PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - MIÉRCOLES, 16 DE NOVIEMBRE DE 2011

 
OPINIÓN / PREDICANDO EN EL DESIERTO

Víctimas logsianas

Por Miguel R. Calderon


Lutero se enfrentó al Papa “por no dejarse fotografiar”. Las partes de la célula son tres “ cé-lu-la”. Los filósofos más importantes de la Ilustración fueron “ Beicon, Espinnaca y Descartes” . El calvinismo es un movimiento de “hombres calvos”. Banco pesquero es “un banco que suele haber en el muelle donde el pescador se sienta mientras pesca”. La longitud geográfica es “cuando medimos con el metro cualquier parte de la tierra”. El anticiclón de “los Ozores” es el culpable del tiempo en España.

Queridos lectores y lectoras, seguramente amén de provocarles alguna que otra carcajada, habrán pensado que el autor de este artículo exagera y que estas frases forman parte de la leyenda que siempre circula entre los profesores, acerca de las ocurrencias plasmadas en los exámenes que realizan sus alumnos. Nada más lejos de la realidad .

El periodista y escritor Carlos García Costoya recoge una buena muestra de los dislates en su libro ANECDOTAS DE PROFESORES, publicado por la editorial Styria.

He de aclarar que las tres últimas lindezas son de mi cosecha. Quiero decir que las he recogido de las muchas que en su día apunté, cuando ejercí como vocal corrector de la asignatura de Geografía de España en las P.A.U.

(Pruebas de Acceso a la Universidad) a lo largo de ocho años.

La anécdota de Lutero, según refiere García Costoya en su libro, es obra de un estudiante que, preguntado por el inicio de la Reforma, escribió que “el principal motivo de Lutero para enfrentarse al Papa fue que no se quiso hacer una fotografía con sus tesis” Contrariado al verse suspendido, el alumno reclamó mostrando al docente un libro en el que se decía que “Lutero no se quiso retractar de sus tesis con la Iglesia catolica”

Ni con cien años de cárcel pagaría el PSOE el daño que ha hecho al sistema educativo español , desde la malhadada promulgación de la LOGSE allá por Octubre de 1990. Hoy, veintiún años más tarde, ya podemos presumir de tener en la calle a casi toda una generación de analfabetos logsianos. A lo largo de este tiempo, se han cometido barbaridades como pasar de curso a alumnos con cinco, seis, siete suspensos, la llamada promoción automática, para juntar con las materias propias del curso siguiente hasta catorce o quince asignaturas y, como no podía ser de otra manera, conducir al garrulo o garrula a medrar en el aula, molestar a los que de verdad han querido aprovechar el tiempo , amargarle la vida al docente y, finalmente, terminar en los pomposamente llamados Programas de Garantía Social, hoy reconvertidos en PCPI ( Programas de cualificación profesional inicial) y que no suponen la consecución del título de Graduado en Secundaria.

Los perpetradores de este engendro que ya fracasó en Gran Bretaña, fueron el ministro José María Maravall, Alvaro Marchesi que fue Secretario de Estado de Educación y, como no podía ser de otra manera, el incombustible Alfredo Pérez Rubalcaba que también ocupó el cargo de Secretario de Educación , llegando a ser ministro de la cosa entre 1992 y 1993.

No es descubrir algo nuevo sostener que las ideas sobre educación que mantiene el PSOE son reaccionarias, porque frenan cualquier progreso al estar basadas en un aberrante concepto igualitario. Igualdad que nada tiene que ver con la igualdad de oportunidades, sino con un proceso donde todos deben permanecer iguales. Iguales deben ser profesores y alumnos, uno de los más queridos y jaleados principios heredados del Mayo del 68. Fin de la autoridad del profesor, del maestro. Fin de toda posibilidad de transmitir conocimientos científicos y morales.

La emulación por la excelencia individual se considera poco menos que fascista. Nada de suspensos, universal igualación por abajo, el aprobado escolar como uno de los derechos humanos. Y para disimular el fracaso, que en Andalucía supera con creces el 30 % estando a la cola de España, una praxis tendente a la falsificación de las estadísticas, presionando sobre los enseñantes a fin de que no suspendan a nadie.

Por todo ello , resulta incomprensible la polvareda que levantó hace unos meses el proyecto de la Comunidad de Madrid de instaurar desde el actual curso escolar, un experimento de “bachillerato de la excelencia”.

Dicho de otro modo, lo mismo que los deportistas de élite se entrenan en centros especializados, los llamados CAR, los estudiantes que destaquen sobre la media de sus compañeros deben disponer también de una atención específica.

Desde el Partido Socialista se apresuraron a denigrar la medida, argumentando que la educación no debe ser selectiva ni excluyente, quizá sin darse cuenta de que la selección y la exclusión la provocan los propios alumnos.

Siempre se primó al alumno excelente, al brillante, y es raro , muy raro, el profesor que no haya dedicado su mimo al alumno entusiasta, de la misma manera que en el generalizado marasmo en el que está actualmente la docencia, los profesores no encuentran más que motivos de desánimo e incluso depresión.

¿Por qué el intento de primar a los mejores, ofreciéndoles un ámbito especializado , ha de suponer un efecto discriminatorio? Estamos cansados de ver a los líderes de la izquierda enviar a sus hijos , no a los centros públicos, sino a las mejores instituciones privadas, sin que en ello aprecien ninguna discriminación elitista respecto al común de los estudiantes que han de sobrevivir en la selva de nuestro degradado y fracasado sistema educativo.

Por eso, cuesta entender que estos políticos que se dicen de izquierda pongan objeciones al hecho elemental de que la educación trate de rescatar al alumnado excelente de un ámbito proverbialmente deteriorado, donde son considerados por sus compañeros como bichos raros que tienen la fea costumbre de estudiar , esforzarse y sacrificarse .

La excelencia es un mérito que debe estimularse por elementales razones funcionales. Lo demás son pamplinas politiqueras que poco o nada tienen que ver con la justicia ni con el bien común. Pero mientras siga en vigor la LOE, sucedáneo de la LOGSE , mientras se siga confundiendo igualdad con igualitarismo, mientras no renazca cual ave fénix de sus cenizas, la cultura del esfuerzo, la disciplina, el afán de saber, seguiremos fabricando analfabetos funcionales, eso sí, encantados de haberse conocido.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto