendo por Bab Taza la
llovizna continuaba, la tortuosa carretera por el espinazo
del Rif brillaba con el agua y desde las cumbres, a ratos,
nubes deshilachadas descendían golosas hacia los valles que
jugaban a esconderse entre la bruma. El Reino de Marruecos
no es sin duda un Estado fallido, bien al contrario y desde
la asunción al Trono de los Alauís del joven monarca Mohamed
VI, éste se ha empeñado en un acelerado crecimiento del
país, entre otros del tradicionalmente insumiso Rif pues
recordemos que fue al fin y al cabo la visión del joven rey
quien le llevó, en uno de sus primeros viajes por el país, a
reconciliar al Trono con esta región. La tierra de la
lavanda, esa luminosa Alhucemas en la que aun no han
cicatrizado las heridas del último terremoto, sabe de los
desvelos a pie de obra del soberano.
Fue un choque para el presidente de ADESC, Abdelmalik
Mohamed Amar y volvió a serlo para el secretario de la
Agencia para el Desarrollo Económico y Social de Ceuta, Juan
Luis Muñoz Arbona, atravesar Bab Berred, La Puerta del Frío,
para mí la capital de un virtual Rifganistán y, siguiendo al
imaginativo Tolkien, desde el punto de visto literario un
desastrado trasunto de la capital de las Tierras Altas de
los Orcos, la tenebrosa Mordor. Comprenderá ahora el lector
lo de Estado fallido, que en absoluto el dinámico Reino de
Marruecos lo es aun cuando el Rif profundo, entre Bab Taza
al oeste y Targuis en el centro, es una apremiante
asignatura pendiente en el equilibrado desarrollo
socioeconómico del país. ¡Bab Berred!, “Lagn” y “Sajt” para
este turbio ejemplo de economía sumergida amparada en el
rampante narcotráfico, esa lacra que sigue amenazando el
presente y el futuro de Marruecos.
Melilla, acostada a la sombra del Gurugú, nos recibió
también húmeda y mojada en nuestra arribada nocturna, pero
ayer martes la mañana amanecía soleada y magnífica, con una
espléndida vista desde la quinta planta de la cafetería del
hotel Ánfora, un veterano establecimiento hotelero
debidamente remozado y que, particularmente, suelo utilizar
en mis desplazamientos a la ciudad prima hermana de Ceuta,
con un aire familiar a la Ciudad Querida pero con
importantes diferencias en la forma y en el fondo. Un sol
tibio alumbraba la acogedora ciudad cuando nos dirigimos a
nuestro segundo encuentro con el activo presidente de la
Fundación Hispano Marroquí para el Desarrollo Económico y
Social (FHIMADES), el amable José María López Bueno, quien
nos volvió a acoger cálidamente manteniendo un fructífero
encuentro del que, a buen seguro, saldrán varias líneas de
colaboración. Tras la entrega por ADESC de su memoria de
actividades López Bueno, quien se congratuló por las buenas
relaciones de ADESC con las autoridades marroquíes, desgranó
un breve panorama de la situación actual, el fracaso de los
Fondos de Vecindad europeos y la necesidad de aunar
esfuerzos para que, en el sexenio 2014-2020, vuelva a
formarse otra importante partida de financiación europea
para la vecindad y que ésta, otra vez, no se pierda. ADESC
abogó por emplear su influencia en este sentido. Como
siempre, salimos de Melilla (ésta vez a través del corredor
de Taza y Larache) francamente satisfechos. En el salón de
actos de la UNED y en colaboración con la Consejería de
Bienestar Social y Sanidad de Ciudad Autónoma de Melilla, se
anunciaba para la próxima semana la proyección de tres
películas del VI Ciclo de Cine e Imigración: “Biutiful”,
“Welcome” y “En un Mundo Libre”. Visto.
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